Además de un ejemplo de #Mansplaining la columna tiene varios problemas argumentativos respecto de la discusión tanto en sede de cuotas como en paridad. Abro hilo:
La discriminación positiva o cuota- justificada por Correa Sutil- consiste, por definición, en una regla jurídica de preferencia a favor de un colectivo infrarrepresentado/discriminado. Una cuota puede garantizar la posibilidad de ocupar una posición o el resultado directamente
La diferencia entre cuota y paridad radica en el umbral de representación de cada una (alrededor de 30% en la primera, 50% en la segunda) y en la temporalidad (la primera es provisoria, la segunda permanente). Para la paridad, el resultado y no solo la oportunidad es fundamental
Garantizar un resultado no es injusto, ni ilegítimo per se. Todo jurista sabe que esto depende de la justificación. La paridad asume que la representación debe reflejar la composición del pueblo ( mujeres y varones) porque de otra forma lo femenino es devaluado sistemáticamente
La paridad tiene el riesgo excepcional de que las mujeres obtengan menos cupos que los varones, pero la regla generalísima es la contraria: no son presentadas como candidatas, cuando lo son compiten en peores condiciones (distritos complicados, menos recursos, puestos marginales)
Las fórmulas de corrección garantizan la representación de fuerzas políticas diversas. Dado que las mujeres somos un colectivo político diverso y discriminado, está más justificado que en otros casos (que los hay) la aplicación de sistemas de corrección.
La voluntad de electores está siempre condicionada por las listas que presentan los partidos. Nunca es completamente libre. Pero si existiera, no podría comprender, legítimamente, el derecho a discriminar porque este no puede ser calificado nunca como un fin justo/democrático
