Todos sabemos que China es una dictadura comunista. No olvidamos Tiananmen. Pero los recargos de Trump sobre la importación de productos chinos no tienen nada que ver con la democracia ni la libertad.
Tienen que ver directamente con la intención de proteger al sector de su base electoral relacionado con industrias que fueron desplazadas por la eficiencia, la tecnología y los bajos costos chinos.
Se sostiene que los chinos pagan salarios de hambre y las condiciones laborales son esclavizantes. Falso. Los trabajadores chinos en los sectores cuestionados ganan mejor que los americanos, y que los argentinos, obvio.
La historia es la misma que la de otros países que salieron de la miseria: desde México a Japón, desde Corea del Sur a Vietnam. Salieron del desempleo crónico con salarios baratos que para ellos eran una bendición.
Luego, a medida que agregaron tecnología, los salarios y prestaciones fueron subiendo a niveles internacionales, igual que la calidad. Lo que para algunos es trabajo esclavo, para esos pueblos era la salvación.
Después, cuando fueron agregando tecnología, los salarios y prestaciones fueron subiendo a niveles internacionales, igual que la calidad. Lo que para algunos es trabajo esclavo, para esos pueblos era la salvación.
Buena parte del boom tecnológico fue posible por la baja de precios generada por la producción china en todos los sectores de la industria, en todo el mundo. Empresas como Apple, Intel, las telefónicas, las apps, le deben su crecimiento imparable.
Lo que se conoce como globalización, que sacó de la pobreza a cientos de millones de personas, se apoya en la producción china fundamentalmente, tanto por su volumen como por sus bajos costos, incluyendo el transporte marítimo.
China ha cometido varios excesos y hasta ha usufructuado conocimiento y patentes ajenas. No muy distinto a lo que ocurrió en EEUU en la mitad del siglo XIX, cuando explotó la innovación americana. Fenómenos desordenados y avasallantes.
Pero lo importante es que de esa desordenada apertura comercial se beneficiaron todos los consumidores del mundo, empezando por las empresas y los consumidores americanos, no sólo por los precios y la variedad de opciones;
sino también por los empleos y el bienestar que crea el comercio. Por eso la teoría económica más clásica dice que, aunque no haya reciprocidad, conviene siempre comprarle a alguien que tenga precios más baratos que los propios.
Sin comprender el funcionamiento de las variables económicas, Trump, con una gran ignorancia, se lanza a poner recargos y sancionar a China, que le responde del mismo modo. Su desconocimiento se refleja en lo que dice.
“China nos pagará 100 mil millones por año” – dice. Cuando en realidad los recargos los pagan las empresas y consumidores americanos. Empresas que ya se tiran de los pelos por los problemas de producción que advierten.
Políticamente, puede aparecer como un vengador, como el defensor de la industria y el empleo, como un paladin liberal, de lo que no tiene nada. Sin embargo, el efecto será el contrario. Nada nuevo bajo el sol. Pasa en Argentina, pasa en EEUU. Pasará globalmente.
El efecto será grave. Para el consumidor americano. Para la industria americana. Porque subirán costos y precios, y también bajarán las opciones de compra y la actividad toda. Y para el consumidor mundial, definitivamente perdedor en esta lucha.
Seguramente también para China, pero ese no es el punto, por lo menos desde la mirada del resto de los países, que no ven en esto una final del mundial, sino un peligro a su bienestar.
Además de la inflación que provocará, hay connotaciones elementales financieras. Los Treasury Bonds americanos que comprará china serán menos, porque esa tenencia es correlato de la balanza comercial.
Eso subirá los costos de interés en el mundo. Nada bueno para estos paisitos nuestros que se han quedado colgados de la deuda y que tendrán serias dificultades para renovarla. También las bolsas sufrirán.
Contrariamente a lo que dice Trump, el índice Dow Jones ha caído 1300 puntos desde que, al comienzo de 2018, Trump empezó a amenazar con los recargos, que muchos creen que son sólo una herramienta de negociación.
Sin embargo, hay analistas muy sólidos que piensan que los recargos son un fin en sí mismo, un simple proteccionismo. Los que admiran a Trump como un gran jugador de truco no lo entienden así, pero se equivocan.
Otro daño muy grande es la salida unilateral de EEUU de sus acuerdos, lo que crea una gran incertidumbre en el comercio internacional. También aquí hay quienes creen que esto es temporal. Y si le erran?
Trump no negocia. Quiere imponer, como en sus empresas, como con sus mujeres, como en su programa El Aprendiz. Palo y zanahoria, como el terrible Teodoro Roosevelt, pero sin zanahoria.
Un punto muy grave es que EEUU está impidiendo que le vendan manufacturas y hasta commodities países en desarrollo o marginales, con lo que los condena a la miseria o les impide salir de la pobreza.
Se puede odiar a China por ser una dictadura sangrienta, recordar Tiananmen, decir que son tramposos, pero lo que hace Trump perjudicará a EEUU y al mundo, y hará retroceder en la lucha contra la pobreza y demorará más la democratización china, aumentando el autoritarismo.
Y el endeudamiento americano seguirá subiendo, no bajará como consecuencia de estas medidas. Como siempre pasa. Putin sonríe. Adam Smith llora. Nosotros tenemos poco para sonreír y bastante que lamentar.
Trataré de interpretar lo que quiere hacer el gobierno hasta 2023. (Hilo)
a. como el FMI le exige un plan plurianual aprobado por el Congreso como condición para un arreglo que le permita subsistir, alberto hizo el domingo su llamamiento al Gran Acuerdo Nacional. (Sigue)
b. El único plan que se le ocurrió al gobierno consiste en una sucesión de aumentos de impuestos y nuevos impuestos, incluido el aumento de retenciones, sin cambio en el monto ni el tipo de gastos. (sigue)
c. Ese plan le haría perder al gobierno las elecciones presidenciales de 2023, más otros efectos complicados. Por eso el domingo pasado alberto convocó al Gran Acuerdo Nacional, que hace compartir la culpa del plan y la impopularidad del arregllo con el FMI a Juntos. (Sigue)
Hilo. 1. Grave la declaración de Binder sobre la "suspensión" de las patentes para las vacunas a fin de ayudar a los países con dificultades económicas. Suspende el derecho de propiedad. El concepto central mismo del Capitalismo y de la riqueza americana. (sigue)
2. El derecho de propiedad es la manifestación práctica de la libertad, porque es fruto de la decisión de ahorrar, o de invertir el fruto del trabajo y del ahorro de cada uno. Rompe uno de los paradigmas fundamentales de lo que se conoce como Occidente. (sigue)
3. Si la idea es ayudar a los países pobres, cada país en condiciones económicas de hacerlo debería comprar las vacunas a sus laboratorios y regalárselas a los países pobres. Quitarles el derecho de patente o de propiedad es una simple y lisa confiscación. (sigue)
1/ La declaración de Janet Yelen, la nueva secretaria del Tesoro norteamericana, garantizando que el nuevo gobierno no aplicará devaluaciones competitivas, es superflua, engañosa y poco técnica. Será contraproducente. (Hilo)
2/ Una devaluación competitiva se aplica a la decisión unilateral de un gobierno de devaluar su moneda para poder competir con mejores precios internacionales. En la práctica, en grandes economías eso sólo es posible si lo convalida el mercado. (sigue)
3/ Si el mercado no lo convalida obliga a una carrera continua y que siempre se pierde, ya que a la larga se impone lo que dice el mercado, con consecuencias durísimas para quien intenta la prepotencia cambiaria. (Sigue)
0. Hilo sobre la Ciudad de Buenos Aires y el atropello peronista. (sigue)
a. El daño que le inflige el gobierno peronista a la Ciudad de Buenos Aires es gravísimo, profundo y duradero. Este es el asalto final. Más allá de los recursos legales que se interpongan– con pocas chances de éxito – se impone hacer cambios estratégicos drásticos. (sigue)
b. La primera obligación del gobierno de la Ciudad es preservar la libertad, el bienestar y la propiedad de sus ciudadanos y contribuyentes, por encima de cualquier otra consideración o interés político. Y para eso tiene que extremar todas las acciones posibles. (sigue)
1. Encíclica Fratelli tutti de Francisco: siempre, junto al derecho de propiedad privada, está el más importante y anterior principio de la subordinación de toda propiedad privada al destino universal de los bienes de la tierra y, por tanto, el derecho de todos a su uso. (Hilo)
2. Vuelvo a hacer mías y a proponer unas palabras de san Juan Pablo II cuya contundencia quizás no ha sido advertida: «Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno». (Sigue)
3. En esta línea recuerdo que «la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada». (Sigue)
1. El tremendo diagnósitico del FMI no es un mensaje para que el mundo tenga compasión de Argentina. Es un mensaje al gobierno y a la sociedad. Le está diciendo que tomen esto en serio porque es grave. (Hilo)
2. Y de inmediato lo que pide es un plan, un horizonte, una señal al país, a los acreedores, a todos los entes globales y al propio FMI de cómo ven al menos los próximos tres años, aunque debería pedirse un plan a 5 años mínimos. (Sigue)
3. Georgieva dijo hace unos días que el Fondo no le exige ningún ajuste al país. Y es cierto. Le pide un plan, que tenga bases, fundamentos y coherencia. Deja que sea el propio gobierno el que prponga un ajuste que no puede evitar. (Sigue)