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Seguimos con la investigación de la red Gladio, esta vez hablaremos de España donde elementos neofascistas italianos y de otros países actuaron realizando guerra sucia con grupos de extrema derecha españoles bajo el paraguas de las autoridades durante la Transición. 
Os dejamos el hilo anterior donde introducimos el tema y desarrollamos la red Gladio en Italia.
Fue Francia quien en 1956 propuso la entrada de la España franquista en la red Stay Behind (o Gladio como se conoce en Italia). Aunque el expresidente español Calvo Sotelo afirmó que no era necesaria este tipo de organización en España pues "el régimen era Gladio".
El general Gerardo Serravalle, el exresponsable de una sección del SID, los servicios secretos militares italianos, declaró que en 1972 en una reunión de Gladio se presentaron dos miembros españoles del servicio de inteligencia como observadores.
Según Serravalle los miembros italianos de Gladio no entendían el por qué del interés español en entrar pues no corrían riesgo de una invasión soviética. A lo que los españoles respondieron que ellos tenían sus propios problemas en casa.
André Moyen, un ex agente del Servicio General de Información belga aseguró que había una red Gladio en España. Moyen declaró que Gladio se ocupaba de la lucha "antisubversiva" en las que se incluían los movimientos de izquierdas, no sólo comunistas sino también anarquistas.
Antonio Romero ex diputado de Izquierda Unida en los 90 que se entrevistó con Moyen pidió que se investigara si hubo una red Gladio en España. Finalmente el Gobierno del PSOE cerró la investigación por falta de pruebas sólidas negando la existencia dicha red.
Otro testimonio que tenemos es el del ex miembro de Gladio el coronel Alberto Volo que en una entrevista declaró que en las Islas Canarias había una base militar destinada al entrenamiento de los agentes de la red Gladio.
El 13/04/1987 un artículo de El País reveló que el Jefe de Gobierno de Franco, el almirante Carrero Blanco protegió al ultraderechista Delle Chiaie y a otros 60 fascistas italianos en 1973 que huían de la justicia italiana por perpetrar atentados terroristas en el país.
El País destaca que Delle Chiaie estrechó contactos con el director de los servicios de Presidencia del Gobierno, el Coronel San Martín posteriormente acusado por su participación en el frustrado golpe del 23F.
Sigue el artículo relatando que los servicios secretos españoles utilizaron a los neofascistas italianos (Ordine Nuovo principalmente) en la guerra sucia contra ETA. Uno de los cuales intervino en el asesinato del dirigente etarra José Miguel Beñarán en 1978.
Los policías de la entonces Brigada Político-Social de Madrid frecuentaban la pizzería El Apuntamento en la calle Marqués de Leganés, donde se reunían los italianos, buscando mercenarios para llevar a cabo provocaciones y atentados ultras.
Uno de esos casos, fue la captación de los jóvenes españoles que llevarían a cabo el asesinato de los abogados laboralistas de Atocha en 1977, del que hablaremos más adelante con más profundidad.
El periodista Mariano Sánchez Soler recoge el testimonio del juez Pierreluigi Vinyaen su libro Los hijos del 20N donde asegura que los servicios de inteligencia españoles utilizaron a elementos ultraderechistas italianos en las provocaciones ultras durante la Transición.
9/5/1976 se celebró en Montejurra la primera concentración carlista tras la muerte de Franco. Carlos Hugo heredero de los Borbón-Parma y fundador del Partido Carlista había girado hacia posiciones socialistas y federalistas formando junto al Partido Comunista la Junta Democrática
Sixto de Borbón, hermano menor de Carlos Hugo se disputaba con él el liderazgo del movimiento carlista queriendo llevarlo a posiciones tradicionalistas.
Se palpaba la tensión en el ambiente que desembocó en enfrentamientos y en un tiroteo sobre los partidarios de Carlos Hugo, resultando muertos 2 además de decenas de heridos.
La autoridades presentes no actuaron hasta después de los ataques.Entre los atacantes no se encontraban solo carlistas partidarios de Sixto sino numerosos neofascistas italianos, franceses y argentinos entre los que se encontraban el ya mencionado Delle Chiaie.
Otro que se encontraba era Jean-Pierre Cherid, paramilitar de la OAS francesa, el grupo terrorista que se oponía a la independencia de Argelia. Luego sería también miembro de los GAL y otros grupos terroristas anti-ETA.
Sixto de Borbón, no fue detenido sino que fue escoltado hasta Francia por agentes de la Policía. La investigación judicial fue abortada al aplicarse la ley de Amnistía de 1977 (absolviendo a los tres acusados por los ataques).
El Gobierno de Adolfo Suárez tampoco mostró el menor interés en abrir una investigación paralela sobre lo ocurrido. Manuel Fraga entonces Ministro de Gobernación, se refirió al incidente como una lucha fraticida entre bandos.
Posteriormente el entonces jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general Sáenz de Santamaría declararía que los atacantes fueron armados por las autoridades. Y que el Gobierno de Arias Navarro junto con Manuel Fraga coodinarían los contactos con Sixto de Borbón.
Se ingresó dinero en bancos de Santander, Vitoria, Logroño, Pamplona y Burgos que sirvió para financiar el desplazamiento de mercenarios de los grupos ultraderechistas Guerrilleros de Cristo Rey, Batallón Vasco Español, Internacional Fascista Italiana y la Triple A argentina.
Jaime Pastor profesor en la UNED asegura que la Guardia Civil, la policía y grupos de extrema derecha españoles intentaron replicar la estrategia de la tensión usada en Italia. Intentar frenar el ascenso de los movimientos sociales buscando la guerra sucia.
Un informe oficial italiano de 1987 implicaba al neofascista miembro de Ordine Nuovo Carlo Cicuttini y nacionalizado español en la matanza de los 5 abogados laboralistas de Atocha, uno de los momentos de mayor tensión en la transición española.
Cicuttini fue uno de los agentes de la red Gladio en Italia, de hecho fue condenado por el atentado de Peteano en el que murieron 3 carabinieri.
En 1983 y 1986 Italia pidió la extradición de Cicuttini pero fue denegada por la Audiencia Nacional la razón expuesta fue que éste adquirió la nacionalidad española al casarse con la hija de un general de brigada del Ejército español.
Según cuenta un artículo del País fechado el 2/12/1990, un juez italiano experto en terrorismo aseguró que España no entregó a Cicuttini porque sabía "demasiado" sobre la guerra sucia del Gobierno contra ETA.
Más explícito es un documento confidencial de la Brigada de Información Interior, fechado en 1983 en el que se afirma que Cicuttini admitió, durante unos interrogatorios en su primera detención en 1982, haber trabajado para el Gobierno de España.
Cicuttini afirmó haber realizado "realizando operaciones en Francia como Grupo Antiterrorismo ETA (ATE), tanto de vigilancia y observación de miembros de la izquierda española como de miembros de ETA, así como atentados contra estos últimos".
Delle Chiaie, Gladio (atentado de Bolonia) y Cóndor (colaboró con Klaus Barbie exagente de la Gestapo en el golpe militar de Bolivia en 1980) afirmó ante la justicia en 1987 que miembros de la policía española estaban inmersos en asesinatos contra militantes de izquierdas.
Delle Chiaie aseguró que los autores materiales del atentado de los abogados de Atocha fueron instigados por sectores de la policía española. al igual que el asesinato en Madrid del estudiante Arturo Ruiz un día antes de los hechos de Atocha.
La investigación judicial identificó a José Ignacio Fernández Guaza, matón de ultraderecha con vínculos con la policía que huyó de la justicia, nunca cumplió condena.
Sólo fue juzgado el argentino Jorge Cesarsky del grupo ultraderechista argentino Triple A y muy relacionado con los círculos franquistas.
Dato destacable sobre la Triple A o Alianza Anticomunista Argentina. El entonces jefe de seguridad de Manuel Fraga, Rodolfo Almirón (en la izquierda) , habría sido en Argentina uno de los jefes terroristas de la Triple A.
El otro caso que mencionó Delle Chiaie en su juicio en el que miembros de la policía estaban envueltos fue el asesinato de la líder estudiantil y militante comunista Yolanda González de 19 años en 1980. Yolanda fue secuestrada, torturada e interrogada para después ser ejecutada.
El asesinato de Yolanda fue reivindicado por el Batallón Vasco Español. Fueron detenidas y condenadas 7 personas entre las que se encontraban los miembros de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro y Ignacio Abad Velázquez que fueron quienes apretaron el gatillo.
También fue condenado David Martínez Loza, guardia civil en excedencia y jefe de seguridad de Fuerza Nueva, según Hellín Moro fue la persona que ordenó el arresto, interrogatorio y ejecución de Yolanda González.
Hellín implicó también a dirigentes de Fuerza Nueva, así como a funcionarios de policía, pero Ignacio Abad, el otro autor material, descargó sobre él toda la responsabilidad.
Hellín señaló que nada más ser detenido se había confesado autor porque así se lo habían pedido y que le ayudarían. “La propia policía me dijo que no merecía la pena implicar a más personas”.
Emilio Hellín se dio a la fuga en 1987 aprovechando un permiso penitenciario. En Paraguay recibió asilo y protección de la Dictadura Militar de Alfredo Stroessner (Blas Piñar, dirigente de Fuerza Nueva fue a su toma de posesión), hasta que la Interpol le detuvo en 1990.
En 2013 se dio a conocer que Emilio Hellín trabajaba para los Cuerpos y Fuerzas Generales de la Seguridad y del Estado de formador en técnicas de espionaje, rastreo informático y en dispositivos móviles. Información que Interior reconoció.
elpais.com/politica/2013/…
elpais.com/politica/2013/…
Siguen las conexiones entre neofascistas italianos y grupos de ultraderecha españoles especialmente los Guerrilleros de Cristo Rey (GCR).
El historiador hispanista Paul Preston en su libro La política de la venganza: el fascismo y el militarismo en la España del siglo XXI habla de vínculos entre los GCR, los servicios secretos españoles y el partido de extrema derecha Fuerza Nueva de Blas Piñar
Mario Sánchez Covisa (derecha), líder de los Guerrilleros de Cristo Rey y los neofascistas de Ordine Nuovo Eliodoro Pomar y Elio Massagrande (izq) fueron detenidos por la Guardia Civil en febrero del 77 por el hallazgo de una fábrica de armas en un piso de Madrid.
Posteriormente se descubrió que se trataba de un taller de modificación de armas. Se encontraron varias metralletas y chalecos antibalas en fabricación además de 3 lingotes de oro. A los cinco meses todos los detenidos fueron liberados.
Revisten interés los perfiles de Massagrande y Pomar, los dos habían sido detenidos en Italia por actividades terroristas , además Pomar era ingeniero técnico de armas y electrónica y antiguo director del centro nuclear Ispra.
Según investigaciones de medios de comunicación parece ser que hubo complicidades entre las autoridades policiales y los Guerrilleros de Cristo Rey en el asunto de la fábrica de armas.
En concreto los medios apuntaron a el jefe superior de la Policía de Oviedo, el comisario del Cuerpo General de Policía y el jefe del Servicio Técnico de Transmisiones, todos ellos altos cargos que conocían el local clandestino.
El diario Informaciones añadía a estos datos que las autoridades conocían la existencia del local dedicado a la modificación de armamento y que estaban interesados, tal vez por eso lo conocían y no actuaron, en un transmisor detonador que se estaba desarrollando
Importante mencionar también los vínculos entre los GCR y las dictaduras sudamericanas, ya hablamos del caso de Hellín Moro y el dictador Stroessner. Pero volvamos al nombre de Jorge Cesarsky arrestado en el 77 por sus vínculos con la GCR en el asesinato de Arturo Ruiz.
Con Cesarsky fue arrestado también Carlos Pérez miembro de uno de los grupos anticastristas apoyado por el gobierno norteamericano en Miami. A Pérez se le conecta con el asesinato del exministro de Allende, Orlando Letelier, en Washington.
Las conexiones entre las dictaduras sudamericanas y militares españoles no son puntuales, hace poco desclasificaron documentos en Argentina que muestran como militares españoles colaboraron con la dictadura argentina (1976-1983).
El documento que lleva la firma del exmilitar argentino Adolfo Scilingo, cuenta que el militar español decía pertenecer a la Armada Española y enviado personal del Rey de España para colaborar en la Lucha contra la Subversión por su experiencia contra ETA”.
Recomendamos leer esta entrevista que hace Voz Populi a Adolfo Scilingo condenado a 1.084 años de cárcel en España: “Militares españoles vinieron a enseñar a torturar a la ESMA”
vozpopuli.com/espana/entrevi…
vozpopuli.com/espana/entrevi…
Cabe mencionar este hilo que hicimos sobre documentos declasificados de la CIA que hablaban de conexiones entre servicios de inteligencia europeos y sudamericanos en los 70.
