“Que la calle no se calle”, fue como titulé un artículo en el 2014 cuando los estudiantes nos convocaron a la calle y se unieron algunos líderes políticos. La MUD no se unió y algunos, como ahora, condenaron el ejercicio de un derecho legítimo como es la protesta. Y así vamos...
Qué pasa en Venezuela? preguntan desde afuera con asombro porque observan a grupos enfrentados por ejercer el derecho a la marcha-la protesta-concentración. Es que en Venezuela, explico, quienes convocan a la calle son los políticos, la sociedad ese derecho aún no lo entiende.
Todo comenzó en el 2002, cuando durante la concentración más grande de nuestra historia y que duro días, alguien gritó: a Miraflores. Desde ese día los venezolanos piensan que las protestas o marchas son para algo (una oferta, un objetivo) diferente al ejercicio de un derecho.
Las grandes manifestaciones que ha protagonizado el mundo son convocadas por la indignación de las gentes que necesitan condenar, exigir, expresar su descontento con los gobernantes o contra las injusticias. Nuestros derechos civiles de hoy son conquistas logradas en la calle.
En Venezuela la protesta que es de la gente, no es convocada por la indignación de la gente sino por los políticos y adicionalmente está “condicionada”, en un claro ejemplo de la distorsión y confusión que de un derecho legítimo y su accionar ciudadano se tiene en la sociedad.
En Venezuela, cuando un grupo de ciudadanos ha convocado a protestas espontáneas por falta de agua, energía eléctrica, inseguridad personal, presos políticos, vialidad, gas u otro de tantos males que aquejan a la sociedad, solo pocos concurren, casi nadie se suma o se identifica.
Muchos héroes que sí entendieron el ejercicio del derecho a la protesta y que no fueron a las calles bajo una condición dejaron la vida, la libertad y el pellejo. En otro país seguramente esto sería motivo para que miles los relevaran, pero eso aquí no ocurre. Aquí se boicotea.
Escribiré en mi memorias que en una oportunidad apoyé a quienes convocaron a la protesta legítima y pacífica, fuere de partidos o ciudadana, y que también vi como políticos las utilizaron para su beneficio y como luego invocaron la desmovilización cuando ellos no las convocaron.
Tengo 9 años escribiendo esto en este TL: nunca dejaré de firmar, apoyar, marchar, protestar, condenar, confrontar, plantarle cara y denunciar al chavismo, como lo he hecho desde el primer día. No necesito condicionar mi legítimo derecho ni acepto que lo boicotee el otro extremo
A estas alturas y después de 20 años para muchos venezolanos ese país que les dio la nacionalidad y todo lo que son y que se llama Venezuela, no es lo primero. No son capaces de tomar partido por este país porque son los mismos egos de siempre, la misma crueldad, la misma necedad
