La idea de que con el confinamiento debemos ir compensando económicamente a quienes dejan de hacer dinero con sus negocios y se van quejando en la prensa es demencial.
Pero claro, es reflejo de un sistema de reparto, el capitalismo, que es demencial.
Bajo el sistema capitalista, tanto tienes, tanto vales. Por lo tanto, da igual que un empresario llevase un local de restauración de forma modélica hasta febrero. Si ahora no puede abrir o tiene menos clientes debido a una catástrofe sanitaria... es que "no vale nada".
Hay quien ve belleza en "la disciplina de los mercados" y su capacidad de destrucción o de renovación.
La clave está en demostrar al mayor número que quienes apuestan por dejar las vidas de todos en manos de la oferta y la demanda son enemigos de la Humanidad.
Consagrar las vidas y el bienestar de una mayoría aplastante a los dioses oscuros de la destrucción, de los Mercados, es un sentimiento tan oscuro como el de las ideas que alentaron el genocidio de los judíos y otras minorías en el siglo XX.
Esta dinámica de empresarios pidiendo ser reparados por la sociedad por no poder obtener sus dineros... es insoportable. Los que no tienen nada deben hacer más ruido.
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La separación u oposición entre diferentes ramas del Estado participa a fondo de la idea central del liberalismo. A saber, que la opresión procede fundamentalmente del poder político.
La realidad es que la idea detrás de la separación de poderes supone tanto un exorcismo del absolutismo monárquico como una trinchera ante un posible "exceso democrático".
¿Cuál es la alternativa de la derecha reaccionaria? ¿Poner al COVID al servicio de España?
En una frase afirman que hay miles y miles de muertos ocultados por oscuros poderes.
En la siguiente dicen que el COVID es una gripe y que hay que abrir los bares para crear empleo.
Y acto seguido acusan al gobierno de imprevisión criminal en Febrero.
Son basura.
Y después de los fachas están los sociópatas que asoman la patita en los medios a cada rato para decirnos que la pandemia es una oportunidad económica para innovar.
Como tuve ocasión de comentar en Amplando el Debate de @ColectivoBurb, la clave de la situación actual es que hemos llegado a la quiebra moral definitiva del orden económico bajo el que vivimos.
Vivimos en una sociedad en la que el Estado reconoce que entre un 15 y un 18% de la población siempre estará en desempleo. Es lo que llaman el desempleo estructural.
Una sociedad en la que un 30-40% de la población activa está en desempleo o desearía trabajar más horas.
El 27 de mayo de 1650 Anthony Ascham, embajador de la Commonwealth británica en España fue asesinado por monárquicos en la posada de Madrid donde se alojaba.
Ascham era el primer embajador que enviaba Inglaterra a España tras cortarle la cabeza a Carlos Estuardo, rey legítimo de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
España demostraba así su compromiso con las formas civilizadas de la diplomacia.
Cuando en 1660 se produce la restauración de la monarquía en Inglaterra, los regicidas (aquellos que habían firmado la condena de muerte de Carlos Estuardo) huyeron a diversos lugares. Muchos de ellos lo hicieron a Suiza, donde las autoridades locales les protegieron.
Se va conformando un relato entorno a los rebrotes del COVID 19 en España sumamente interesante.
Si escucháis los medios queda claro que la culpa de los mismos sería de una combinación de botellones y temporeros extranjeros.
Quien tiene un martillo, sólo ve clavos.
Las terrazas masificadas, y nos hablan de rebrotes por los botellones.
Los aeropuertos abiertos al turismo internacional desde zonas en rojo por el COVID 19 y nos hablan de trabajadores pobres.
Siempre los débiles y los pobres en la diana.
Lo de las terrazas es de una hipocresía insoportable. Nos hablaban de separación entre mesas y luego veías mesas de cuatro plazas ocupadas por hasta 10 personas sentadas alrededor, cada una venida de su casa.