Pero se aguantan.
¿Va?
No me salgan con sus noroñadas de “Aaaaaaay qué clasista” o me los nalgueo.
Sellen este pacto con 100 ❤️ y les cuento.
Su morbosidad solo es comparable a mi capacidad para el chisme.
Nos merecemos sin duda.
Bueno, ahí les va:
La cuestión de su disfraz debe planearse con meses de anticipación porque:
- Sí, sí va a estar -
- ¿Me lo juras?, ¿ya ves que tú eres una adulta súper mentirosa, te he visto-
- Oh qué la, si esa opinión tienes no consigo o hago nada
- No sí confio. (No, no confío, bitch)
-(Ya sé que no confías, perrito, ja)
Pero bueno, la pedida de dulces. Yo los llevo en mi mamavan a una colonia en donde...
Y todos los comercios, “órale, su puñado de dulces”...
Total, un costal de golosinas que terminando la noche de espantos...
Pero son demasiados.
Así que...
“Se los repartes a tus compañeros y te voy a monitorear, ya sabes que tengo a Miss Yolis en el Wassup”.
- Sí MadreSanta!
Total regresaron 23 morrales, corroborado por la Miss Yolis.
Me escribió:
- “Es que ya los dulces le valen a la chiquillada, todos tienen superavit en sus casas”.
Bueno, pues las bolsitas las regalé a los viene-viene y limpiaparabrisas. Esos sí me las aceptaban.
En ese contexto...
En una comida familiar allá por 1985, de esas de jardín, sol en su esplendor, y momentos felices, exacerbados por mi ingenuidad infantil y las nieves del tiempo.
Mi abuelo me había enseñado una bolsa de Milky Ways que había...
Total que el abuelo iba a repartir los chocolates entre los nietos y yo estaba muy emocionada.
Como si no hubiera mañana...
Obvio, los cagaron, pero pues el daño ya estaba hecho.
Y aquí viene el final de mi hilo.
Hoy se hizo más fuerte cuando leí que en 5 meses el Superdelegado de Jalisco ya hizo millonarias transas con la familia; con el programa de Hernán y Gibrán; la canción de Beatriz;...
HAMBREADOS.
El hambre no se oculta.
¡Jamás tuvieron nada y hoy quieren devorarlo todo!
Y México es la niña Doña Gallina viendo la escena asqueada.
FIN.