Aclarando paradas: el grupo de los LeBarón liderado por Ervil, cuya hija Anna escribió un libro denunciando sus prácticas criminales, entre otras el asesinato de disidentes, que ahora muchos mentan para justificar el que hayan quemado vivos a bebés de meses...
...es una escisión rechazada por los que ahora conocemos y que han vivido más o menos en paz desde que se asentaron en el norte del país. ¿Que si son fundamentalistas y misóginos? Sí, pero no más que muchos de nuestros devotos guadalupanos, a quienes nadie les desea la muerte.
Sí, los de NXIVM se acercaron a los LeBarón luego de que los carteles les mataran a sangre fría a Benjamín y a su cuñado Luis Widmar, para filmar el filme panfletario llamado Encender el Corazón, como parte de una fallida iniciativa de paz a cargo de Emiliano Salinas.
De allí, aprovechando sus raíces polígamas, Raniere ordenó hacerles un “programa especial” exclusivo para las niñas del grupo, varias de las cuales acabaron en Albany en case Rosa Laura Junco, regresándose despavoridas luego de conocer en persona a Raniere y a sus manos largas.
Pero otras que fueron reclutadas como nanas de sus kinderes o de sirvientas y secretarias se quedaron. De eso a que todo el grupo de los LeBaron hayan estado ligado a las perversiones de NXIVM ñaca-ñaca hay un gran trecho.
No hay evidencia de que estén ligados al crimen organizado sino al contrario. Tampoco de que los asesinos fueran del propio grupo: el MO es propio de los carteles que asolan el norte de México desde mediados del 2000 (antes los Z y Sinaloa, ahora la Línea o los Salazar).
Y aunque así fuera: desearles o congratularse de la horrible muerte de sus mujeres y niños por el mero hecho de no simpatizar con ellos, o por asumirlos globalifílicos y neoliberales, es una bajeza de proporciones apocalípticas.
