Ayer hubo un debate sobre la elección de 2006 entre el maestro @fisgonmonero y el señor Luis Carlos Ugalde.
En él, Ugalde dijo una tontería mayúscula, que ayuda a comprender por qué hoy el INE ordena detener las mañaneras de AMLO.
(Hilo breve)
El señor Ugalde ayer confesó que hubo fraude en 2006, porque aceptó que Vicente Fox abonó en las condiciones inequitativas de la elección, y no explicó por qué el IFE no lo detuvo, si tenía herramientas para hacerlo y el Cofipe era claro al respecto.
De ahí, dijo un absurdo inadmisible: señaló que "la intromisión que entonces hizo el presidente Fox es muy parecida a la que hoy hace el presidente López Obrador" en las mañaneras.
Esta frase es muy reveladora y señala a Ugalde como un tipo incompetente.
Las mañaneras de López Obrador son ejercicios apenas proto-democráticos y les faltan regulaciones para que se tornen en espacios completos de rendición de cuentas.
Pero lo que es innegable es que el espacio de la mañanera es dialógico, donde el presidente no habla solo.
En las mañaneras es viable que los periodistas, o personajes públicos que a ellas asistan, cuestionen, repliquen o contesten al presidente de la república.
Es un espacio de diálogo. Rudimentario aún, pero diálogo al fin.
No es un simple foro presidencial incuestionable.
Y, además, el presidente López Obrador no hace en ellas ninguna inversión monetaria. Sólo se gasta en la logística austera propia de una rueda de prensa, y ya.
La única inversión que hace ahí AMLO es de discurso y tiempo. Y su discurso puede ser confrontado en vivo.
En cambio, lo que hizo Fox en 2006 fue una franca, consistente y generalizada violación a la ley electoral, que le prohibía explícitamente meterse a la contienda presidencial sea para apoyar al candidato de su partido o para denostar a sus adversarios.
Y ahí está el problema, porque el señor Fox realizó una inversión no de tiempo o de palabras en un espacio de debate, sino una inversión de propaganda unilateral, en todo el aparato mediático.
Tan sólo del 15 de enero al 15 de mayo de 2006, el señor Fox emitió alrededor de 460,000 espots (más o menos unos 3,800 espots por día).
El gasto al respecto fue de 1,709 millones de pesos.
Todos ellos con el mensaje final de apoyar explícitamente a su partido en la contienda.
Huelga decir que con eso Fox violó flagrantemente la ley, y además, desoyó cuando la autoridad electoral le exigió detenerse, y siguió rompiendo la ley con esos mensajes hasta que la Suprema Corte de Justicia lo detuvo.
Pero el daño ya estaba hecho y persistió por cuatro meses.
Huelga decir además que esos espots delictivos se pagaron con dinero público.
Esa millonada, en vez de invertirse en necesidades apremiantes, se tornó en propaganda sucia panista y se la embolsaron los consorcios mediáticos.
No hay manera de que sea humanamente posible contrarrestar esa inversión. Fox usó recursos del estado para violar cínicamente la ley y pisoteó las sanciones que la autoridad electoral le emitió.
Su acción contaminó irremediablemente la elección de 2006.
Lo que dice López Obrador en las mañaneras puede no gustar.
Pero eso que no nos gusta, CUALQUIER ALUDIDO O PERIODISTA PUEDE IR EN VIVO A LA MAÑANERA A CONFRONTARLO O REPLICAR.
Lo que hace AMLO es entrarle a un juego más o menos dialógico.
Lo que hizo Fox, en cambio, fue invertir dinero público, de manera cínica, en una flagrante violación persistente a la ley electoral, sin derecho de réplica y desoyendo autoritariamente las sanciones al respecto, por cuatro largos meses.
Por lo anterior, pensar que lo que hace AMLO en las mañaneras es "parecido" a lo que hizo Fox en 2006 es, en el mejor de los escenarios, una estupidez mayúscula.
En el peor, una tergiversación cómplice.
Que Ugalde crea esa patraña hoy lo desacredita como "analista político" o como "académico".
Pero que no haya interpretado correctamente la conducta de Fox en 2006 lo hizo cómplice del cochinero que fue esa elección, porque él era autoridad electoral.
No tiene excusa.
Hoy cualquiera tiene derecho, y muchas veces razón, en cuestionar lo que AMLO dice en las mañaneras.
Pero pensar que su discurso contrastable, en un espacio propenso a cierto diálogo, es lo mismo que la abierta campaña ilegal de Fox en 2006 es una falta de honestidad.
Hoy, un ánimo parecido al de Ugalde es el que invade al INE de Lorenzo Córdova al censurar las mañaneras a partir de abril.
En vez de aplaudir ese veto, ¿por qué no mejor PRI, PAN o PRD mandan a sus voceros a cuestionar a AMLO en ese espacio de las mañaneras?
Más allá de la conducta del INE hoy, nunca estará de más señalarlo: lo que pasó en 2006 fue un fraude monumental, tanto en la inequidad de la contienda como en las irregularidades del día de la elección.
Ayer Ugalde, por ineptitud, involuntariamente exhibió su complicidad.
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-Trump aplaudió el golpe de Estado contra Evo Morales, igual que el PAN y varios panfleteros de televisa.
-Trump usó a Venezuela como referencia enemiga, igual que el PAN y el conservadurismo estándar en México desde 2002.
(Sigue hilo)
-Trump sustenta su discurso en campañas premeditadas de mentiras y notas falsas, igual que Vicente Fox y Calderón en 2006 (orquestando propaganda sucia desde la SEGOB), e igual que en 2018 con la operación Berlín de Krauze y su umpalumpa Fernando García Ramírez.
-Trump tiene en sus hordas fanáticas a neonazis supremacistas, igual que el PAN en Jalisco y las sectas de extrema derecha que se infiltraron a los gobiernos de Fox y Calderón.
-Trump destruyó el obamacare, igual que de 1982 a hoy PRI-PAN debilitaron sistema de salud mexicano.
Aquí expongo algunos "mártires" de la libertad de expresión "reprimidos" por la cruel dictadura del mesías tropical Andrés Manuel López Obrador.
Y también las valientes causas defendidas por esos honorables mártires:
(Hilo)
-El eximio cómico Javier Carranza, alias "El Costeño", en diciembre de 2019.
El sátiro ilustrado defendía su sacro derecho a burlarse de la condición económica de los votantes de AMLO.
Fue víctima de un opresivo tuit que le cuestionó su filiación priista (oh, pobre de él).
-El probo Ricardo Alemán, intelectual de polendas, expulsado de Televisa por órdenes del maligno López en mayo de 2018, incluso antes de que el mesías fuera electo presidente.
Alemán fue injustamente castigado sólo porque publicó el honroso mensaje de invitar a asesinar a AMLO.
A nadie sorprende la alianza PRI-PAN, partidos hermanados desde 1988.
Lo que es más repulsivo es el papel que en esa unión va a jugar el PRD.
Y esa complicidad perredista tampoco es nueva, pues data al menos de 2008.
Aquí una exploración:
(Hilo)
El PRD nació en 1989 con el antecedente de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas un año antes, resultado de una coalición entre el sector nacionalista del PRD con ciertas izquierdas partidistas y sociales.
Nunca fue un partido homogéneo sino una sumatoria de visiones.
Su conflictividad interna empezó a repuntar en fines de los noventa, tras la dirigencia nacional de AMLO (1996-1999), periodo en que el partido estaba viviendo los mejores momentos de su historia, a ganar por vez primera cargos clave y quitarle al PRI mayoría en San Lázaro.
A Diego Armando Maradona se le exacerban sus cuitas personales -sobre todo las drogas- y se le reprochan con furia sus simpatías por políticos cercanos a las izquierdas.
¿Qué hay detrás de esos señalamientos en su contra?
(Hilo)
Hace días, el astro brasileño Pelé expresó simpatías por el Trump tropical: Jair Bolsonaro, tipejo que representa lo peor de América Latina.
¿Alguien ve a la comentocracia reclamar furiosa los fraudes en que se ha involucrado Pelé ante la UNICEF desde hace años? No.
Juanito Gómez, histórico defensa del Real Madrid, era promotor de la barra neonazi de ese equipo: los "Ultra Sur", xenófobos y racistas.
¿Alguien ve a la comentocracia exacerbar hasta el delirio las actitudes grotescas del defensa, como escupir adversarios y agredirlos? No.