Los cinturonianos llevan tantas generaciones trabajado en microgravedad en el cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter, que tienen su fisiología alterada. Tanto que no pueden sobrevivir en una gravedad como la terrestre.
Podría decirse que los cinturonianos de la serie “The Expanse”, constituyen un proceso de adaptación local, como la de los pobladores del Himalaya o los Andes, pero a escala interespacial. 
Igual que los tibetanos se han adaptado fisiológicamente ha vivir a las alturas de su meseta, los cinturonianos se han adaptado a la microgravedad del cinturón de asteroides.
La adaptación de los cinturonianos sin embargo hubiese sido imposible sin la capacidad humana de explorar el espacio y construir colonias en los asteroides que les proporcionan aire, agua y alimentos.
En otras palabras, los cinturonianos, igual que los marcianos de la serie, han construido su “hogar” en unos lugares de entrada totalmente inhospitables para la especie.
Todavía no hay planes para colonizar el cinturón de asteroides, pero sí se ha hablado mucho de la terraformación de Marte para hacer de él una planeta al que dispersarse.
La vida en Marte y las colonias en el cinturón son lo que en ecología se conoce como “niche construction”, es decir, construir tu propio nicho ecológico para que sea más habitable.
Los humanos llevamos haciéndolo miles de años, mucho antes de que nos planteáramos llegar a la Luna o colonizar Marte, desde los incendios intencionados a la agricultura o las ciudades…
…los humanos hemos modificando el ambiente para que nos sea favorable, y con ello alteramos las fuerzas selectivas que determinan quién sobrevive y se reproduce.
La domesticación de las vacas y el consumo de leche llevó a que fuese seleccionada gente tolerante a la lactosa en parte de la población. Las medidas higiénicas y sanitarias cambian las fuerzas selectivas.
Las vacunas han acabado con enfermedades que en otros tiempos hacían estragos. No hay duda de que los humanos hemos construido nuestro propio nicho ecológico y no somos elementos pasivos ante la evolución.
Pero los humanos no somos los únicos que modificamos nuestro entorno, también lo hacen las bacterias, las arañas, los gusanos de tierra o los castores entre otros. Muchos animales y organismos modifican su ambiente.
Y si bien en los humanos aceptamos que estas acciones son relevantes desde el punto de vista evolutivo, el concepto de “niche construction” en otros animales como elemento evolutivo sigue siendo controvertido.
Aceptar que tienen relevancia evolutiva, implica aceptar que los organismos pueden influir en su propia evolución, son objeto de la selección natural al mismo tiempo que crean las condiciones de dicha selección.
Los cinturonianos nunca llegarán a ver alterada su fisiología adaptada a la microgravedad si antes no colonizan y construyen estructuras que les permitan habitar durante generaciones en el cinturón de asteroides.
¿Pueden otros organismos alterar lo suficiente sus ambientes para aliviar o intensificar unas presiones selectivas concretas?
Esta capacidad no implica intencionalidad, tampoco los tibetanos se mudaron a ocupar la meseta tibetana con el fin de adaptarse a las grandes alturas, pero sí la capacidad de alterar las presiones selectivas.
Cuando en biología evolutiva se habla de evolución, muchas veces se habla de “paisajes adaptativos”, que suelen ser representaciones 3D de varios caracteres del organismo con unos picos y valles.
Los picos representan la combinación de caracteres con un mayor éxito (fitnees), se espera que la selección natural vaya empujando a las poblaciones hacia los picos, eliminando a los sujetos de los valles.
Sin embargo, si eres un individuo que habita uno de los valles, tienes una alternativa para ocupar uno de los picos, en vez de correr las poblaciones tras los picos cuando cambian las condiciones, los individuos de las poblaciones pueden mover la montaña hacia ellos.
Alterar tanto el ambiente a tu alrededor que modifiques las fuerzas selectivas. Los humanos lo hacemos, pero otros organismos también, incluso unos tan sencillos como las lombrices.
Habitan el subsuelo excavando túneles que les permiten mantener una humedad, que fuera no podrían mantener y morirían. Suele decirse que las lombrices son buenas para los suelos y los ecosistemas, pero no siempre es así.
En Norteamérica no había lombrices hasta la llegada de los europeos, parece que desaparecieron durante las glaciaciones del Pleistoceno.
De manera que los bosques y ecosistemas americanos han evolucionado en suelos libres de lombrices… hasta la llegada de los europeos, que las introdujeron en el siglo XVI.
Desde entonces son especies invasoras que se han propagado por muchos de los bosques, alterando las propiedades de los suelos y modificando la estructura vegetal.
Su invasión ha provocado el declive de plantas e invertebrados nativos, al tiempo que favorece a plantas invasoras, las cuales curiosamente benefician el crecimiento de las poblaciones de lombrices.
Al alterar la composición del suelo y facilitar la invasión de especies arbustivas no autóctonas, han creado las condiciones ideales para su propio desarrollo, vamos que las lombrices están “terraformando” los bosques americanos para ellos mismos.
Volviendo a la visión abstracta del paisaje adaptativo, las lombrices han conseguido desplazar el pico adaptativo, ellas no han cambiado pero sí las fuerzas selectivas que actuaban sobre ellas.
Las lombrices que invaden América son como los colonos humanos que ocuparán Marte y el cinturón de asteroides. Han construido su propio nicho ecológico.
No es algo individual, los túneles de las lombrices podría decirse que son una “herencia cultural”, igual que cada uno de nosotros no tiene que levantar su propia casa, las ciudades ya están allí…
…los túneles de las lombrices son ocupados una generación tras otra. Excavarlos tiene un alto coste energético, así que es normal que se aprovechen túneles que ya existían.
Las lombrices no son los únicos organismos con esta capacidad de crear su propio nicho. Hay plantas pirófilas que “promueven” incendios forestales fabricando unas mejores condiciones para ellas.
Hormigas que eliminan plantas negativas para sus colonias rociándolas con ácidos que actúan como herbicidas, al tiempo que cultivan hongos como nosotros cultivamos cereales.
Muchos organismos alteran el ambiente en función de sus necesidades, pero sigue sin estar claro cuán relevante es esto para su evolución.
¿Consiguen alterar las fuerzas selectivas de manera sostenida?
¿Consiguen alterar las fuerzas selectivas de manera sostenida?
Para muchos evolucionistas, el concepto “niche construction” sigue sin ser un proceso evolutivo propiamente dicho, restándole importancia a las acciones del organismo.
¡Muchas gracias por la lectura!
Literatura empleada
pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20511426/
pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20511426/
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