Thread by @DaniNovarama

Luke, cansado, mira a Yoda, y le dice “vale, maestro, lo intentaré otra vez”. Yoda, enfadado, le contesta: “no, intentarlo no”. “Hazlo, o no lo hagas. Pero no lo intentes”. Qué tiene que ver esto con el ministro Illa? Y con Asia y Europa? Mucho. Dentro hilo.

Sabrán que George Lucas es un amante de Japón. Los Jedi están inspirados en el bushido, el código del guerrero samurai. Los trajes, los nombres (Obi, Kenobi, etc.) y mucha de la filosofía Jedi es una remezcla de budismo Zen y códigos de conducta asiáticos. slashfilm.com/star-wars-japa…

Como bien saben, nuestro ministro de Sanidad dijo el otro día “lo he hecho lo mejor que he podido”. Y yo le salté al cuello, dije “en la vida, no hay premios al esfuerzo: hay premios al resultado”. Pero este hilo no va de Illa, pobre. Va de nuestra cultura. De Asia y España.

Como saben, me he pasado la vida currando con asiáticos, sobre todo japoneses y chinos. Observando su cultura, tratando de aprender. No me creen? Ahí estoy yo representando a España en una conferencia en la Embajada Española en Tokyo en 2014: as.com/meristation/20…

Hay una diferencia fundamental entre ellos y nosotros, que explica mi cabreo con Illa, y con nuestra gestión del covid. En Asia, el esfuerzo no existe como tal, sino como camino implacable hacia el resultado. Esforzarse produce resultados, siempre.

Es decir, es muy raro oír a un japonés o chino decir: “lo he intentado, pero no ha salido bien”. Ellos se esfuerzan. Si funciona, genial. Si no, se esfuerzan más. Miran qué falla. Corrigen. Meten más gente. Insisten. No “dejan de esforzarse”. No “asumen sus límites”.

En mi experiencia, no existe el “lo probé, no salía bien, me cansé y lo dejé”. En España dirían “no tuve suerte”, “no era el momento correcto”, “lo hice todo lo bien que supe”: excusas para justificar por qué abandonaron la tarea. Sencillamente, eso, allí, no pasa.

Un Chino o japonés no escurre el bulto: sabe que, o lo consigue, o sigue intentándolo. Fíjense: a un niño español le decimos “lo importante es participar”. A un niño chino le dicen “熟能生巧”, traducido, significa “la práctica hace la perfección”.

Me dirán: eso es resultadista. No es así, al revés. Los japoneses, precisamente, no son nada resultadistas: son unos obsesos de la técnica y el esfuerzo. Y cuando la técnica es correcta, y el esfuerzo total, los resultados llegan solos. Si conocen el budismo zen, es la misma idea

“Olvida el resultado, céntrate en la técnica”. En el tiro con arco, es el principio de 正射正中 (seisha seichū,”acertar es disparar correcto”). En el método ágil de Toyota (Kanban), eso se traduce como “focus on process, not on goals”: enfócate al proceso, no a los objetivos.

Es España la que es mucho más resultadista. Aquí sí nos obsesiona enseñar el resultado correcto, fardar, exhibirnos. Y así ganar elecciones, por ejemplo. Pero como no nos esforzamos correctamente, no sucede. Y la gente miente y maquilla los datos. Y vivimos en la mentira.

Me dirán que ese esfuerzo es inhumano, y eso es muy opinable. Si comparamos España y Japón, es cierto que su sociedad es más exigente y controladora. Pero no es menos cierto que llevan 23 muertos por covid por millón de habitantes, y nosotros llevamos 1063 por millón.

Yo atribuyo esa diferencia brutal (46 veces peores números) precisamente a esa cultura. Aquí “esforzarnos” ya nos satisface. Allí, hasta que el esfuerzo no produce resultados, no están contentos. Y claro, eso, en una pandemia, marca una diferencia fundamental.

Les cuento por qué el modelo español es deficiente: si el “esfuerzo”, en sí mismo, es meritorio, quién juzga ese “esfuerzo”? Supongamos que yo quiero perder peso. Y digo “tengo que comer menos”. Y un día como un dónut de menos, pero el resto sigue igual.

Con la actitud española, diré “ya me he esforzado!”. El asiático dirá: No, los resultados no son los correctos, ergo el esfuerzo es insuficiente. Entienden? El esfuerzo no es métrica de nada porque es imposible definir cuánto esfuerzo es el adecuado sin mirar los resultados.

Los resultados son esa métrica del esfuerzo, dicen la verdad. Yo quiero un gobierno que, mes a mes, analice dónde la caga. Proponga medidas, y dijese “ven? Este mes hemos cambiado el esfuerzo en el área X, y los resultados de la pandemia son mejores”.

Illa debería saber esto. Es de primero de cualquier ingeniería o de métodos ágiles: probar cosas, medir su impacto, cambiar de técnica según los resultados obtenidos. En lugar de eso, usa un argumento pueril que ni mi hija de 10 años intentaría conmigo: que él…

… “se ha esforzado mucho”, y eso le justifica. Pues no, señores. No puede usted tener uno de los peores datos a nivel mundial, y decirme que lo ha hecho todo lo bien que sabía. Se lo explico con otro ejemplo, este más evidente. Supongamos que finjo ser cirujano.

Me meto en un hospital, sin tener ni idea, y opero a un señor de apendicitis. Lo intento hacer “todo lo bien que sepa”. Sin embargo, ese señor acabará muerto. Tendría yo los santos cojones de coger a su familia y decirles “lo he hecho todo lo bien que he podido”?

No. Porque ese esfuerzo no ha sido el correcto. Por eso, como dije ayer, la vida no premia el esfuerzo, premia el resultado. Y en este país nuestro, entre buenrollismo, empatía, memez colectiva y cortesía social no nos decimos las verdades como son a la cara.

Repito: no niego que Illa es una bellísima persona, y no dudo de su buena fe e intenciones. Estoy seguro que lo ha hecho todo lo bien que ha podido, lo contrario sería ser un psicópata. Pero su trabajo, juzgado por sus resultados, es objetivamente un desastre.

Quieren resultados? España es el segundo país del mundo, tras Italia, en mortalidad por millón de habitantes. Llevamos ya 10 meses de covid, y ni han aprendido a dar datos en fin de semana. NADIE en su sano juicio diría, en este contexto, “lo hago todo lo bien que sé”.

Lo que pasa es que como el poder controla la prensa, les han adormilado a ustedes, y a mí: nos han acostumbrado a su incompetencia y nos han anestesiado. Pues repito: segundo país del mundo en muertes per cápita. Despierten. Ese es el resultado.

O sea que dos opciones: o me dices qué vas a hacer para mejorar el desastre, o te vas. Y no me meto solo con Illa: la misma actitud que refleja esa frase de Illa es la actitud general del país. No se engañen: Illa no es el culpable de todos los males, es nuestra cultura de país.

Porque Illa la caga, pero yo he visto bares en Barcelona con distancias de seguridad insuficientes, y ningún camarero decía nada. He visto colas para salir de las ciudades cada fin de semana, y ni un control policial. En este país nos encanta hablar de esfuerzo. Pero…

…qué poco nos gusta que examinen nuestros resultados. Porque, como el arquero zen, si el esfuerzo fuese el correcto, los resultados vendrían solos. “Lo hago todo lo bien que sé”. Menuda mierda de argumento. Menos excusas y más exigencia. 50.000 muertos se lo exigen.

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