Thread by @AugustoDarget

Algún día de 1986, a mis 21 años estaba con mi primer auto manejando bajo la lluvia. Estaba yendo a trabajar al banco. Cuando frenaba, llovía mas adentro que afuera. Era un Peugeot 404. Un semáforo me hace parar y veo un señor mayor , peleando con su paraguas esperando el bus.

Le toco bocina y lo invito a subir. Agradece mucho mi gesto y al preguntarme adonde me dirigía se pone muy contento ya que el también iba cerca de Sarmiento y 25 de Mayo.

Me comenta que es abogado. Me pregunta a que me dedicaba yo. Le cuento que yo, tras haber trabajado 3 años en un Agente de Bolsa, había entrado en un Banco y que tras 9 meses de trainee me habían asignado a la mesa de dinero.

Tras la hora del viaje y luego de intercambiar figuritas acerca de colegios; etc. lo dejo en la esquina de Corrientes y 25 de mayo, diciéndole que si lo volvía a ver en la parada del colectivo lo traería de nuevo. Me agradece dándome la mano y se presenta. Su nombre, Miguel.

Dos o tres veces por semana se fueron sucediendo dichos viajes. Intercambiábamos opiniones políticas; deportivas; nada especial. Todo muy respetuoso y sin invadir con temas profundos. Miguel vestía siempre el mismo saco. Cultor del bajo perfil. Otra cosa no podía esperar de el.

En esa época, las mesas de dinero eran como un sacristía. Imposible entrar en ellas. Claves en la entrada; en un piso aislado del ruido. Un mundo que hoy da risa pero que en ese momento ofrecía mucho glamour.

El día menos pensado desde el fondo de la mesa, donde estaba mi posición, veo que se abre la puerta y entra Miguel. Me invadió el miedo; salte de mi posición, lo salude; lo contuve y lo invite a retirarse explicándole que dicho lugar era prohibido para ajenos al Banco.

Se reía con ternura. Le explique que me comprometía y que seguramente alguna mañana venidera lo volvería a levantar de la parada del colectivo. Lo acompañe por el piso a que se tome el ascensor que lo lleve por fin afuera.

Cuando vuelvo a la mesa, mi jefe, parado me exclama "No puedo creer Augusto que vos conoces a Miguel". Pense que me estaba cargando. Me explico que era el mayor inversor del Banco. Ante mi incredulidad le pidió a su secretaria que imprima todos los plazos fijos de el. Era verdad

A partir de dicho momento, nuestro dialogo cambio automáticamente. . Los trayectos se cubrían con hipótesis de tasas; tipos de cambio; paridades etc.
Lo loco era que yo vendía los luncheon para llegar a fin de mes y el era el principal inversor del banco. Y yo viajaba en auto.

Hubo sucesivos encuentros, ahora también en el Supermercado. Mi programa era ir los sábados poniendo a mis tres hijos pequeños en el changuito. Miguel iba solo. Me criticaba que compraba tal o cual marca de pan porque la otra costaba 15 centavos menos. Idem con la leche o sal.

Conocía de memoria todas las promociones y la diferencia de centavos entre una marca u otra. Cultor del ahorro hasta el extremo.
Pido al lector no tomar apresuradas conclusiones ya que este hilo sera muy largo y depara varias sorpresas.

Un día se presenta en la mesa de dinero del banco con un plazo fijo que vencía. Le ofrecimos 46% . Nos pidió 50%. Le dijimos que hacíamos el mayor de los esfuerzos. Nos dijo que las sucursales pagaban mejor. Le explicamos que casa matriz manejaba las tasas. Que nadie pagaba mas.

Treinta días después viene para preguntar si podía renovar allí un plazo fijo de la sucursal Tucumana. El día que no le pagamos lo que quería, consiguió 50% de tasa allí y el diferencial contra el 46% que le ofrecimos daba con creces para tomar un avión y hacerlo allá.

Años mas tarde levanto todos los depósitos y compro US. Nos demostró que las maquinas que imprimían billetes no podrían hacerlo a dichas tasas de interés por el monto de PF que existían. Lo miramos como a un loco. Semanas después algún que otro plan se quedaba con los depósitos

Se regodeaba de usar todos los días un saco que se había comprado hace 30 años en Marcs & Spencer que lucia intacto. Me comento que se había mudado de una casa a un departamento porque cada vez que iba a su casa algún prestador de servicios le cobraban 1000 mangos.

En cambio ahora, le pagaba 500 mangos al portero del edificio por mes y cada vez que tenia un inconveniente el buen señor se lo solucionaba.
Lo han visto dormir en el Banco Central para asegurarse el pago de algún cupón de un bono al día siguiente.

También lo han visto comprar todos los autos cero kilómetro de una concesionaria con la condición de poder dejarlos en exposición allí para ahorrar el seguro y estacionamiento de ellos. Meses previos a una gran suba de ellos, por supuesto.

Compraba bonos; los alquilaba. Con el producido compraba mas bonos y así sucesivamente. Siempre los que mas rendían. No importaba de que provincia eran. Defendía que ninguna provincia entraba en default sin que el Estado salga en su ayuda. Tuvo razón, por supuesto.

Todos sus actos respondían a sumar cada vez mas dinero. Hasta que un día me sorprendió y aun hoy recuerdo con emoción el momento. Estábamos con @ClaudioZucho en nuestra oficina.

Nos pregunta el numero de teléfono de la viuda de un agente de bolsa que acababa de fallecer. Tenían una hija con graves problemas de salud que necesitaba de una operación imposible de pagar: US 1.500.000.-

La llamo delante nuestro. A pesar de la negación de la viuda, que también contaba con los fondos, Miguel insistió con el pago en honor a su amigo al cual estimaba mucho y se había ido.

Para mi memoria queda el homenaje a este personaje que disciplinada mente enseño mucho sobre "La aplicación de recursos". En su estructura mental, como los recursos son escasos hay que aplicarlos donde valga la pena.