En otros idiomas y otros contextos, pero con Estado que se repite: un macho violador.
Van versiones. Chile:
Y mi México amado.
Tantos rincones que se suman a este canto poderoso y contundente que hoy no tuvo fronteras y cuya causa compartida sólo es motivo de rabia y tristeza.
Un canto que nunca debió existir pero que ya no podrá ser silenciado.