Ayer hablaba de las dificultades inmensas con las que se toparon los bolcheviques para construir la dictadura revolucionaria internacional del proletariado en territorio soviético, en particular en regiones como el Cáucaso y Asia Central. Intentemos extraer algunas lecciones. 
La categoría "Asia Central" se usa, en general, para aludir a las cinco exrepúblicas centroasiáticas (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán). Pero hay autores que incluyen a Afganistán, Mongolia y enclaves de Cachemira e Irán, India y China ("los Stans").
Para no repetirme en ciertos detalles, recuerdo que aquí hay material interesante sobre la Revolución de Octubre en el Asia Central (por cierto, hay una errata: no es Jira*, sino Jiva, el antiguo kanato):
Y, respecto al Cáucaso y la primera gran revolución socialistra triunfante, refloto esto en particular:
Voy a utilizar algunos de los textos que compartí hace algunos días, compaginando análisis de distintos autores. Por si alguien no sabe a cuáles me refiero, aparecen aquí:
Primero, el contexto econonómico y sociohistórico, así como la geopolítica de la revolución en Asia Central (Arancón). ¿Cómo construir la sociedad comunista en formaciones sociales donde el "material humano" para ello escasea? Primera gran pregunta que los bolcheviques afrontan.
Un lugar común típico entre cierta academia burguesa: en Asia Central no había problemas de "nacionalismo" hasta que llegaron los bolcheviques. ¡Se ve que el chovinismo gran-ruso zarista no ha existido nunca por esas tierras!
A pesar de que el mismo autor reconoce, casi acto seguido, que el socialismo, según "la lógica soviética", requería superar el "nacionalismo tradicional". No, las repúblicas soviéticas de Asia Central y de toda la Unión no se dibujaron en base a "criterios nacionalistas".
Se trataba de realizar la complicadísima empresa de unir todas las piezas de un puzle gigantesco y abigarrado, repleto de naciones, lenguas y etnias, desde las coordenadas del internacionalismo proletario. Las insuficiencias que se critiquen, al menos que partan de ahí.
En el Asia Central o el Cáucaso, se debía tener "más flexibilidad, precaución y espíritu de conciliación con respecto a la pequeña burguesía, a la intelectualidad y especialmente al campesinado (…) un modo de acceso al socialismo más lento, más cauto y más sistemático” (Lenin).
De acuerdo, no se puede negar que hubo problemas derivados de la planificación soviética de las fronteras internas en las repúblicas centroasiáticas. Sin embargo, parece que se olvida cuál era el punto de partida y, sobre todo, qué logros se alcanzaron. ¡Eso es pedir demasiado!
Vamos ahora con otro análisis sobre Asia Central y Octubre que me parece más agudo y certero en gran medida, el de Villar. Volvamos al contexto, a las condiciones histórico-objetivas en que se organiza y profundiza la experiencia revolucionaria soviética en esa porción del mundo.
En este autor vemos menos reproches respecto a la actuación de los bolcheviques en la región centroasiática, y más en relación con el zarismo. Aun así, incluso podemos encontrar elementos de progreso en la penetración rusa hacia esa zona, a partir sobre todo de fines del s. XIX.
Así fueron el preludio y los inicios de la Revolución de Octubre en las repúblicas soviéticas centroasiáticas. ¿Cuántos recuerdan hoy, por cierto, referentes como el de Frunze?
Este autor reconoce que los dirigentes soviéticos más conscientes del problema de la tierra, base del problema nacional en esa región, sabían que había que contar con las masas, y que, de hecho, grandes sectores de las masas explotadas apoyaron a los bolcheviques.
Lamentablemente, el mismo autor abunda en ciertos clichés y medias verdades sobre los años 20 y 30. Aun así, no creo que se pueda negar que hubo medidas concretas, dictadas en gran medida por la necesidad de sostener el poder soviético, que ocasionaron serios problemas.
Se cita el caso de Ferganá y Zeravzhán, cuya distribución nacional (o étnica) y territorial aumentó los roces entre tayikos y uzbekos.
Solo por hacernos una idea de la magnitud del asunto, ahí va un resumen cronológico de las repúblicas soviéticas constituidas en Asia Central.
Solo por hacernos una idea de la magnitud del asunto, ahí va un resumen cronológico de las repúblicas soviéticas constituidas en Asia Central.
Pese a los reproches, nuevamente se reconoce que las repúblicas socialistas soviéticas centroasiáticas se incorporaron al proyecto soviético en pie de igualdad, ahogando además al nacionalismo periférico al generar vínculos de interdependencia y solidaridad proletaria.
La alianza externa que se articula entre proletariado socialista y campesinado democrático en la URSS se da también en Asia Central. Lógico, inevitable. Pero la movilización de masas es un hito revolucionario cuya lección debe ser extraída hoy por la vanguardia. Un ejemplo:
Por no mencionar también la participación masiva de miles y miles de kazajos o kirguises en la guerra popular soviética contra la invasión llevada a cabo por el imperialismo nazi-fascista:
O el ambicioso movimiento para la alfabetización de masas enteras en Kazajistán o Uzbekistán. Movimiento no exento de problemas, claro está, empezando por la dificultad de levantar una política proletaria internacionalista en lugares donde no había aún naciones como tales.
Movimiento revolucionario de masas que se fue agotando progresivamente (¡Balance!), y que ya con la burguesía burocrática plenamente instalada en el poder, provocó importantes revueltas y estallidos nacionalistas en Tayikistán o Kazajistán como reacción al nacionalismo gran-ruso.
De estas tensiones da cuenta también otro autor (Argumosa), que incluye además episodios notorios en el Cáucaso, especialmente en el enclave de Nagorno Karabaj (o Alto Karabaj).
En este cuadro elaborado por Glejdura, además de ver el impresionante mosaico internacional soviético, se puede comprobar el porcentaje de población que representaban las naciones centroasiáticas:
Cuadro que acompaña con un completo resumen sobre el porcentaje de población rusa, en especial en las repúblicas caucásicas y centroasiáticas, para 1970:
Autor que, dicho sea de paso, abona también la tesis mendaz y chovinista según la cual el internacionalismo proletario de la URSS proletaria, no revisionista, constituía "una forma del imperialismo ruso" (la tan cacareada "rusificación").
Compárese la idea anterior con lo defendido por Bromlei: "a fines de los 40 en la URSS se había alcanzando, en muchos índices, la igualdad de hecho de las naciones" (!). Referencia extraída del trabajo de Serbín.
Serbín, en contraste con otros autores, afirma que, más que hablar de "rusificación", habría que hacerlo de *sovietización* de todas las repúblicas y territorios no rusos de la URSS. Es decir, todo lo contrario de lo que pregonan los revisionistas prosoviéticos más chovinistas.
Incluso para la época de la URSS revisionista, el autor reconoce que, aunque hubo una "reafirmación de la hegemonía rusa", solo se podría hablar de rusificación en las naciones soviéticas eslavas más vinculadas con la cultura rusa.
Volviendo al análisis del Asia Central, es lógico que las pulsiones secesionistas más fuertes no se dieran precisamente allí, sino en las repúblicas con una personalidad nacional más marcada, particularmente en las bálticas:
Idéntico hecho es referido por Palma y Rojas al respecto de las repúblicas socialistas soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kazajistán y Kirguistán (cinco de las quince repúblicas nacionales soviéticas, recordemos):
Termino, antes de añadir algo de bibliografía extra, con unas breves notas sobre el Cáucaso soviético en su vertiente norteña (Daguestán, Chechenia, Ingushetia, etc.) y sureña (las tres repúblicas socialistas armenia, georgiana y azerbaiyana).
Yéndonos a la antigua Armenia soviética, ambos autores (Palma y Rojas) refieren algunos de los conflictos nacionales más relevantes. No por casualidad, casi todos ellos estallan con la agudización de la crisis del régimen burgués-burocrático soviético, como en Nagorno-Karabaj.
No menos complicado fue el panorama durante los estertores de la República Socialista Soviética de Georgia, con conflictos internos con osetios, abjasios y adzharios, y todo tipo de disputas internas que ya venían de lejos. ¡Algo de esa historia conocía el georgiano Stalin, creo!
Y, por último, la Azerbaiyán soviética, convertida a República Socialista Soviética en 1936, de la cual los dos autores citados más arriba reconocen que fueron "los menos rusificados de los pueblos de la URSS".
En la actual Asia Central habría que preguntarse si ese "claro rechazo a lo soviético-ruso" (Sainz Gsell) no tiene más que ver con el agotamiento de la propia revolución (y su posterior putrefacción revisionista), cuya clave de bóveda es el internacionalismo proletario.
Sin excluir, por supuesto, los problemas añadidos a los que los bolcheviques no pudieron escapar a la hora de articular el complejísimo Estado-Comuna soviético internacional.
Añado estas últimas referencias que, si no recuerdo mal, me dejé fuera en la lista del otro día.
Añado estas últimas referencias que, si no recuerdo mal, me dejé fuera en la lista del otro día.
En todo caso, no deja de ser significativo del momento de interregno en que estamos el hecho de algunos académicos burgueses (Villar, en este caso) vayan más lejos extrayendo valiosas lecciones sobre el internacionalismo proletario soviético en el Asia Central.
Por cierto, como decía al principio, la expresión "Asia Central" no está exenta de problemas (Sainz Gsell habla de ello en la imagen siguiente), pero es al fin y al cabo la más aceptada para hablar de las cinco exrepúblicas soviéticas.
El mapa de una parte de Asia Central que aparece al principio del hilo, obra del cartógrafo inglés James Wyld, que lo elaboró en 1879, marca los límites en la época entre Beluchistán, el Imperio ruso, Persia y los kanatos de Bujará, Jiva y Afganistán. ¡Eso es todo!
El hilo completo sobre la experiencia de la Revolución de Octubre y los bolcheviques en Asia Central y el Cáucaso:
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