Muebles de madera carbonizados, casas con sus tejados intactos y hasta un teatro excavado entre los escombros volcánicos 26 metros bajo el suelo actual.
En este #HiloRomano descubrirás algunas de las maravillas romanas más desconocidas que el Vesubio enterró en el año 79 d. C.
La ciudad de Pompeya quedó olvidada durante 1500 años hasta que fue redescubierta por casualidad en el año 1594. El arquitecto Domenico Fontana excavó en 1594 un canal que atravesó sin saberlo la zona sur-este de Pompeya. Hoy en día todavía se conserva.
Los restos enterrados a gran profundidad de Herculano fueron descubiertas en 1738 gracias a un pozo que había en la zona y que iba a servir para abastecer al Palacio de Portici del joven rey Carlos III -Carlos VII de Nápoles y las dos Sicilias por aquel entonces-.
El llamado pozo Elboeuf, excavado para extraer agua en el pueblo de Resina, dio justo con la escena del teatro de Herculano, que posteriormente se excavó mediante galerías a partir del siglo XVIII y que todavía hoy sigue bajo tierra.
En el año 1711, antes de la llegada de Carlos III, el príncipe D'Elboeuf extrajo varias estatuas por el pozo que luego llevó su nombre y se las llevó en secreto a su palacio en Viena. Hoy en día se conservan en Dresde.
Siguiendo las órdenes del rey Carlos III, comenzaron a explorarse los restos sepultados de Herculano en busca de esculturas y tesoros, comenzando por el teatro, que en un primer momento se pensó que se trataba de un gran templo circular al encontrarse los excavadores con la cavea
Debido a la gran profundidad de los restos, la exploración de Herculano hasta el siglo XX se hizo mediante galerías subterráneas excavadas en los escombros volcánicos solidificados resultado de la oleada de flujo piroclástico que arrasó la ciudad.
Carlos III encargó a Roque Joaquín de Alcubierre, un ingeniero militar de su entera confianza, la seguridad de los túneles, que se construían extremando las precauciones, apuntalándolos con madera como si de una mina se tratara.
Muchas veces las galerías hechas en Herculano se volvían a llenar de escombros una vez excavadas para evitar derrumbes, por lo que no sabemos exactamente hasta dónde llegan los túneles. Muchos de ellos todavía hoy no se han vuelto a excavar y otros se están reexplorando ahora.
En 1750 Carlos III creó el Real Museo de Portici y ordenó que las piezas halladas en Herculano se trasladaran allí para ser contempladas y servir como decoración. Hoy en día solo queda la reja que daba acceso al museo con los símbolos del castillo y el león.
Durante los siglos XVIII y XIX los restos de Herculano y Pompeya se dieron a conocer al mundo en bellos grabados. Espacios, decoraciones y piezas influyeron ampliamente en el gusto de la época.
El propio Carlos III ordenó editar en diversos volúmenes con gran detalle las pinturas y los bronces que aparecían en las excavaciones. De “Le Antichità di Ercolano Esposte” se publicaron ocho grandes volúmenes entre 1757 y 1792.
En Herculano, las características del rápido flujo piroclástico han hecho que se hayan preservado carbonizados incluso elementos orgánicos como pan y otros de madera como muebles o tablillas de escritura.
En Herculano se han hallado restos de madera tan curiosos como un larario –un pequeño altar familiar– o perturbadores como una cuna que todavía tenía los restos de un bebé en su interior.
En esta imagen, de comienzos del siglo XX, se pueden apreciar las primeras excavaciones a cielo abierto en Herculano, dirigidas por A. Maiuri. Es increíble contemplar los tejados de las casas con las tegulae e imbrices todavía intactas en su posición original.
A diferencia de Pompeya, en Herculano los cuerpos se calcinaron al instante, por lo que no se formaron los huecos en el material volcánico que han dado forma a los famosos moldes humanos. En las imágenes: la llamada mujer de los anillos y el detalle de sus joyas.
Esta es la llamada casa del tramezzo di legno. En ella se han conservado las puertas de madera que cerraban el tablinum –despacho y archivo del señor de la casa– y lo separaban del atrio o distribuidor principal de la casa.
Hasta aquí un nuevo #HiloRomano con datos interesantes sobre el desastre de la erupción del Vesubio en el año 79. Mañana seguimos con mucho más. Muchas gracias, como siempre, por acompañarme en esta aventura.
Seguimos hablando sobre la erupción del Vesubio en el año 79. Ahora toca conocer un poco más a las personas que perecieron en el desastre.
Échale un vistazo a este grafitto pompeyano y verás a lo que me refiero... A ver si descubres todos los detalles 😅
Vamos con un #HiloRomano de grafitos y pintadas pompeyanas. Un paseo lleno de reivindicaciones, arte y... obscenidades.
Los muros de las casas están llenos de pintadas, especialmente en campaña electoral, con los nombres de los candidatos para los que se pide el voto.
Las fórmulas empleadas son OVF, oro vos faciatis, te pido que elijas (al candidato) y DRP, dignum rei publicae (digno del Estado)
Por otro lado, muchos muros, públicos pero también privados (incluso estancias interiores de casas) contienen numerosos grafitos grabados en el yeso. Encontramos desde ensayos del abecedario de quienes comenzaban a escribir hasta párrafos completos o figuras diversas.
Al hablar de la destrucción de Pompeya, muchas veces nos ciega la maravilla arqueológica y olvidamos lo más importante, las personas que murieron en la tragedia.
En este tercer #HiloRomano sobre la erupción del Vesubio en el año 79 contaremos sus historias personales y privadas.
Desde que comenzaron las excavaciones de Pompeya en el siglo XVIII se han hallado cerca de 1200 cuerpos de aquellos que no pudieron o no quisieron salir de la ciudad a pesar del peligro.
Junto al esqueleto de una mujer muerta en la playa de Herculano fue hallada la llave de su casa, a la que creía que podría volver cuando aquella pesadilla acabara.
Un pequeño terremoto se acaba de sentir en Pompeya. Nadie se ha alarmado, la población de la zona está acostumbrada a soportarlos cada cierto tiempo sin conocer bien su origen y naturaleza.
Pero hoy los hados tienen reservado algo diferente.
Aunque la fecha no es segura (info más adelante), probablemente hoy en el 79 d. C. el monte Vesubio entró en erupción arrasando Pompeya y otras ciudades como Herculano, Oplontis o Stabia, así como cientos de villas y zonas de trabajo agrícola e industrial de la bahía de Nápoles.
Ha llegado la hora séptima y el monte Vesubio ha entrado en erupción. La columna de humo, ceniza y gases asciende imparable hasta alcanzar más de 15 km de altura
Lo sabemos gracias las cartas que Plinio el joven, testigo de la erupción, le escribió a su amigo Tácito años después
Hoy os voy a contar cómo un solo hombre consiguió engañar y conducir a su muerte a más de 15.000 romanos en un episodio tan grave que hizo que el emperador de Roma se golpeara la cabeza contra las puertas y hasta influyó en el surgimiento del nazismo.
Este episodio tuvo lugar a comienzos de septiembre del año 9 d. C. Las fuentes no nos dan la fecha exacta pero seguramente tuvo lugar entre los días 9 y 10 de septiembre. Y no sucedió en Roma o cerca de ella, sino en Germania, cerca de la frontera del Imperio romano.
Como muchos ya habréis intuido, hablamos de la batalla del bosque de Teutoburgo, un desastre que tuvo como protagonistas al general Publio Quintilio Varo, al mando de las legiones XVII, XVIII y XIX y Arminio, el germano que consiguió destruirlos a todos ellos.
Desde hace varios años, cada 24 de agosto me he embarcado con vosotros en esta aventura que es narrar “en tiempo real” lo que sucedió en el año 79 en la bahía de Nápoles. Una terrible tragedia que nos regaló uno de los mayores tesoros arqueológicos de la historia de la humanidad.
Cada año compartíamos varios días -y sus noches- escribiendo minuto a minuto lo que sabemos sobre la erupción en los diversos espacios arqueológicos: Pompeya, Herculano, Stabiae, Oplontis... De hecho, esta narración fue prácticamente el germen del proyecto Antigua Roma al Día.