Thread by @ivanedlm

Este tuit capta bien lo que ha pasado con la serie de @PrimeVideo, El Cid, y en general uno de los grandes problemas del sector audiovisual español; un sector en el que trabajé hace años, y del que algo entiendo. Desde luego, más de lo que el sector entiende de política. Hilo⬇️

https://twitter.com/clubdeviernes/status/1340301080274612224

No es la primera vez que hablo del sector. En su día, publiqué este otro hilo acerca del cine, pero lo mismo que dije entonces del cine se puede decir hoy de las series de ficción, que llevan unos años siendo el motor de crecimiento del sector audiovisual.

https://twitter.com/ivanedlm/status/1221880523271933956?s=20

Como dije en ese hilo, España reúne grandes cualidades para desarrollar un sector tan importante, que en realidad es una industria. Tenemos paisajes variadísimos, tradición y "knowhow" de producción y posproducción, costes ajustados, y sobre todo mucha creatividad, mucho talento.

Talento artístico y técnico en muchos sentidos. No sólo actores. Todos conocemos directores premiados y valorados mundialmente. Menos conocidos son Gil Parrondo (director artístico, 2 Oscars) ó Juan de la Cierva, (1er Oscar español, inventor del ubicuo estabilizador de cámaras).

Productores? Tenemos algunos de los mejores de TV (el gigante holandés Endemol compró en su día varias productoras españolas, y luego fue comprado y desaprovechado por Telefónica). Y en cine, os sorprendería conocer cuánto talento español hay detrás de ciertas películas o series.

Pero vamos con los actores. En España los ha habido con mucho talento desde hace siglos. Igual que cantantes. Y los sigue habiendo. Pero en los últimos años, algo ha cambiado. Y es que alguien les ha convencido de que es muy importante que compartan sus ideas políticas...

...si son de izquierdas, claro. Los mismos políticos han contribuido a ello con su sistema de incentivos económicos (subvencionando más cierto tipo de películas) y sociales (premiando a los progres, castigando a los conservadores; especialmente desde la derecha).

Lo que nadie les ha explicado es el daño que pueden hacer a sus propias producciones. Quizá porque daba igual; las producciones se subvencionaban con fondos públicos ("dinerito, queremos más dinerito" decía uno literalmente en los Goya) y las audiencias eran factor secundario.

En el mundo de Hollywood es un poco distinto. Claro que hay artistas progres que se han posicionado políticamente. Pero lo hacen escogiendo con cuidado las batallas. Muy significativo fue lo que aprendieron los Bardem al poco tiempo de instalarse allí. abc.es/noticias/20140…

Las estrellas allí entienden que parte de su trabajo es la promoción de la producción (y cuanto más estrella, más importante es). A partir de los 90, las estrellas empezaron a obtener contratos de "back-end", o sea, cobrando un variable en función del éxito en taquilla de la peli

Eso lo cambió todo, y embarcó a las grandes estrellas en giras larguísimas de promoción de sus pelis. Por poner un ejemplo, os sorprendería la paciencia que yo he visto tener a Tom Cruise en un estreno en Madrid con el público arremolinado a la entrada de un cine de Gran Vía.

Más de una hora haciéndose selfies con TODOS los que habían ido a verle. Preguntad a cualquier periodista español qué tal es Will Smith cuando viene de promoción de una peli. Siempre simpático, siempre atento, siempre alegre. Siempre le encanta la comida del país que visita,

siempre las mujeres de aquí son las más guapas, siempre "me encanta venir a vuestro maravilloso país". Por supuesto que da igual el país que sea. Si está allí es para promocionar su película. Y no le vas a pillar diciendo nada malo de su público ni del país de su público.

Pensadlo bien; ¿a quién se le ocurre insultar a su público? ¿Aunque sea a una parte de su público? Hay que estar loco. O tener los incentivos desalineados. Y eso es lo que pasa con algunos artistas españoles. Los cantantes aprendieron pronto que los bolos de verano dependían de

no atacar al PSOE ni a los nacionalistas, o ningún ayuntamiento de los suyos te contrataba en las fiestas patronales. Con el PP se podían meter, porque siempre hay alcaldes o dirigentes que se quieren hacer los progres, y te van a contratar igual. Resultado: los artistas progres

dicen lo que quieren, y los del otro lado (que son muchos) callan por prudencia. Lo mismo ha pasado con los actores. Y como los progres hablan y los otros callan, muchos concluyen que "la cultura es de izquierdas," retroalimentando perversamente el sistema de incentivos.

Si eres de izquierdas o nacionalista puedes decir lo que quieras. Si eres cualquier otra cosa, no sale a cuenta decir lo que piensas. Preguntadle a @Pitingo por poner un ejemplo reciente. Por eso tan pocos hablan, y menos los que salen de gira, cuyo caché a menudo es variable.

Por concluir el hilo, plantearé lo que le sugiero a la productora de El Cid, y a todas las productoras; que los artistas más importantes cobren una parte de su remuneración en variable, en función del éxito de la serie. La mayoría de los contratados en una producción no se lo

pueden permitir, y además no tienen tanta influencia en la percepción del producto en la audiencia. Pero los artistas principales sí. ¿Quieres ganar más dinero? Contribuye a que el producto tenga éxito. No insultes al 50% de tu público potencial, ni de un lado ni de otro.

Claro que eres libre de expresar tus opiniones políticas. Pero no a costa de los demás; hazlo en un momento distinto del lanzamiento y promoción de un producto en el que han invertido enorme esfuerzo los productores, directores, guionistas, staff, técnicos y compañeros de reparto

Y luego espera a que te vuelvan a llamar otros productores, ahora que saben que insultas a la mitad de tu público. Que no te engañen algunos que te pasan la mano por encima del lomo porque sean del PP. El público no suele querer ver a gente que le insulta. Qué cosa más rara, ¿no?

Y por último, para los que aducen "manipulación" de las declaraciones del actor:
i) bienvenidos al periodismo progre, me alegro de que lo descubráis ahora, y
ii) hay suficientes declaraciones anteriores del susodicho en el mismo sentido; no entiende ni de política ni de promoción