Thread by @matiaslongoni

"Cristina y Magnetto se reunieron a solas. Magnetto intentó explicar que él no tuvo nada que ver con el reclamo de los productores. "Había puebladas por todas partes", dijo. Cristina le respondió: "Fueron puebladas que provocaban ustedes desde el multimedio".

Esto escribe Tenembaum en Infobae basándose en el libro de Cristina. Yo que trabajaba en Clarín en ese tiempo y me tocaba cubrir el agro, debo decir que me preocupa que la ex presidenta sea incapaz todavía de reconocer errores como el de aquella vez.
infobae.com/opinion/2019/0…

Recuerdo muy bien los primeros días después del 11/03/2008 en que salió la 125. Me cansé de pedir espacio en el diario para contar las protestas de los productores. nadie me daba pelota pese a la gravedad del asunto. Para ellos, incluido Magnetto, era una protestita más del agro.

Recuerdo que en esos primeros días, muchos productores me puteaban a mi como cara visible de Clarín en las conferencias de prensa: "Che, tu diario está jugando a favor del gobierno", me imputaban. Y no era raro: Clarín había sido muy pro K hasta ese momento.

Fue recién en la semana santa de 2008, varios días después de iniciado el conflicto, que Clarín (sobre todo TN) comenzó a movilizar periodistas por los piquetes, sobre todo hacia el de Gualeguaychú, donde descollaba un personaje desdentado que hoy es senador.

Hubo una razón que fue responsabilidad del propio Gobierno para que Clarín y otros diarios repararan en el conflicto y decidieran prestarle atención: la movilización de las huestes de camioneros de Hugo Moyano hacia Campana, con ánimo disciplinador. Eso fue el 25 de marzo.

Después vinieron las imbecilidades políticas de la propia Cristina, como eso de endilgarles a los chacareros hacer "piquetes de la abundancia" y otras frases propias de una política que no sabía un carajo de lo que pasaba más allá de la Gral Paz.

Hacia fines de marzo, cierto era que Clarín le dio una cobertura mucho más grande al conflicto de la que le había dado al principio. A esa altura mis editores me pedían que llene páginas enteras y hasta escribían de campo periodistas que nunca lo habían hecho.

Me acuerdo patente que el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, llamaba a sus escuderos en la redacción contando cada dos por tres que el conflicto estaba en vías de solución, suplicando que le bajen el tono.
Pero después hablaba Cristina. O Néstor. Y la cosa volvía a escalar.

En definitiva, la anécdota que cuenta Cristina en su libro es bastante falsa e indulgente con ella misma, que sin duda fue la principal fogonera de aquel conflicto. Me da tristeza que a tantos años no haya podido digerir lo que sucedió. Hacer un balance de su propia impericia.