El EstadoPSUV no concibe un poder legislativo con competencias autónomas. No se diga que hoy "retoma" competencias...
En el sistema político vigente desde 2000, la AN o no es reconocida –en 'desacato'–, o hace lo que imponga Miraflores.
Cuando un partido/alianza distinta al MVR/PSUV ha sido mayoría en el parlamento, no se le ha reconocido o no se le ha permitido actuar. Eso en 1999, en 2001 y en 2016-20... Y cuando eran una minoría relevante (2000, 2002-2005, 2011-2015) el reglamento se usaba para ignorarla.
Añádase a esto toda la represión contra los partidos y parlamentarios opositores. Desde 1999.
Digo "minoría relevante" en tanto no se debían aprobar leyes orgánicas ni presupuesto sin esos votos.
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Aunque tengo mis escenarios, no sé qué ocurrirá hoy.
Pero puedo decir que he estado opuesto al Chavismo y sus implicaciones desde 1992 (cuando iba de 13 a 14 años). No lo digo por reclamar status, sino para dar cuenta de mis razones.
La primera razón, fue mi rechazo a la toma violenta del poder. Pese a los límites y contradicciones evidentes que veía en CAP2, la idea de un golpe de Estado generaba en mí un rechazo visceral.
Para mí, era evidente la superioridad de las democracias sobre los regímenes autoritarios. Constatar que muchos de mis compañeros de clase en 1992, quienes no tenían mayores penurias, apoyaban los golpea, fue un shock.
(Por eso es que me puse a estudiar Cs. Políticas).
El banquete turco quizás nos indigne en un sector de la sociedad, pero, como ha dicho @rsucre, puede servir de propaganda de la "nueva normalidad". "Se dieron un gustazo", "muestran confianza en sí mismos", "debe ser que todo mejora, gracias al viaje a China"
(Si además se asume que la "constituency" -es decir- el grupo de apoyo al presidente Maduro es uno estrecho, que puede aspirar a esos lujos, el mensaje es más claro. Para otros seguidores, es casi aspiracional.
Hay una demostración de poder, y de un correlativo lujo. No estarían "raspando la olla", sino demostrando su diferencia con los demás. Lo cual cuenta por este episodio, pero también es constante...
Existe en Venezuela, recientemente, la impresión según la cual "Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario" de Carlos Rangel era un libro profético y semi-clandestino. Es decir, un libro anti-sistema.
Por un lado, es imposible negar que nuestra cultura político-económica podía catalogarse como de centro-izquierda desde al menos 1936...
La élite venezolana de las generaciones del '28 y del '36 se formaron cuando en Occidente el liberalismo sufría su mayor desprestigio...