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Sabéis que no soy muy de Semana Santa, pero me he criado en Arahal, un pueblo con una gran devoción cofrade, rodeado por gente muy devota, entre los que se encuentran muchos familiares, amigos, alumnos… Así que llevo ya 5 años mezclándola con la Biología. Abro hilo bio-cofrade
1. LA PROCESIÓN DE LA PROCESIONARIA. Crónica de la procesión de la Santa Hermandad de Nuestra Señora de la Procesionaria del Pino: "Domingo de Ramos, 11:00 a.m; vemos como se acerca la tradicional procesión de esta Hermandad, común en nuestros pueblos y campos."
"Conocida como "la Procesionaria". El bullicio tranquilo del pinar es testigo de este espectáculo natural, que asombra por igual a todos los animales, incluidos a los humanos, que irremediablemente sentimos una irresistible curiosidad por asomarnos a contemplar la procesión."
La procesionaria del pino es una especie de insecto lepidóptero, de nombre científico Thaumetopoea pityocampa, que habita en los pinos, abetos y cedros de bosques del centro y sur de Europa.
Su nombre específico "pityocampa" parece que tiene como origen etimológico la raíz griega "pitys" que significa pino y está relacionado con una leyenda mitológica sobre la ninfa Pitis; el resto de la palabra viene de "campus" que significa llanura o campo en latín .
"Abre la procesión, a modo de cruz de guía, una valiente oruga hembra, a la que siguen todas las demás, en el silencioso camino hacia la capilla subterránea en la que se recogerán para meditar hasta el verano."
"Allí permanecerán en un absoluto recogimiento, hasta que vuelvan a emerger transformadas en seres muy diferentes. El camino es su penitencia, una larga estación desde que asoman por la puerta de su iglesia de San Bolsón del Nido...
...hasta que llegan a la Sagrada Ermita del Enterramiento en el Suelo. No llevan ninguna imagen que las acompañe, ni más banda de música que el canto de los pájaros y los sonidos de otros insectos."
Aunque no las hayamos visto, las orugas siempre han estado ahí, comiendo en las ramas de los pinos o encerradas en sus nidos, pero es solo en primavera cuando se cruzan con nosotros por el suelo.
La subida de las temperaturas en esta época, provoca en estas orugas el llamado reflejo de enterramiento, que hace que bajen de sus nidos o bolsones, y recorran en fila el camino hasta un lugar apropiado para enterrarse en el suelo y formar una crisálida.
Tras la transformación, de la crisálida saldrán aproximadamente en el mes de julio, convertidas ya en mariposas adultas reproductoras.
"Tiene esta procesión un punto de tristeza, ya no por el silencio, sino por la rectitud y monotonía de su formación, que en fila de a uno, camina ordenadamente buscando su lugar de recogimiento. Los observadores curiosos pueden sentirse atraídos por lo llamativo de la imagen...
... y difícilmente resisten la tentación de intentar romper sus filas o simplemente tocarlas. Pero este acto de irreverencia contra esta manifestación natural, puede tener terribles consecuencias...
La hermandad tiene su propio sistema de seguridad para evitar que los extraños irrumpan entre ellas y rompan sus metódicas y estructuradas hileras."
Las orugas están cubiertas de unos pelillos urticantes que se desprenden con mucha facilidad y pueden flotar en el aire, por lo que, en contacto con oídos, nariz y garganta, pueden provocar irritación en estas zonas en los seres humanos y en otros animales.
La sustancia que le confiere esta capacidad urticante, que utilizan como método de defensa durante su peculiar estación de penitencia es la thaumatopina, una toxina termolábil similar a la que presentan los pelos urticantes de las ortigas.
Su estructura proteica puede causar reacciones alérgicas, picazón, hinchazón en incluso ataques de asma. La dermatitis que causa también recibe el nombre de “dermatitis de la oruga”.
Es una proteína fabricada en unas glándulas asociadas a los pelos urticantes, que produce una fuerte reacción alérgica con degranulación de los mastocitos y liberación de la histamina como respuesta.
En niños y en mascotas puede resultar bastante peligroso el contacto con estos pelos urticantes, ya que pueden llegar a provocar un shock alérgico. Los pelillos se encuentran en un número variable, pero muy abundante en cada oruga y reciben el nombre de tricomas.
Miden entre 100 y 200 micras y su particular estructura, con forma de arpón, produce que con el rascado penetren más profundos en la piel. Fruto del rascado también suelen producirse infecciones.
Los síntomas persisten por unos cinco días más o menos, aunque el segundo y el tercero suelen ser los más dolorosos. Habitualmente afectan tanto a la piel como a las mucosas y pueden producir inflamación de los ojos, la lengua, la laringe y el esófago, que pueden provocar asfixia
En los perros, muy dados a lamer a las orugas como parte del juego y de su curiosidad, también puede producirse la necrosis de parte de este órgano.
"La procesión de esta Hermandad está formada por devotos caminantes que se aferran a su compañero anterior para no perder la fila ni el compás. Son un gran grupo de hermanos, tanto en el sentido literal de la palabra, como en el sentido de la hermandad que forman,
viajando incansablemente hasta alcanzar su lugar de descanso. Todos llevan mucho tiempo preparándose para la procesión, podríamos decir que toda su vida, por lo que ni la lluvia ni otros animales suelen detener su marcha. Ellos no necesitan estar pendientes de
los informes meteorológicos ni de las previsiones de expertos. Harán estación de penitencia cuando llegue su momento. No sabemos si las orugas recién nacidas piensan en el tiempo en el que participarán en la procesión, pero el caso es que el instinto es poderoso, y cuando crecen,
llegado el momento, todas y cada una de ellas iniciará el camino, tras la oruga que los guía. Al año siguiente, una nueva generación reiniciará este ciclo sin fin y volverá a procesionar por nuestros campos."
El ciclo de vida de Thaumatopoea pityocampa es de tipo holometábolo, o lo que es lo mismo, con una metamorfosis completa que hace que el adulto y las larvas no se parezcan en nada.
Las mariposas adultas se reproducen en verano y son de hábitos exclusivamente nocturnos, evitando de esta manera ser devoradas por las aves que cazan de día. Además, presentan un buen camuflaje en la rama de los árboles de los que se alimentan gracias a su color parduzco.
La puesta es muy característica y fácilmente reconocible, ya que forma una espiral de unos 200 huevos, alrededor de una o dos acículas en la copa de los pinos. Aproximadamente a los 35 días nacen las voraces orugas, entre los meses de septiembre a octubre.
Las larvas pasan por cinco estados larvarios, lo que puede llevar hasta ocho o nueve meses, en las zonas más frías, hasta que llegan a ser de nuevo adultos reproductores.
Las orugas son bastante sociales durante todas las fases larvarias, por lo que no es raro que se establezcan interacciones cooperativas entre ellas, sobre todo con sus hermanas de puesta. En este sentido si que se comportan como una verdadera hermandad.
Las fases larvarias suelen nombrarse como L1, L2, L3, L4 y L5, según el tamaño y el estado de madurez de la oruga. La longitud de una oruga recién nacida, L1, es de aproximadamente 2,5 mm y al final de esta fase pueden alcanzar los 5-6 mm.
Tienen manchas oscuras en la parte dorsal del abdomen y más claras en el tórax. La cabeza es negra al igual que en el resto de los estadios y suelen tener pocos pelillos todavía. La primera muda se produce entre los 8 y 12 días, pasando a L2 que durará unos 12 o 18 días aprox.
Estas orugas pueden alcanzar los 12 mm de longitud y ya son evidentes abundantes pelos de color anaranjado en el dorso y de color blanquecino en los laterarles. Entre los mechones de pelos aparecen unas manchas negras que en estadios posteriores darán lugar a los urticantes.
La fase L3 dura unos 30 días y es cuando la larva adquiere su aspecto típico definitivo, que puede variar un poco en función de las condiciones climáticas de cada zona: en zonas más frías suelen tener colores más oscuros. Es en esta fase cuando se forman los tricomas urticantes.
En los estadios L4 y L5 aumenta el tamaño y el número de pelos urticantes. La fase L4 tiene una duración variable, o todo el invierno o apenas un mes, mientras que L5 suele durar unos 30 días, durante los cuales las orugas se alimentan vorazmente.
Como curiosidad podemos mencionar que no suelen abandonar el mismo pino en que nacieron a no ser que agoten todas las acículas, o que llegue el momento de marchar en procesión para enterrarse.
Los bolsones de seda son construidos desde el primer estadio larvario, con función de servir de refugio mientras no se están alimentando. Las bolsas que construyen las fases L1 y L2 suelen ser pequeñas, y solo a partir de L3 se observan construcciones más grandes y densas.
Estando todas resguardadas juntas consiguen mantener de forma más eficiente el calor corporal. Las larvas L5 son verdaderas máquinas de devorar acículas y tras unos 30 días de alimentación intensa, entre febrero y abril, empiezan a descender de los pinos para procesionar.
"Nuestra Semana Santa esta cargada de procesiones en las que los penitentes van con su rostro oculto y su cabeza gacha, absortos en sus pensamientos y rezos, al igual que las procesionarias, que también avanzan con sus cabezas bajas, protegidas por sus compañeras,
como evitando ver y ser vistas, para pasar lo más desapercibidas que puedan. En nuestras procesiones humanas, el olor a incienso inunda el aire, y puede ayudar a orientarnos del lugar por el que va pasando la procesión.
De la misma manera las orugas pueden seguir un rastro de feromonas dejados por otras orugas, y así no perderse de la fila, pero su principal estímulo son los pelos del abdomen de la oruga que va inmediatamente delante, de la misma manera que un nazareno enfrascado en sus rezos
y concentrado en su estación de penitencia solo verá la capa o la túnica de su compañero anterior. En muchos sentidos se comportan nuestras protagonistas como nazarenos sin antifaz, con una mortal túnica de pelos urticantes."
La marcha con las cabezas pegadas unas a otras es para proteger la parte cefálica del ataque de aves, que, sabiendo del peligro de los pelillos del resto del cuerpo, no dudarán en picotear esta zona, más desprotegida. Incluso cuando se paran se enroscan protegiendo la cabeza.
"Y llega el momento de la recogida, la procesión toca a su fin, y la Santa Hermandad de Nuestra Señora de la Procesionaria del Pino, llega al lugar elegido, la Sagrada Ermita del Enterramiento en el Suelo. La sabiduría y el instinto de la Oruga de Guía las lleva hasta allí sanas.
Es posible que alguna haya quedado en el camino, pero la mayor parte de la Hermandad está lista para el reposo, tras la odisea que han vivido desde el inicio de su particular estación de penitencia".
Efectivamente nos vamos acercando al final del ciclo de vida de la procesionaria del pino, que terminará por enterrarse en el suelo, donde la larva L5 pasará a formar una pupa o crisálida.
Esta estructura permitirá llevar a cabo las transformaciones que convertirán a la oruga en mariposa, es decir, la metamorfosis. Las pupas suelen ser de color amarillento, pero se van volviendo más oscuras, de tonos rojizos y marrones, conforme pasa el tiempo.
Enterradas en el suelo, con la protección de la tierra, llegará el verano, y entonces las crisálidas eclosionarán, surgiendo las mariposas.
Los adultos de la procesionaria son lo que vulgarmente llamamos polillas, mariposas nocturnas de colores apagados, capaces de volar y libres de las ataduras de alimentarse como las larvas, pero con una vida efímera de apenas uno o dos días.
Su único fin será encontrar pareja y aparearse, y en el caso de las hembras poner los huevos para que comience un nuevo ciclo y Thaumatopoea pityocampa vuelva a procesionar por nuestros campos.
Las mariposas son poco llamativas y tienen alas delanteras de color marrón claro con manchas de marrón más oscuro, mientras que las alas traseras son de color más claro, casi blancas. Las hembras suelen ser significativamente más grandes que los machos.
Pero en todo momento hemos hablado de la procesión por el campo, pero no es raro verlas por algunas calles de nuestros pueblos, sobre todo si están cerca de alguna zona rural donde haya vegetación afín a estas larvas.
Suelen ser consideradas peligrosas tanto como plaga forestal, puesto que pueden defoliar intensamente a los pinos de los que se alimentan, com por el problema de salud que representan para las personas, especialmente los niños.
Así que tenemos un doble enfoque como problema de salud pública y como plaga forestal. Aquí, la Junta de Andalucía tiene establecido un Plan de lucha Integrada contra la procesionaria del pino: bit.ly/2Vfso5O
"La lluvia se convierte algunos años en el principal enemigo de las procesiones, haciendo que muchas de ellas se queden en los templos, o que realicen su estación a marcha rápida y forzada, para evitar que el agua estropee las imágenes y pasos de cada hermandad.
Para nuestra particular Hermandad de orugas existe una lluvia a la que también temen, una lluvia de piretroides e inhibidores de quitina, insecticidas en definitiva, que pueden terminar con esta procesión igual que un chaparrón lo hace con los desfiles de pasión humanos."
Entre los métodos de control más usados para luchar contra la procesionaria del pino están los métodos químicos como los mencionados en el párrafo anterior: insecticidas como los piretroides, aplicados mediante fumigaciones, en algunos casos aéreas,
que cada vez se consideran menos, por tener una baja efectividad, pero también son muy efectivos otros métodos como la eliminación de los bolsones cuando las orugas están recogidos en ellos, quemándolos después;
o como las trampas de feromonas para atraer y atrapar a los machos adultos y evitar la fecundación y por lo tanto la generación del año siguiente.
En cualquier caso, lo más sensato es usar a las propias especies depredadoras como principales agentes para combatir a la procesionaria, como pueden ser los páridos, que se alimentan de las larvas incluso sacándolas del bolsón, y otras aves como cucos y críalos, o abubillas
que son capaces de encontrar las pupas, desenterrarlas y comérselas. Y tampoco es cuestión de que acabemos con las procesionarias del pino sin ningún tipo de control, puesto que cada ser vivo tiene su puesto en las frágiles cadenas y redes tróficas de nuestros ecosistemas,
y eliminar a uno de ellos es como romper un eslabón, que puede conllevar que la cadena completa quede inservible. La racionalidad y el sentido común deben primar, para actuar solo cuando haya riesgo y la procesionaria procesione por zonas habitadas o muy transitadas.
"-¡Toooos por igual valientes...! ¡A esta es! Llevemos a nuestra hermandad a la gloria, con paso sereno pero con ritmo. Izquierda alante y derecha atrás... Poquito a poco... Cuidado ahí delante, que una oruga se nos queda atrás. Menos paso quiero señores... Venga que ya queda ná.
Vamos a darle paso, que ya mismo estamos en el templo... ¡Ahí queoooo! Hemos llegado, ahora vamos a enterrarnos poquito a poco... Derecha alante e izquierda atrás, que ya mismo estamos viendo a nuestras mariposas revolotear y podremos gritarles: ¡AL CIELO CON ELLAS!"
Pues ya hemos hablado un poquito de la procesionaria del pino. Sigamos ahora con la segunda parte del hilo, sin abandonar el apasionante mundo de los insectos, pero uniéndolo de nuevo con la Semana Santa.
2. LOS CURITAS. El nombre "curita" es un diminutivo de "cura", que es el término que utilizamos comúnmente para hablar de los sacerdotes de la iglesia católica. El hecho de llamarles curas a los sacerdotes se debe a que eran los encargados de la "cura de almas" de una parroquia.
Para aquellos que aún estéis pensando en qué tipo de animal es un curita vamos irnos a la taxonomía y por lo tanto a su nomenclatura binomial para ubicarlos correctamente. Los curitas son artrópodos de la clase Insectos, y concretamente del orden Coleópteros, es decir escarabajos
La familia a la que pertenecen los curitas es la familia Meloidae, en la que existen más de 2000 especies diferentes de curitas de diferentes especies repartidos por todo el mundo.
En las procesiones de Semana Santa no es raro ver a los curas de las parroquias en las que se ubican las diferentes hermandades desfilando entre los nazarenos, los músicos y las imágenes titulares.
Actualmente suelen vestir túnicas blancas, adornadas con estolas de colores, pero en otros tiempos la vestimenta de los curas era de color negro más sobrio.
Es más, sin entrar en mucha profundidad porque desconozco bastante los entresijos de la jerarquía eclesiástica, juraría que actualmente todavía visten de negro algunos obispos y otros cargos de la curia.
El porqué de llamar curitas a estos coleópteros se debe al aspecto físico que tienen, y al color negro de su cuerpo, que recordaba a la gente de campo que se los encontraba a los curas de la época.
Entre las especies ibéricas nos encontramos unas cuantas enmarcadas en el género Meloe, como puede ser Meloe proscarabaeus. Todas ellas tienen una estructura corporal muy parecida, con una cabeza y un tórax relativamente pequeños y un abdomen alargado y grande.
En M. proscarabaeus, este diseño corporal junto con el color negro azabache de su exoesqueleto, son los responsables del nombre de curitas para estos animales. Otra característica destacable entre los meloideos es el tamaño reducido de sus alas exteriores, los élitros,
que dejan al descubierto la mayor parte de su abultado abdomen. Debajo de estos élitros tampoco hay alas, como ocurre con la mayoría de especies de coleópteros, así que se desplazan a ras de suelo, caminando con sus tres pares de patas.
El ciclo de vida de estos animales no deja de ser también bastante curioso, y la hembra pone los huevos en el suelo. La larva cuando eclosiona, sube hasta lo alto de una flor y allí espera que aparezca una abeja o cualquier otro himenóptero parecido, como avispas o abejorros.
Entonces la larva aprovecha y se agarra al himenóptero con unas estructuras a modo de garras bien desarrolladas. De este modo viajan como polizones hasta las colmenas o nidos, donde se alimentan tanto del polen y el néctar que han recogido las abejas, como de los huevos de éstas
La larva pasa su fase de pupa en el interior de la colmena que ha parasitado y de ahí emerge como adulto para buscar una pareja con la que aparearse. Imaginemos a una larva de Meloe subida en una avispa, y tendremos, literalmente, a un curita en una Vespa.
La sotana de los curas es una vestimenta formada por una pieza de tela, por lo general negra, que llega hasta los pies. En la Iglesia católica tiene botones por la parte delantera y suele ir rematada por un cinturón o fajín a la cintura.
El color negro de esta prenda tiene el significado, para los religiosos que la usan, de que esa persona deja todas las vanidades del mundo y consagra su vida a dios. Así como el color blanco del alzacuellos simboliza la pureza del alma.
Se supone que la sotana es también un símbolo de pobreza y de alejarse de las modas. Parece ser que el hecho de usar sotanas blancas está ligado al calor que hace en países como el nuestro, que hacen más incómodo el llevar el color negro en diversas épocas del año.
En semejanza con esta pieza de ropa está la cutícula de estos escarabajo, que forma su exoesqueleto. En este tipo de animales, los artrópodos en general, y los insectos en particular, la cutícula es la capa más externa del tegumento, que está por encima de la epidermis,
y es fabricada por las células de esta capa. Es muy rígida y de estructura compleja, y está compuesta por quitina, un polisacárido estructural complejo, además de otras sustancias.
Tiene una doble función: formar una capa protectora rígida e impermeable, y contener los puntos de anclaje de la musculatura del animal, en las zonas conocidas como apodemas. De esta manera, los invertebrados solucionan la falta de esqueleto interno.
Existen varias especies de este género, como Meloe mediterraneus o Meloe ibéricus que hacen expresa referencia de la zona en la que habitan en sus nombres científicos. Otra especie de curita que habita en la Península Ibérica, y en la mayor parte de Europa es Meloe violaceus,
cuyo nombre hace referencia a las iridiscencias azuladas o violáceas que se pueden ver en su cutícula también de color negro. En este caso estas se deben a la reflexión o refracción de la luz debido a la colocación de los diversos pigmentos y sustancias químicas en la cutícula.
A diferencia de la pigmentación química, hablamos estamos hablando ahora de una coloración física, que varía según la posición del insecto y de la iluminación que reciba éste.
El color violeta o púrpura que se intuye en la cutícula de este curita también recuerda mucho a las túnicas de muchas hermandades, como por ejemplo, las de la los nazarenos de Jesus Nazareno, así como la antigua vestimenta de la Misericordia, por lo menos aquí en Arahal.
Hemos mencionado también el alzacuellos de los curas, que normalmente es una pieza de color blanco y circular, que se coloca debajo del cuello de la sotana y es un distintivo de la condición de sacerdote de la persona que lo lleva.
Esta estructura circular recuerda al simbolismo que tienen los anillos cuando dos personas se casan, simbolizando la unión con la iglesia de la persona que es ordenado sacerdote. Esta prenda puede estar hecha de materiales como el plástico, para otorgarle más rigidez.
Existe una especie de curita, llamada Meloe brevicollis, cuyo nombre podríamos traducir literalmente por "Meloe de cuello corto", debido a que tiene un torax más reducido de lo habitual, lo que le da el aspecto de que la cabeza está unida al abdomen por un cuello muy corto.
Pero la especie más conocida de todas es posible que sea el curita conocido como aceitera común, debido a varias características como el gran tamaño que puede alcanzar, de hasta siete centímetros o la característica coloración de su cutícula.
El tamaño de estos animales, sobre todo en las hembras, que desarrollan lógicamente un abdomen más alargado y grande que los machos, los hace estar entre los coleópteros más grandes de toda Europa.
Y en cuanto a la coloración, presentan un color negro muy oscuro, con una serie de marcas o bandas transversales en el abdomen, a modo de alzacuellos, por cierto, de color anaranjado o rojo sangre. Presentan una marca en la separación de cada segmento, sumando hasta un total de 6
La primera de ellas, la que está más cercana al tórax, presenta el aspecto más parecido de todas al alzacuellos, ya que parece estar colocada justo debajo de los élitros, que tienen una forma muy parecida a un cuello de camisa.
El contraste es curioso, y probablemente también influyó a la hora de llamar curitas a estos insectos. Su nombre científico es Berberomeloe majalis, y es un animal verdaderamente impresionante.
En Semana Santa, en las procesiones, se representan escenas de los últimos días de vida de Jesús, pero sobre todo de su muerte, por lo que no es raro ver imágenes con gran realismo en las que vemos a este hombre muerto en la cruz, o recién descendido, o en una urna de cristal.
Parece que es imposible encontrar una relación entre esto que contamos y los animales de los que estamos hablando, pero irremediablemente nos lleva a que contemos una de las cualidades más interesantes de los meloideos.
Resulta que en caso de sentirse atacado por algún depredador, el curita es capaz de hacerse el muerto perfectamente. No es algo exclusivo de esta especie, ni siquiera de los coleópteros, sino algo que hacen muchos insectos y también otros animales, y que se denomina tanatosis.
Yo recuerdo de pequeño, cuando iba al campo con mi padre, como me llamaba la atención encontrarme un curita, y observar como se quedaba inmóvil cuando lo molestaba con un palito.
Era hipnótico quedarse un buen rato mirándolo, hasta que pensaba que había pasado el peligro y volvía a moverse, intentando escapar, solo para ser molestado de nuevo. Pero había algo aún más fascinante en estos animales:
Entre los niños circulaba el mito de que si le escupías a un "curita" este sangraba, por medio de algún extraño milagro. Es fascinante como la mente infantil es capaz de crear las más descabelladas historias a partir de lo que se escucha o se ve.
Yo siempre he tenido un puntito escéptico y tampoco creía que un insecto pudiera sangrar. Por aquella época yo ya sabía que los insectos soltaban un líquido verdoso cuando eran aplastados, la hemolinfa, y que solo era posible ver sangre, cuando aplastabas a la hembra de mosquito.
Sabiendo que los curitas no picaban a las personas, me extrañaba mucho que eso que se decía fuera posible. Evidentemente alguna vez presencié como algún amigo escupía a un curita, y no todas las veces tenía éxito el experimento, pero de vez en cuando liberaban ese líquido...
A través de la zona de unión de sus patas con el cuerpo, son capaces de segregar una sustancia química llamada cantaridina, que es una sustancia de textura oleosa y maloliente que se encuentra en la hemolinfa del animal.
El nombre de aceitera que mencionamos antes viene precisamente de aquí, de la semejanza de la secreción con el aceite. Llegados a este punto tenemos que insistir en que los curitas son seres bastante inofensivos, pero si son molestados pueden segregar esta sustancia.
En contacto con la piel resulta muy irritante, formando vesículas, erupciones, irritación y enrojecimiento de cierta importancia. La sabiduría popular nos decía a los niños de entonces que para ver esto no los tocáramos sino que usáramos el ataque con saliva, que es a distancia.
No es habitual encontrar a estos insectos en medios urbanos, por lo que el riesgo de que afecten a los niños es mínimo, pero la especie Berberomeloe majalis es bastante común en toda Península Ibérica, encontrándose normalmente en bordes de caminos, lindes y caminos de tierra.
A comienzos de la primavera es uno de los primeros insectos en verse frecuentemente en el campo. Otras especies parecidas como Physomeloe corallifer, que por cierto es endémica de la Península Ibérica, a veces se confunde con ella y recibe también el mismo nombre vulgar.
Lo mismo ocurre con Berberomeloe insignis, la aceitera real, que es un poco mas grande (hasta ocho centímetros), pero presenta la coloración roja o anaranjada a ambos lados de la cabeza y en la frente.
La tradición cofrade es muy antigua en localidades como la nuestra, pero más antiguo aún es el uso que nuestros antepasados le daban a estos coleópteros. Los curitas del género Berberomeloe ya formaban parte de nuestra biodiversidad mucho antes de la llegada del hombre moderno
a la Península, lo que hizo posible que los primeros pobladores lo incorporaran a su cultura mediante diversos usos medicinales. Un estudio realizado por investigadores del CSIC publicado en la revista Journal of Ethnopharmacology así lo ha corroborado.
La cantaridina, de la que hablamos antes, puede llegar a ser bastante tóxica, pero como siempre, debemos mencionar que el veneno está en la dosis, mas que en la sustancia.
Históricamente, se ha llegado a emplear en medicina y veterinaria en el tratamiento de afecciones de la piel, pero también como sustancia afrodisiaca e, incluso, como veneno. Si se ingiere, provocará vómitos, diarrea y un funcionamiento anómalo en el aparato urinario...
que puede ir acompañado de priapismo, es decir de erección involuntaria del pene, por lo que el polvo resultante de secar y moler los curitas hizo que se usura también remedio contra la impotencia hasta el siglo XVII.
Dejó de emplearse debido a que provocaba muchas muertes por sobredosis. A día de hoy no es extraño encontrarla como remedio natural, por ejemplo en la mal llamada "medicina tradicional china".
El conocimiento de estas propiedades de la sustancia y de la producción de ésta por parte del animal se conocía y se transmitía oralmente durante muchas generaciones desde hace mucho tiempo, habiendo llegado hasta nuestros días incluso en refranes populares.
Veamos sino estos ejemplo, en los que además se vuelve a mezclar con la religión. Son frases hechas o cancioncillas cortas que se solían decir antiguamente cuando aparecía un curita ante una persona:
"Cura, curato, si no me das misa, te mato”.

“Reventón, reventón, si no revientas tú te reviento yo"

“Vinatera dame vino, vinatera dame pan. Unos vienen y otros van a las bodas de San Juan, los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán. Vinatera dame vino y dame pan"
Continuando con la cantaridina, ésta se puede obtener desecando y pulverizando a las cantáridas, Lytta vesicatoria, otro tipo de coleóptero meloideo de un llamativo y bonito color verde dorado. De ahí viene el nombre de la molécula.
El primero en aislar de forma controlada dicha molécula fue el químico francés Pierre Jean Robiquet en 1812. Una de las funciones principales de esta molécula en los coleópteros, es la de actuar como feromona de orientación y atracción.
Otra función es su uso defensivo, que habitualmente va acompañada con coloraciones de advertencia. Por ejemplo las bandas rojas de Berberomeloe majalis contrastan perfectamente con el fondo negro, por lo que estamos ante un caso claro de aposematismo.
Algunos de los nombres vulgares que reciben los curitas, como matahombres o matasietes, también constituyen un buen sistema de aviso.
El ciclo de vida de Berberomeloe majalis, también es un poco diferente del descrito anteriormente, puesto que a pesar de que sus larvas también son parásitas, no se enganchan a las abejas para poder llegar a la colmena y alimentarse, sino que ellas tienen que llegar por si mismas
Espero que haya servido esta parte del hilo para que mucha gente que no sabía de su existencia, o no la recordaba, haya descubierto de nuevo a estos increíbles insectos, que debido un declive bastante acusado de sus poblaciones en los últimos años.
En la actualidad se considera que su estado de conservación es vulnerable y además carece de protección en las diferentes legislaciones, tanto nacional como autonómica. Si con esto ponemos un granito de arena para su supervivencia, me doy por satisfecho.
Dejamos de un lado el mundo de los insectos y nos vamos a ir a los animales vertebrados centrándonos en otro de los elementos importantes de las procesiones, las bandas de música. ¿Conocéis a los "Armaos de la Macarena?". Pues por ellos empezaremos.
3. LAS PLUMAS DE LOS ARMAOS. Los Armaos de la Macarena son una banda de música, que acompaña a las imágenes de la Hermandad de la Macarena de Sevilla, que se caracterizan por llevar unas llamativas vestimentas rematadas con unos penachos de plumas.
El nombre completo de la agrupación es Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Macarena. Nos encontramos su origen en el siglo XVII, entre los años 1653 y 1657, y en aquel entonces era un grupo que representaba a los pretorianos de Poncio Pilato
Acompañaban al Cristo de la Sentencia y estaba formado por aquel entonces por unos veinticinco hombres, todos ellos vecinos del barrio de la Macarena. En un principio la vestimenta era diferente y fue ya en el siglo XVIII cuando se cambió a un uniforme más parecido al actual.
Se encargaron cascos, corazas y armamento a un taller de herrería, y se remató todo con unas enaguas y un manto. A partir de 1915 desaparece el manto que cubría el tronco del legionario, y es sustituido por unas corazas plateadas ceñidas al cuerpo.
Las enaguas pasan de ser de lo más variopintas, a una única para todos, de color tinto, rematadas con flecos dorados por sus bordes. En torno a finales de la década de los 50, se confeccionó la que hoy es la vestimenta procesional de la Centuria Macarena.
El único documento antiguo escrito anterior a las reglas de la hermandad donde se describen las características de esta indumentaria corresponde al autor ecijano Benito Mas y Prat, fallecido en 1892, quien en su libro "La tierra de María Santísima", describía a los Armaos así:
"(...) Un bosque de plumas empingorotadas* muévese como gracioso mar de espumas durante el tránsito, y a la luz del sol deslumbran las rodelas de metal, en cuyo centro un sol de latón dorado lanza a su vez centelleantes reflejos".
*Empingorotado: adjetivo coloquial [persona]. Que tiene una posición social ventajosa y presume de ello.
En las reglas de la hermandad, se recogen varias ordenanzas que hacen referencia a la Centuria, concretamente las ordenanzas que van desde la 22 hasta la 27. Concretamente la ordenanza 25 hace referencia expresa a la indumentaria de los componentes de la Centuria:
"El casco, igualmente metálico y sobrelabrado, estará rematado por un penacho de plumas blancas de avestruz. El nº de plumas establecerá el grado que el Hermano ocupa en la Centuria, atendiendo al siguiente detalle: Capitán, 21; Teniente, 19; Alférez, 17; Cabos, 11; ‘Armaos’, 7."
Hablemos ya de Biología, y para ello quedémonos con el detalle de que el casco de los armaos está rematado por un penacho de plumas blancas de avestruz, dependiendo el nº de plumas del grado que tenga quien las lleve. Vamos con las plumas.
Las plumas son una de las características del grupo de las aves, pero no son exclusivas de ellas, puesto que también las presentaban algunos dinosaurios terópodos. Se trata de unas estructuras queratinosas de la piel.
El conjunto de todas las plumas de un ave recibe el nombre de plumaje, y forma una capa densa y aislante, que protege frente al frío y el agua, contribuyendo a la termorregulación de estos animales.
Evidentemente son fundamentales para el vuelo, pues forman una superficie sustentadora que da lugar a la estructura de las alas. Las plumas también cumplen otras funciones relacionadas con su color y su vistosidad, como el camuflaje,
el reconocimiento y la comunicación entre los miembros de la misma especie, la diferenciación de sexos y como elemento de atracción sexual durante el cortejo.
Las plumas se forman en folículos pequeños de la epidermis (capa externa de la piel) que producen proteínas de queratina. Las partes de de las plumas son las siguientes: un eje que está dividido en dos zonas, el cálamo y el raquis.
El cálamo o cañón es la parte inferior y hueca con la que se inserta al cuerpo. Esta parte laminar se extiende a ambos lados del raquis y se denomina estandarte o vexilo, estando formada por ramificaciones paralelas llamadas barbas.
Dichas barbas a su vez se ramifican perpendicularmente en barbillas o bárbulas que también están ramificadas en ganchillos, que se enganchan con los ganchillos de las barbillas colindantes.
En la parte superior del estandarte encontramos que todo está perfectamente ordenado y unido, llamándose éstas barbas plumáceas, mientras que en la parte inferior las barbas están separadas y desordenadas, por tener pocos ganchillos, recibiendo el nombre de barbas plumosas.
Elementos de una pluma.
1. Estandarte, 2. Raquis, 3. Barbas plumáceas, 4. Barbas plumosas, 5. Cálamo o cañon
Las plumas de los Armaos de la Macarena son de avestruz, y son adquiridas habitualmente en una tienda de Sanlúcar la Mayor especializada en estos productos, ya que también hacen tocados y pamelas, y también de Alicante.
Entre la demanda que tienen que atender están todos los músicos de esta banda, así como las hermandades que tienen romanos sobre sus pasos, tanto en Andalucía como fuera de ella. También se usan plumas en la fiesta de Moros y Cristianos.
Normalmente los vendedores las traen desde Sudáfrica, China, Argentina o Chile, y suelen ser plumas grandes de entre 65 y 70 cm de longitud.
El avestruz es un ave corredora, no voladora, de nombre científico Struthio camelus, un nombre con una etimología cuanto menos curiosa. Proviene del occitano provenzal estrutz, que a su vez deriva del latín struthĭo, siendo esta de origen griego,
concretamente una forma abreviada de struthiokámēlos, como su nombre científico. La primera parte de la palabra significa gorrión, y la segunda camello, por lo que la traducción es gorrión-camello, o lo gorrión grande como un camello.
Es el ave más grande y más pesada del mundo. Cuando nacen los polluelos miden entre 25 y 30 cm de altura, pesando unos 900 g. Los machos adultos pueden llegar a alcanzar los 2,75 o incluso 3 metros, y pesar alrededor de 180 kg.
Su marcado dimorfismo sexual es otro de sus rasgos distintivos, siendo la hembra un poco más pequeña y con un plumaje gris apagado, que depende de la presencia de estrógenos. Los machos, tienen un plumaje negro que contrasta con el color blanco de las plumas de sus alas y cola.
Las plumas de los Armaos corresponden a las de la cola normalmente, pero tienen que sufrir un tratamiento antes de ser vendidas, puesto que aunque sean blancas, no es un blanco limpio. Para volverlas más blancas algunos comerciantes las tiñen, mientras que otros las decoloran.
En cualquier caso, los músicos tienen que renovarlas de vez en cuando, porque estas pierden el tinte o la blancura decolorada y es difícil de recuperar. La clave para conservarlas unos tres años, es guardarlas en una caja plana, con poca luz y protegidas por papel secante.
Normalmente cuando un soldado raso, que lleva siete plumas, las compra, pide tres que doblen hacia la izquierda, tres hacia la derecha y una recta, o que caiga hacia atrás, para darle cierta simetría a la composición encima del casco.
El color de las plumas dependen del tipo de pigmentación que tengan, así como por fenómenos de refracción que se producen debido a su estructura. La mayoría de los pigmentos de las plumas son melaninas, y por ejemplo las feomelaninas dan coloración parda, marrón o beige,
mientras que las eumelaninas son las que producen plumas negras y grises. Los carotenoides dan lugar a plumas amarillas, naranjas o rojas, y cuando se combinan con las melaninas pueden producir colores verde oliva.
Existen grupos de aves que tienen pigmentos específicos, como los loros que tienen psittacofulvinas, que colorean desde el rojo al amarillo; o los tucanes que cuentan con turacina para el rojo y turacoverdina para el color verde.
Las plumas blancas, como las de los cascos de los protagonistas de este post, son plumas sin pigmentación, por lo que la más mínima cantidad de alguno de ellos o de impurezas produce que este blanco no sea puro. El albinismo también da lugar a plumaje blanco.
Los colores azules o violetas se deben a una coloración estructural, debido a reflejos ultravioletas que realzan los colores pigmentarios o a iridiscencias. Los azules y verdes intensos de loros, guacamayos, patos o palomas se producen por la interferencia de la luz reflejada.
En el caso del plumaje verde se debe a la presencia de pigmentos amarillos sumada con la interferencia ya comentada. Para rematar la elevada complejidad de la coloración del plumaje de las aves, algunas especies pueden alterar o crear diferentes colores gracias a secreciones.
Son las secreciones de las glándulas uropígeas, que extienden mediante el acicalado. Además todo ello se relaciona con el vigor, ya que muchos colores se expresan si se ingieren los pigmentos en la dieta. Presentar el color es señal de dieta abundante.
Además, los carotenoides tienen funciones en el sistema inmune. En resumen, el color es un buen indicativo de la buena salud del ave que lo presenta.
En cuanto a las diferentes plumas de las aves, éstas se clasifican en distintos tipos. Las plumas de vuelo son las siguientes:

- Remeras o rémiges.
- Timoneras o réctrices.
- Coberteras o téctrices.
- Remeras o rémiges. Están en las alas y suelen tener el estandarte asimétrico. Las del extremo más exterior se llaman rémiges primarias, a continuación se insertan las rémiges secundarias, sobre el radio, mientras que las más cercanas a la base en el húmero, son las terciarias.
- Timoneras o réctrices. Forman la cola y su estandarte es simétrico, se insertan a la altura de las últimas vértebras caudales. Estas son las que de los cascos de los Armaos.

- Coberteras o téctrices. Se encuentran en las alas y cola recubriendo a las remeras y timoneras.
Las plumas que recubren la cabeza, el cuello, el tronco y las extremidades reciben el nombre de plumas genéricas de contorno, y terminan de conformar el plumaje de las aves:
- Plumón. El el plumaje que suelen tener las aves cuando son polluelos y se caracterizan por no tener raquis, o es muy corto. Sus barbas son libres, desordenadas y suaves, siendo su función principal evitar la pérdida de calor.
- Semiplumas. Son parecidas al plumón, tienen raquis más largo que la más larga de sus barbas, pero estas están libres y desordenadas como el plumón.

- Plumón polvoriento. Es un tipo especial que tienen algunas aves cuya función es producir un polvo fino para acicalarse.
- Cerdas. Son plumas de raquis rígido y pocas barbas situadas principalmente en la base. Su función es sensorial, algo parecido a los bigotes de algunos mamíferos.

- Semicerdas. Se trata de plumas intermedias entre las cerdas y las plumas de contorno y tienen muy pocas barbas.
- Filoplumas. Son plumas suaves con barbas únicamente en el extremo final, y sus funciones son sensoriales y ornamentales.

- Cobertoras auriculares. Es un tipo de pluma rígida similar a la semicerdas con abundantes barbas puntiagudas situada sobre el oído externo.
Las plumas de contorno cubren todo el cuerpo, pero no están uniformemente distribuidas por la piel de las aves, a excepción de algunos grupos como los pingüinos y las ratites.
En la mayoría de las aves las plumas de contorno crecen en zonas específicas denominadas pterilos, separados por zonas sin plumas denominadas apterilos; aunque en los apterilos puede crecer plumón y fitoplumas.
La distribución y forma de los pterilos, las zonas con plumas, varía entre las distintas familias y se ha usado para clasificar a las aves.
Es curioso que lo que nos ha traído a hablar de plumas es el hecho de que un grupo de humanos, en este caso los músicos de la Centuria Macarena, lleven plumas, es decir, somos en este caso mamíferos portando plumas, estructura característica de las aves.
Evolutivamente esto es un imposible, ya que aunque os mamíferos y las aves provengan de reptiles, ambos tienen su origen en grupos diferentes. De esta manera, parece claro que las plumas evolucionaron a partir de escamas de reptiles, aunque hay objeciones a esta teoría.
Parece bastante claro que la estructura clara de la escama pueda dar lugar al entramado de la pluma, pero no tanto el hecho de que den lugar a una estructura tubular que surja de un folículo de la piel. En cualquier caso, el origen del pelo en los mamíferos también es similar.
El estudio de los fósiles nos da pistas para suponer que el origen de las plumas no fue para el vuelo, sino que probablemente los primeros dinosaurios emplumados que las portaban la usaban para la termorregulación, la impermeabilización o el deposito de desechos como el azufre.
La coloración de las plumas evolucionó posiblemente como respuesta a la selección sexual. Posteriormente, con las plumas dedicadas a otras funciones, apareció la capacidad de planear y volar usando dichas estructuras.
En cuanto al uso de las plumas por parte de nuestra especie, no es algo exclusivo de la Semana Santa. A la elaboración de objetos con plumas se le llama arte plumario, y su uso es conocido desde la prehistoria.
Ya en aquella época se elaboraban diferentes tipos de adornos usando plumas, que varían dependiendo del lugar geográfico. Muchos indígenas han usado las plumas como tocados y la imagen de los jefes indios con su cabeza rematada con una gran cantidad de plumas es recurrente.
Muchas aves sirvieron para elaborar todo tipo de tocados en multitud de grupos étnicos a lo largo de toda América. Por ejemplo los sioux usaban plumas de águilas o cuervos, mientas que los aztecas usaban al vistoso quetzal, una preciosa ave que relacionaban con Quetzalcoatlus.
De hecho muchas de estas plumas y las aves que las portan eran consideradas como elementos sagrados relacionados con las diferentes religiones de cada lugar.
En la Centuria Macarena el número de plumas indica el rango en el grupo, al igual que históricamente también han sido símbolo de poder y jerarquía en jefes y guerreros.
Entre los caribes y guajiros de Colombia existía la costumbre de usar un número de plumas en sus atavíos según el número de enemigos eliminados en combate.
Los yelmos y las capas elaboradas con multitud de plumas de aves propias de la isla eran símbolos de dignidad, espiritualidad y poder de los jefes tribales de Polinesia y Hawai. Los guerreros-águila aztecas iban ataviados con plumas de águila.
El caso de los romanos y griegos con sus cascos emplumados parece que tenía el sentido de parecer más intimidatorios, al darle al que los porta un aspecto más alto y desafiante.
Distintos tipos de cascos llevaban diferentes plumas: los cascos italo-corintios, con la cara cubierta, estaba coronado por tres plumas púrpura o negras, y los solían llevar los legionarios de más edad, situados en la retaguardia del ejército;
los cascos montefortinos, los más usados por las legiones romanas, solían llevar crines de caballo o plumas de color rojo o negro; y los cascos coolus, que evolucionaron de los anteriores, solían llevar plumas para diferenciar a los mandos.
Estos eran los que llevaban las típicas crestas de los oficiales. Los centuriones portaban los penachos transversales, es decir, en el sentido de oreja a oreja, para diferenciarse y hacerse más visible ante su tropa.
Mientras que los tribunos y legionarios usaban penachos longitudinales, es decir, en sentido de la frente a la nuca. También llevaban plumas los mosqueteros franceses y aún es posible verlos en algunos ejércitos, como el italiano, o en uniformes de gala.
En la época victoriana se puso de moda tanto entre los caballeros como entre las damas, y sobre todo en ellas, usar vistosos sombreros, muchos de los cuales llevaban plumas de todo tipo.
En épocas más recientes se relacionaban las plumas con las vedettes, dando lugar a las llamadas boas de plumas, una especie de bufanda que se coloca sobre los hombros y que consiste en una tira de tela con plumas cosidas a ella.
Las plumas más habituales en la fabricación de esta prenda son las de avestruz, las de pavo y las del ave que nombraremos un poco mas adelante.
Una de las explicaciones para el origen de la expresión "tener pluma" para referirse al comportamiento afeminado de un hombre gay, parece que puede tener lugar en estas boas de plumas de las vedettes.
Volviendo al caso que nos ocupa, estamos ante una banda de música con un uniforme muy particular, que usa plumas y vestimenta romana, pero aunque esto no sea muy común, hay algunas otras bandas que utilizan también plumas.
como es el caso de la Compañía de Armados de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Cartagena, cuyos integrantes usan plumas de marabú. De hecho el escudo de esta agrupación representa un casco romano de perfil con una cimera de plumas de marabú.
Los marabúes son aves de la familia de las cigüeñas, muy características por su feo aspecto, ya que presentan un cuello y una cabeza pelada de plumas, de forma parecida al de los buitres, ya que comparten con ellos su condición de carroñeros.
Existen tres especies de marabúes, pertenecientes al género Leptoptilos y viven en zonas tropicales de Asia y África. La especie africana, Leptoptilos crumenifer es quizás la más conocida, y su plumaje es negro por la espalda y blanco en la parte inferior.
Las plumas de su cola son negras, por lo que si la banda de la que hablábamos antes las usa, deben de ser decoloradas antes, pues muchas de ellas se ven de color blanco-grisáceo.
Al ser plumas de gran tamaño, quedan muy elegantes en los cascos. El marabú es un cicónido grande, con una altura de 120 a 130 cm, y una envergadura desde 220 hasta 280 cm, aunque su gran porte no compensa el aspecto desagradable de su cara pelada.
La Banda del Sol es una banda de cornetas y tambores, vinculada estrechamente a la Hermandad del Sol de Sevilla y que acompaña musicalmente en la Semana Santa a varias cofradías.
Entre sus características destaca su uniforme que cuenta con un "Casco acerado, y adornos dorados con llorón de plumas blancas de oca, con carrilleras o barboquejo de piel en terminación de charol negro, en el frontal y en dorado un sol radiante con la palabra SoL en el centro.."
En la descripción del uniforme se habla de un llorón de plumas en el casco, por lo que tenemos que aclarar que con este término, llorón, se hace referencia al penacho de plumas largas o la crin, que caen colgantes en algunos cascos de los uniformes de gala de coraceros o lanceros
El nombre procede del sauce llorón, Salix babilonica, un árbol que se caracteriza por tener ramas delgadas, flexibles, largas y colgantes casi hasta el suelo.
Las plumas del casco de la Banda del Sol son de oca, o lo que es lo mismo del ave cuyo nombre científico es Anser anser. En realidad, oca, ganso y ánsar son tres nombres para el mismo animal, aunque se suele usar más oca para la variedad doméstica y ganso o ánsar para salvajes.
Las bandas cofrades se toman muy en serio sus normas y ordenanzas, y todo lo relacionado con sus uniformes y cascos emplumados también cuentan. Cabe mencionar el caso de un miembro de la Banda del Sol que dejó su casco y su corneta a una amiga.
Le sacó una foto con ellos que después subió a las redes sociales. Aludiendo a una falta de respeto al uniforme, la historia, y los mismos componentes de la banda, y basándose en el régimen interno que regula este tipo de comportamientos, el chico fue expulsado de la hermandad.
Probablemente tras esta parte del hilo, más de uno se encontrará a sí mismo mirando las plumas de los músicos o de las figuras de romanos que hay en algunos pasos para preguntarse ¿de qué ave serán estas...? Al menos yo lo haré si da la casualidad de que me encuentre con algunas
Para continuar con el hilo voy a contar algunas historias un poco más personales, pero que tienen un trasfondo biológico que encaja perfectamente en este hilo bio-cofrade.
4. LA CIGUEÑA. En el colegio donde estudiaba, el actual CEIP San Roque, cuando estaba en 8º de EGB, participé junto con todos mis compañeros en la exposición de pasitos y nazarenos de marquetería que hacíamos en las clases y que después exponíamos en la capilla de la Veracruz.
Una anécdota que me ocurrió estando en esos menesteres me viene muy bien para contar algo relacionado con las aves que mucha gente desconoce, a pesar de haberlo sufrido en sus carnes…
Resulta que como he dicho antes habíamos estado durante mucho tiempo preparando la muestra, y tengo que reconocer que me lo había pasado genial pintando nazarenos de colores, adornando pasitos y colocándolos en la exposición, puesto que me encantaban las manualidades.
Llegó la Semana Santa y los chavales nos arreglamos con nuestras mejores galas para abrir la exposición, y yo recuerdo que ese día me plantó mi madre una corbata y una chaqueta y allá que iba yo sin estar acostumbrado a esas vestimentas intentando no mancharme y no arrugarme.
Teníamos organizados turnos para la vigilancia y estando en uno de mis turnos, recuerdo que me paré en la puerta, por el lado de fuera, a charlar con uno de mis amigos. Era ya de noche, una noche primaveral agradable y allí estábamos hablando, cuando de pronto...
Noté que algo me caía encima; algo líquido y extraño, y que desprendía un olor no muy agradable… Mi amigo se apartó y otros chicos que había allí fuera comenzaron a reírse, y cuando me miré fui consciente de lo que me había pasado: me había “cagado” una cigüeña.
No podéis ni imaginar como me puso. Seguro que se quedó descansando la pobre después de liberar toda aquella cantidad de líquido blancuzco y maloliente; y mi chaqueta y mi corbata quedaron para el arrastre.
Al principio no sabía donde meterme, pero después no pude hacer otra cosa más que reírme, asumir lo que me había pasado e irme a casa a cambiarme, aunque recuerdo que después ya no volví a salir.
Que nos “cague” un pájaro cuando vamos por la calle no es nada raro, sobre todo en primavera, pero poca gente ha tenido la experiencia de “ser cagado” por una cigüeña, que es un ave de tamaño considerable, así que imaginad que muy agradable no tiene que ser.
Y habréis notado que he entrecomillado la palabra “cagar” cada vez que la he puesto, y no precisamente por sensiblería, sino porque en realidad no estoy muy seguro de que le podamos llamar así a lo que hacen las aves. ¿Qué por qué?
Pues muy sencillo, resulta que las aves tienen un solo orificio de salida al exterior por el que eliminar las heces fecales, la orina y para usarlo como conducto sexual. Se trata de la cloaca, que es donde desembocan tanto el aparato digestivo, el excretor, como el reproductor.
Las aves además no tienen vejiga para almacenar orina, y tampoco excretan urea, sino ácido úrico, que es insoluble en agua y que forma esa pasta blanquecina y semisólida, que compone su extraña orina. Ocurre lo mismo en los reptiles.
Además, debido al orificio compartido que es la cloaca, normalmente va mezclada con otras sustancia de color más oscuro que son los residuos de la digestión, como partes no digeridas de semillas o exoesqueletos de insectos.
Para las aves voladoras supone una ventaja no acumular orina y que ésta no esté mezclada con agua, puesto que cargar con el peso que supondría el líquido almacenado en una vejiga no les vendría nada bien para el vuelo.
Así que por eso decía que mas que "cagarte", las aves lo que hacen es "caga-mearte", todo a la vez.
En el caso que a mí me concierne de la orina y las heces que derramó en mi cabeza y en mi ropa esa cigüeña en aquella Semana Santa de hace ya muchos años, tengo que reconocer que la culpa la tuve yo, puesto que sabía que allí arriba había un nido de cigüeñas
y que en el suelo sobre el que yo pisaba había marcas blancas de otras deposiciones anteriores… Quizás desde entonces le cogí un poco de manía a eso de usar chaqueta formal y corbata, pero curiosamente no le cogí manía a las cigüeñas.
5. EL RATÓN. Hace ya unos años, en 2007, hicieron un retablo de azulejos en la pared del convento de las Monjas de Arahal, por la parte que daba a la calle Serrano, calle en la que vivía mi abuela, motivo por el que pasé allí gran parte de mi niñez.
También es la calle a la que se fue a vivir la que era mi novia (y ahora es mi mujer), motivo por el que pasé allí gran parte de mi juventud… A día de hoy allí sigue viviendo mi suegra, viven mis tíos, vive mi hermano… así que esa calle sigue siendo bastante importante para mí.
Cuando hicieron el retablo del que hablaba antes, que representaba a un Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, me pareció que habían tenido muy poca vista por el sitio donde lo habían colocado, puesto que en esa zona la calle es muy estrecha y la acera es mínima.
Por lo que cualquiera que se pare a verlo corre el riesgo de ser atropellado o a que algún coche lo golpee con su espejo retrovisor. De hecho por mucho que pasé por delante no me paraba a verlo, 1º porque no me llamaba la atención, y 2º porque no quería ponerme en riesgo.
Me sorprendía mucho que la gente cada vez fuera más devota de esa imagen, que ni siquiera era una imagen tallada, sino una pintura en unos azulejos, y se paraban delante a rezar, se persignaban cuando pasaban por delante, le ponían jarrones con flores…
Pero yo nunca me paraba delante del retablo. No había tampoco ninguna razón importante, pero no me paraba. Hasta que alguien me comentó que había un ratón dibujado en esos azulejos. Entonces mi curiosidad científica me llevo inmediatamente hasta dicha obra y allí me paré buscando
Lo encontré rápido, no tardé mucho en dar con él medio camuflado entre el suelo, pero allí me quedé un rato embobado. Estaba muy bien pintado, parecía bastante real, y saqué mi teléfono móvil, no muy inteligente por aquella época, pero con cámara de fotos, y lo fotografié.
Me pasé un buen rato delante del ratón pensando qué haría aquel animal en aquel cuadro, si el autor lo había puesto anecdóticamente o si lo había hecho a posta por algún motivo, pero el caso es que me encantó el detalle.
Los roedores como las ratas y ratones conviven con nosotros desde los orígenes de la humanidad, puesto que aprovechan perfectamente los restos de alimentos que dejamos o son capaces de encontrar los alimentos que almacenamos.
Mus musculus es el nombre científico de los ratones domésticos, aquellos que de vez en cuando nos encontramos por nuestras casas y que tan molestos nos resultan.
Pero pensad en lo importante que son estos animalitos, ya sean por las vidas que salvan gracias a las investigaciones que con ellos se hacen en los laboratorios...
En mi caso, el ratón consiguió que una persona de poca fe estuviera un rato embobado mirando una representación artística religiosa. No fui consciente entonces, pero estoy seguro de que cualquiera que me hubiera visto allí, podría haber pensado que estaba rezando…
Por cierto, a día de hoy, unas manchas blanquecinas en el suelo se pueden ver en la esquina de la calle Serrano con la calle Las Monjas, cerca del retablo del ratón, justo debajo del nido de cigüeña que hay allí. Así que aquellos que paráis descuidados por allí. ¡Cuidado!
6. EL PELÍCANO. Cuando era pequeño me apuntaron a la hermandad del Santo Entierro de mi pueblo y llegué a procesionar un par de veces en ella, pero no participé mucho de la vida de la hermandad, ni nunca me sentí integrado en ella.
Eso sí, había un detalle que me llamaba mucho la atención y que me hacía preferir aquella hermandad sobre las otras, en las típicas discusiones de colegio que teníamos los chavales sobre cuál era mejor.
Ese detalle es, que en el paso del Cristo del Santo Entierro de Arahal, hay una imagen tallada sobre la urna de cristal que representa un ave de tamaño más o menos grande, cuello largo y color blanco, y que se supone que es un pelícano, aunque físicamente no se parece mucho.
Mas que un ave del género Pelecanus, recuerda más a un cisne. Este ejemplar, supuestamente una hembra, está rasgándose el pecho con su pico (muy parecido por cierto al de las anátidas) y la sangre que brota de ella sirve para alimentar a los tres polluelos a sus pies.
Esta representación se basa en una antigua leyenda, que se puede oír en varios sitios del mundo, en la que se habla de la mamá o el papá pelícano dando su vida por salvar a sus crías, alimentándolas con su propia sangre, en una alegoría del sacrificio por las demás personas.
Otras versiones de la leyenda dicen que los polluelos de pelícano cuando crecen atacan a sus padres y entonces el padre pelícano tiene que matarlos, vertiendo después su propia sangre sobre ellos para resucitarlos a los tres días, convertidos en buenos hijos.
Evidentemente todo esto se trata de una leyenda y los pelícanos se alimentan principalmente de peces, secundariamente de anfibios y tortugas, y ocasionalmente de aves más pequeñas, pero no son animales hematófagos, que se autoflagelan para alimentar a sus crías.
Posiblemente esta historia mitológica venga de que los pelícanos adultos alimentan a sus crías por regurgitación del alimento que ellos previamente medio digieren o simplemente le ofrecen pescado que han capturado y que transportan en su pico.
por lo que al bajar el pico sobre el pecho para permitir el acceso de los polluelos al interior de éste, pudiera parecer que se lo este clavando en el pecho.
Lo que sí es cierto es que la puesta habitual es de dos o tres huevos, pero habitualmente solo sobrevive uno de ellos, debido principalmente a la competencia entre los propios hermanos, llamada también cainismo y habitual en diversas especies de aves.
No me podréis negar que tanto el mito, como la verdadera biología de los pelícanos es fascinante, por lo que no estaba yo muy equivocado al defender a esta hermandad por sus pelícanos, mas que por sus titulares, en las discusiones de colegio.
Y aunque podría seguir... termino ya por hoy, con este extenso hilo bio-cofrade. Como no podía ser de otra manera, se lo dedico a mis amigos cofrades de toda la vida @davidarahal @EmilioEmiljesus @germanpiano @penarahal y @adrianpastorgut.
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