Ayer dije que la historia de estas semanas podría contarse como “La insurrección moral de las clases medias en Bolivia”. Déjenme ahora expandir un poco.
Primero, si bien al final las protestas englobaron a todos los sectores sociales, lo iniciaron jóvenes de las clases medias.
Primero, si bien al final las protestas englobaron a todos los sectores sociales, lo iniciaron jóvenes de las clases medias.
Ellos fueron activos protagonistas de la campaña electoral y del día mismo de las elecciones. Se entregaron generosamente y con fe en la democracia a la labor de jurados y observadores electorales, vigilantes del conteo, ciudadanos. Temían fraude, como 2/3 de la gente.
Ellos estuvieron atentos al conteo y apenas vieron señales de que estaban tratando de engañarlos, se indignaron y lo denunciaron. Hurgaron las redes y exprimieron la internet en busca de evidencias, ya medida que las encontraban volcaban su bronca y contagiaban su decepción.
Durante las tres semanas siguientes, se organizaron y tomaron las calles, ocupando cabildos y plazas. No confiaban en los políticos ni en los mayores y se sintieron representados por Camacho: cercano a ellos, audaz, valiente e innovador. #Bolivia
Cada gesto de concesión del gobierno, fueron pequeños y tardíos, parecía ratificar sus sospechas y eso los enardecía más y subían su demanda. Las burlas (bloqueos con cintas y pititas) renovaban su fuerza. Las amenazas, su organización (ollas comunes, conciertos, motos).
Rechazaban el fraude y, con él, las mentiras gubernamentales. De la defensa del voto pasaron a la defensa de la verdad. Creo que no vieron en la Biblia de Camacho una señal religiosa sino un símbolo de valores y principios. Se pusieron radicales y contagiaron su entusiasmo.
No todo fue paz y saya (Quien se rinde!). Cuando la militancia masista amenazó repetir la toma de Cochabamba del 2007, salieron a pelear, sabiendo que la policía tendía a proteger a los agresores. Lo mismo en Quillacollo y Vinto. En Montero y el sur de La Paz. Lloraron muertes.
Supieron acercarse a los policias, pese a ser una de las instituciones menos confiables para la gente, y salieron a apoyarlos y protegerlos cuando se amotinaron. Esa protección fue también un cerco para que no se dieran la vuelta ante las ofertas del gobierno. #Bolivia
Cuando la @OEA_oficial difundió su informe, ratificando las sospechas, y vieron a Evo tratar de ganar tiempo con nuevas elecciones pero sin admitir el fraude, tenían a la mayoría de la gente de su lado. En horas llovieron sobre el Presidente pedidos y sugerencias de renuncia.
Cuando la COB, los obispos y las Fuerzas Armadas se expresaron, los jóvenes enviaron su entusiasmo hasta la Plaza Murillo donde Camacho cumplió la promesa de dejar la carta y la Biblia. Evo buscó refugio en el Chapare para decir que renunciaba, convocando a sus bases a defenderlo
Los bloqueadores festejaron pero en alerta, sin levantar sus medidas mientras no se consolidara un gobierno de transición. No estaba en juego la política, ni Evo ni Mesa importaban. Reivindicaron la democracia como transparencia y respeto al otro.
Debemos recordarlo. #Bolivia
Debemos recordarlo. #Bolivia
En este hilo no puede omitirse el rol de Potosí y su dirigente, Marco Pumari, y la memoria de referendo del #21F que fue escamoteado y que era el antecedente más evidente de la mentira que rechazaba el movimiento.
