Argentina sueña tratar de modo diferente a los bonistas bajo ley extranjera que a los bonistas de ley local. Imagina que podrá acordar con los grandes fondos/bancos un período de gracia de 2 años, donde no pagará capital ni intereses, por los bonos bajo jurisdicción NY. (Hilo)
En 3 años empezaría a pagar a mayor plazo y menor tasa capital e intereses. Eso supone que el FMI resigne su título de acreedor privilegiado, lo que no hará, obvio, y cualquier acuerdo extendido tendrá la contrapartida de exigencias fiscales indigeribles para Fernández2. (Sigue)
Se verá si se logran las mayorías requeridas por las collective action clauses para aceptar la mora. A muchos fondos les conviene tal arreglo y hasta compran a precios de reviente porque podrán mantener estos activos como performing en sus libros y aún mostrar ganancias. (Sigue)
Adivino juicios de todo tipo en este tema. Entre acreedores, reclamando privilegios, tramas íntimas, funcionarios, tenedores que no quieran aceptar el arreglo y hagan juicio al estado y a los fondos por colusión o similares. Pagará el país, sin duda. (Sigue)
Viene luego el capítulo de qué se hace con los bonos que se entregaron como parte de pago del default de 2002/3. Para algunos sería cómodo dejar incólumes esos instrumentos, pero jurídicamente no parece muy sostenible. Con lo cual hay que esperar nuevos juicios. (Sigue)
Lo que hace pensar que no será tan fácil una solución de corto plazo, como creen los optimistas. Y definitivamente, no estará disponible la posibilidad de tomar nueva deuda. Por suerte. Lo que también queda lejos, es la nueva inversión, y eso es grave. (Sigue)
Siguen los bonos en dólares emitidos bajo ley argentina. Tienen menos oportunidades que Maradona de volver a jugar en Boca. Al tener que litigar en el país, para empezar, sujeto a leyes y arbitrariedades que seguramente habrá. Los juicios serán infinitos. (Sigue)
Estos bonos tienen el riesgo latente de ser pesificados al valor US$, pero de un mercado desdoblado. Más juicios. Y como distintos entes del estado son tenedores de esos bonos, (ANSeS por caso) habrá que ver cómo funcionan las cláusulas de acción colectiva. (Sigue)
Es decir, ¿tiene el estado, como su propio acreedor, derecho a votar un determinado arreglo que él mismo propuso? Sería acreedor y deudor. Largo lío jurídico. Otra vez la confianza hecha trizas, y confusos episodios de esos que terminan en confusos ganadores. (Sigue)
Habrá que ver cómo se resuelve jurídicamente – si se dieran estos supuestos – las diferencias de tratamiento entre las distintas especies, que van más allá de las cláusulas de acción colectiva por serie. Más juicios. Menos confianza. Menos inversión. (Sigue)
En este rompecabezas está el destino del Fondo de Sustentabilidad de la ANSeS, mayormente compuesto por títulos de la deuda y ya bastante saqueado. ¿Aceptará quien lo presida votar como ordenen sus superiores o defenderá los intereses de los jubilados? Futuro de cárcel. (Sigue)
En el camino están las deudas provinciales, subordinadas en algún punto a la negociación de la deuda de la nación, pero independiente de ella en cuanto a los recursos y los tenedores. Seguramente 23 negociaciones distintas. Esto para los que sueñan con un rápido arreglo. (Sigue)
El panorama está también subordinado a la viabilidad de pago, o sea a la capacidad de generar divisas del país. De lo contrario, si eso no está avalado por un plan creíble y con consenso del FMI y otros jugadores, nada servirá. Ni habrá acuerdo. (Sigue)
Ahí habrá que ver de dónde se espera que salgan esos dólares, en especial si se aplica la idea de desdoblamiento cambiario y/o aumento de retenciones, y no hablemos de nuevos impuestos a cualquier cosa que fuere. (Sigue)
Resumiendo: no debería esperarse una solución a corto plazo. Ni buscarse la complicidad de ciertos grandes fondos que ya nos han hecho equivocar suficientemente. No debería esperarse en el mediano plazo ingresos de divisas más allá de los originados en la exportación. (Sigue)
Tampoco inversión relevante. Y los fondos que están haciendo coaching detrás de estas ideas deberían cuidarse de no ser parte demandada en el futuro, igual que sus ejecutivos. El proceso será sanguinario y los litigios eternos, costosos y graves en todo aspecto. (Sigue)
Para empeorarlo todo, será todavía más grave si se defaultean, se confiscan o se obliga a defaultear los plazos fijos respaldados con Leliqs, como sugieren algunos con un pensamiento algo reduccionista, que supone sacarse de encima el problema cerrando los ojos. (Sigue)
He excluido deliberadamente la variante de un escenario de hiperinflación, no porque sea imposible, sino porque se mezclarían demasiados efectos catastróficos difíciles de evaluar en conjunto. (Sigue)
Lo que no hay derecho a creer es que todo esto se resolverá sin consecuencias gravísimas y se logrará una solución en poco tiempo, con un pase de magia, haciendo desaparecer la deuda como si fuera un conejo. Un “alpiste” generalizado y listo. Como los chicos. Argentina.
@threadreaderapp unroll please
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
