Thread by @jugglerowsky

Anécdota rápida:
La semana pasada tuve reunión con un proveedor: presentación de un nuevo sistema de facturación.
Todo iba más/menos hasta que le dije "Tu sistema pretende estar en lo correcto en vez de ser algo funcional" Me pidió que me explicara: no entendía la diferencia.

(Como contexto, la reunión fue en la que no me dejaron entrar -básicamente porque no creían que yo era yo, con todo y que llevé identificación y todo-. Y, como es de suponerse, no llegué con ellos en mi mejor momento).

La discordia vino con la cancelación de facturas. Si me ha leído de tiempo atrás, sabrá lo tortuoso que es esto. Particularmente, el software de la reunión lo resuelve vía nota de crédito -sin permitir una cancelación real, fiscalmente le da un saldo a favor al cliente-.

Le dije que eso a mí no me sirve puesto que me topo casos donde necesito la cancelación real. Esto implica que debo meterme al SAT, cancelar, y entonces me quedo con dos versiones de mi negocio: la fiscal real (en SAT), y la que tendría el sistema. Respondió que no podía ser.

Le expliqué que hay ocasiones donde un cliente pide cancelar la factura y la validación del SAT de que ese documento efectivamente está muerto (no es común, pero pasa). El proveedor seguía necio con que fiscalmente no había tema. Fue buen momento de abandonar la sesión.

Esto lo he visto seguido: en la 4T, con empresarios, con compañeros de trabajo cuando fui empleado...
Encuentras gente que busca siempre tener la razón, al grado que pierden la perspectiva de sus objetivos, de su papel más grande (peor cuando estás acostumbrados a los pretextos).

Raquel Buenrostro podría estar en lo correcto de que era responsabilidad de EPN comprar los medicamentos del 2019 (cosa que dudo, pero supongamos que así sea). Si bien no es responsable del IMSS, sí tiene un papel como funcionaria, de ayudar dentro de sus funciones.

Pero bueno, eso se permea, de arriba hacia abajo. Una empresa que atiende mal a sus clientes viene desde Dirección. Lo mismo con la 4T: sea con anuncios de antisemitismo, respuestas sobre prioridades entre concursos de matemáticas y el menú gluten-free, o si no hay medicinas.

Moralejas: siempre pueden mejorar, y cuiden que la soberbia no les nuble los ojos. Y recuerden que pueden estar en lo correcto toda su vida, y aún así fracasar. La única receta para el éxito que conozco es expandir los límites propios.