En los siguientes años no habrá muchas sorpresas en lo que serán las dinámicas colectivas.
Las narrativas en torno a las causas y luchas sociales han sido weaponizadas lo suficiente para enturbiar la manera en que se expresan y se ejercen. Queda esperar aun mayor polarización.
Por mucho tiempo se intentó explicar que esa forma de instigar la diferencia por causas de simpatía es la hierva seca sobre la que se dispersó el incendio de la molestia social mezclada con ideología política volviendo eso un caldo volátil. Y va a empeorar.
La desinformación en pleno incidiendo en la percepción del usuario, de la gente; torciendo la manera en que se comunica un hecho, una exigencia, la forma en que convoca, las reacciones que incita, y actuando en consecuencia fuera de la pantalla. Sin distinguir formación o perfil.
Hoy sobran adjetivos y neologismos que se usan para sobresimplificar problemas sociales extensos, justificados, sus exigencias, luchas, y ponen a quienes concuerdan y a quienes no en extremos igualmente intransigentes e intolerantes. Para polarizar se necesitan esos dos extremos.
Y es cierto; hay quienes han usado igualmente una larga serie de neologismos y sofismos para disfrazar la fragilidad de su propia identidad, sus escasa o casi nula tolerancia a la frustración, además de otras carencias afectivas y emotivas, y les llaman derechos y libertades.
Pero además, exigen a otros el reconocimiento, aceptación y validación, que no se dan ni a si mismos.
Extremos tan dispares que terminan siendo prácticamente idénticos en un ejercicio de combate mutuo basado en nada más que simpatía e ideología.
Tan en los extremos, tan llevado a la polarización, q nadie hace lo más básico: escuchar. Al menos intentar entender. Ya ni hablar de ceder.
Un fraseo delata estos choques. Se suelen conjugar en absolutos. Que además de paso, permite deshumanizar al volverlos adjetivos nada más
Hoy en el mundo del individuo digitalmente construido altamente ensimismado, la comprensión del otro se reduce a la cámara de resonancia donde voluntariamente elige encerrarse cada quién. Herméticas, estruendosas y ensordecedoras cámaras de resonancia.
Entre otros fenómenos, no menos complejos ni nocivos, el futuro se seguirá construyendo en una suma colectiva de individualidades altamente ensimismadas.
Difícilmente una suma de individualidades hacen una comunidad. Para prueba, donde y como estamos, y porqué llegamos a esto.
Una suma de individuos autoaislados tan cerca de sí mismos, tan lejos del prójimo.
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La mente. Tan poderosa. Tan frágil. No es cuestión de preparación académica, de perfil socioeconómico, de ignorancia, ni nada. Es solo, que somos humanos.
Seres que necesitamos construir relaciones entre similares para funcionar. Necesitamos ser y pertenecer, pero hoy a partir de esa necesidad también se construye el entramado para entender la realidad.
El problema es que ya estamos en un punto donde cada quien puede construir la realidad que le acomoda y aceptarla sin desafiarla y más bien usarla para "combatir" a quien no la comparte.
Con tantos frentes abiertos, con tantos excesos, abusos y errores, con tanta muerte, dolor y sufrimiento que esta causando este adefesio de régimen, a sus liderazgos ahora más que nunca les importa UNA SOLA COSA: EL PODER.
Su única obsesión sera ANTAGONIZAR AL INE.
Ahora menos q nunca les conviene perder el margen de maniobra q tienen para seguirlo destrozando todo, por eso urge TERMINAR de dinamitarlo TODO, pero, en especial al INE. Es donde recae la posibilidad, o no, de mantener poder. Ya no de aumentarlo, será un gran logro mantenerlo.
No importa cuantos muertos más cueste.
No importa cuanto daño más a la economía implique.
No importa cuantos desaciertos en política internacional les lleve. Sólo les obsesiona mantener el poder.
Desolador. La cuatrote se frasea en negativo, SIEMPRE.
En esta era hiperconectada hay un fenómeno peculiar; la opinión de cualquiera, por más carente de sustento, equivocada e irreal que sea, aún si es una abierta y descarada mentira, puede ser aceptada por grandes grupos sociales como LA verdad.
El ser humano tiende a confiar, a aceptar sin resistencia, las ideas que le son concordantes,aunque no sean reales, pero le parezcan verdaderas.Y tiende a desconfiar, o sea, limitar y rechazar las ideas que le son discordantes aunque sí sean reales pero no le parezcan verdaderas.
Para un regimen la forma de llevar a un replanteamiento del acuerdo social es justificarlo y así a la vez justificar que se preserven en el poder. Para ese fin estorba la confianza en todas las voces, medios, u opiniones, que les son opuestos.
No defienden la libertad de expresión. Que no se caiga en ese engaño.
No defienden el libre pensamiento y sus distintas formas de manifestación.
No defienden el debate ni el disenso.
No defienden la pluralidad, al individuo y su capacidad de expresar su critica, su exigencia.
De hecho en su discurso les ofende, les afrenta, que se tome una medida, por parte de una EMPRESA PARTICULAR con el uso de sus RECURSOS mediante un acuerdo tácitamente aceptado por todas las partes, es más bien un dardo envenenado. Otro más. Uno de muchos.
Siguen, una y otra vez, el manual del tirano; continúan en la imparable trayectoria de dinamitar la credibilidad y confianza en cualquier medio, mensajero, voz, expresión, la que sea, de quién sea, que vaya en contra de SU narrativa personal. De sus propios y mezquinos intereses.