Subir el IVA al azúcar que consumen por igual ricos y pobres.
No subir el IVA a la educación y sanidad privadas que consume la gente con dinero.
El gobierno más progresista de la Historia.
Habría de prescindirse del IVA, que es un impuesto regresivo, escandaloso.
Impuesto del IRPF a las rentas millonarias del 80%.
Suprimir las SICAV.
Tasa disuasoria por salida de capitales.
Impuestos directos y progresivos sobre la propiedad.
En España se considera un escándalo el impuesto de sucesiones pero no el IVA.
Se habla de subir el IVA siempre que el Estado precisa fondos. Se trata como una suerte de automatismo técnico. Una medida aséptica.
Pero el IVA es un impuesto contra la gente sin Poder.
Los patrimonios, los ricos, la clase propietaria, presentan cualquier impuesto sobre sus riquezas como un escándalo y un imposible que destruiría la sociedad.
Pero en qué televisión escucharemos a alguien defender que extraer los impuestos de la gente pobre es disolución social.
El Estado en España es un aparato represivo que reparte dinero público entre élites caciquiles y es incapaz de articular un discurso de mínima justicia social.
Andan los llamados progresistas españoles entreteniendo al personal con la guerra cultural y medidas que a lo sumo son simbólicas y que jamás sacarán a nadie de la pobreza. Es más: el marco que proponen (hablar de igualdad de oportunidades) a menudo culpabiliza al pobre.
Yo no quiero que el Estado persiga la igualdad de no-oportunidades. Deseo que el Estado limite el poder de quienes entre nosotros tienen el dinero y la influencia suficiente como para comprar y vender seres humanos.
Nadie debería tener que trabajar en empleos desagradables y mal pagados por miedo al hambre. Deberían estar mejor pagados.
Nadie debería ostentar riquezas sin una gran contribución a las arcas del Estado. Porque la riqueza, a diferencia de la vida y libertad, es un privilegio.
Alguien que hereda miles de millones de su padre no es mejor ni tiene más derecho a la felicidad que quien nace en la más absoluta pobreza.
La desigualdad social es algo monstruoso.
Podemos quiere que los pobres coman mejores alimentos subiendo los impuestos a las bebidas azucaradas.
Sanos y pobres viviremos más para trabajar en los empleos basura de la economía colaborativa y eco friendly de empresas creadas por adinerados granujas a los que subvencionan.
En España nos hablan de un Estado democrático sin existir una Nación.
Y ahora quieren hablarnos ecología y buenos hábitos alimenticios sin existir un bienestar.
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La separación u oposición entre diferentes ramas del Estado participa a fondo de la idea central del liberalismo. A saber, que la opresión procede fundamentalmente del poder político.
La realidad es que la idea detrás de la separación de poderes supone tanto un exorcismo del absolutismo monárquico como una trinchera ante un posible "exceso democrático".
La idea de que con el confinamiento debemos ir compensando económicamente a quienes dejan de hacer dinero con sus negocios y se van quejando en la prensa es demencial.
Pero claro, es reflejo de un sistema de reparto, el capitalismo, que es demencial.
Bajo el sistema capitalista, tanto tienes, tanto vales. Por lo tanto, da igual que un empresario llevase un local de restauración de forma modélica hasta febrero. Si ahora no puede abrir o tiene menos clientes debido a una catástrofe sanitaria... es que "no vale nada".
¿Cuál es la alternativa de la derecha reaccionaria? ¿Poner al COVID al servicio de España?
En una frase afirman que hay miles y miles de muertos ocultados por oscuros poderes.
En la siguiente dicen que el COVID es una gripe y que hay que abrir los bares para crear empleo.
Y acto seguido acusan al gobierno de imprevisión criminal en Febrero.
Son basura.
Y después de los fachas están los sociópatas que asoman la patita en los medios a cada rato para decirnos que la pandemia es una oportunidad económica para innovar.
Como tuve ocasión de comentar en Amplando el Debate de @ColectivoBurb, la clave de la situación actual es que hemos llegado a la quiebra moral definitiva del orden económico bajo el que vivimos.
Vivimos en una sociedad en la que el Estado reconoce que entre un 15 y un 18% de la población siempre estará en desempleo. Es lo que llaman el desempleo estructural.
Una sociedad en la que un 30-40% de la población activa está en desempleo o desearía trabajar más horas.
El 27 de mayo de 1650 Anthony Ascham, embajador de la Commonwealth británica en España fue asesinado por monárquicos en la posada de Madrid donde se alojaba.
Ascham era el primer embajador que enviaba Inglaterra a España tras cortarle la cabeza a Carlos Estuardo, rey legítimo de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
España demostraba así su compromiso con las formas civilizadas de la diplomacia.
Cuando en 1660 se produce la restauración de la monarquía en Inglaterra, los regicidas (aquellos que habían firmado la condena de muerte de Carlos Estuardo) huyeron a diversos lugares. Muchos de ellos lo hicieron a Suiza, donde las autoridades locales les protegieron.
Se va conformando un relato entorno a los rebrotes del COVID 19 en España sumamente interesante.
Si escucháis los medios queda claro que la culpa de los mismos sería de una combinación de botellones y temporeros extranjeros.
Quien tiene un martillo, sólo ve clavos.
Las terrazas masificadas, y nos hablan de rebrotes por los botellones.
Los aeropuertos abiertos al turismo internacional desde zonas en rojo por el COVID 19 y nos hablan de trabajadores pobres.
Siempre los débiles y los pobres en la diana.
Lo de las terrazas es de una hipocresía insoportable. Nos hablaban de separación entre mesas y luego veías mesas de cuatro plazas ocupadas por hasta 10 personas sentadas alrededor, cada una venida de su casa.