Hoy es el día de Santa Jacinta Marecotti. Poco se conoce a esta sorprendente figura del movimiento terciario #Franciscano que nació rica, contestona, feminista, independiente, luchadora por la justicia... Pero no se llamaba Jacinta, se llamaba Clarice. 
Clarice, segura de que iba a poder realizar sus sueños conoció al joven marqués Capizucchi. Profundamente enamorada, sus planes se reforzarían sumando una fuerte personalidad masculina. Pero sus padres habían decidido que la esposa del marqués fuera Ortensia, su hermana pequeña.
La decepción de Clarice fue tan fuerte que decidió no perdonar a sus padres y les hizo la vida imposible. El príncipe la recluyó por la fuerza entre pataleos. Acabó en el monasterio de San Bernardino, en Viterbo donde estudió de niña y donde su otra hermana, Ginevra, ya era monja
Clarice no aceptó la clausura pero tomó el nombre de Jacinta. Aceptó participar de la la vida de oración de la comunidad y vivr la espiritualidad de amor a todas las cosas que conoció a través de Francisco de Asís. Se hizo terciaria franciscana para no someterse al claustro.
Como no sentía ninguna vocación de profesar votos de obediencia y pobreza, siguió vistiéndose con ropa fina, viviendo en un apartamento sobrio pero exquisito donde muchos amigos venían a visitarla. Se hacía servir por dos novicias. Era noble y como tal quería seguir viviendo...
Su vida era un escándalo tras otro; amigos, fiestas, reuniones con intelectuales revolucionarios, su casa era fuente de terribles acusaciones de cosas inmorales y poco decorosas. Jacinta vivió así 15 años hasta que enfermó gravemente. Entonces vio de frente su fragilidad.
Esa enfermedad supuso un cambio radical. No sólo las experiencias espirituales que vivió cambiaron su vida, abandonó todo lo que tenía tras mirar de frente a la hermana muerte. Pero el destino quiso que Jacinta se curase:
Ya curada pidió perdón a las hermanas por todas sus salidas de tono y abandonó sus lujos y vanidades. Los siguientes 24 años los dedicó a compartir su vida con los seres más vulnerables, abandonados, pobres, maltratadas, enfermas. Un símbolo de resiliencia antonioaretxabala.blogspot.com/2012/03/the-re…
Gracias a la ayuda económica de sus amigos pijos y juerguistas, organizó la actividad de dos institutos: los Sacconi (por el sayo que vestían los hermanos); eran enfermeros que ayudaban a los enfermos y los Oblatos, que ofrecían consuelo a los ancianos, desposeídos y abandonados.
Ella misma daba a los pobres todo lo que recibía y su ejemplo cambió el enfoque de la vida de muchos ricos y aparentadores de serlo de la época. Algunos se unieron a su causa al ver el desborde de felicidad y el cambio radical de su amiga de grandes juergas. La frugalidad.
Jacinta murió en 1640 y fue inmediatamente propuesta como santa por el propio pueblo, especialmente por aquellas personas que habían vivido su generosidad o salvaron sus vidas con su ayuda. Quizás se trate de una "santa democrática". El Papa Pío VII fue quien la canonizó en 1807.
La espiritualidad franciscana nació con un loco que se va replicando a ritmo de melodías pajarunas. A pesar de la gran cantidad de crímenes que la Iglesia carga a sus espaldas el franciscanismo se coló por la puerta trasera y trae cosas que desconocemos: antonioaretxabala.blogspot.com/2020/08/la-dim…
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