¿Por qué?
Es simple: una empresa invirtió y obtuvo TODOS los permisos legales para establecer su planta.
Obtuvo el visto bueno de la autoridad ambiental, le metió lana y muy fuerte.
Después de todo eso...
Y en la consulta gana el no.
O sea: el Estado de derecho estará a contentillo.
Eso significa que no hay certeza de las inversiones. Que si inviertes en Mexico puedes perder tu inversión, con el beneplácito del Estado.
Y la cervecera podrá demandar al Estado mexicano que terminará pagando la inversión, los abogados y hasta los taxis del mandadero.
Chale.