Para terminar con el MITO de la esclavitud colonial en Vzla, tan útil a la retórica de cartón en que se funda nuestra Republiqueta. Cojan papel y lápiz:
En 1810 el ejército de la Corona en Vzla estaba compuesto por 3 mil europeos y 10 mil americanos. Casi todos los americanos
militares eran indios y mulatos, zambos o negros libres, pero no esclavos.
Los esclavos de esta provincia española, que pasaban de 70 mil, eran realistas. De ellos sólo unos 10 mil tomaron las armas para defender la Corona ulteriormente, cuando hubo que hacerlo. Todos al
ejército español y a las filas de Boves. Esto fue siempre la más terrible bofetada para el discurso revolucionario de los llamados «patriotas». Sólo un insignificante número de esclavos traidores abandonaron su condición para seguirlos. La casi totalidad de los que tomaron las
armas lo hizo en defensa del Rey.
Ello es consecuencia del trato y los beneficios que gozaban en Vzla. El concepto y práctica de la esclavitud no eran los conocidos en Europa. Las leyes españolas difieren de las leyes y prácticas de aquellos gobiernos coloniales. Fue esta
diferencia la que produjo la gran lealtad de los esclavos hacia el régimen monárquico.
José Domingo Díaz, el testigo criollo mejor informado de la época, por haber tenido a disposición por varios años los archivos de un siglo, nos cuenta:
«Los esclavos de Venezuela no eran aquellos seres degradados que se ven en otros países, y sobre los cuales sus amos tienen aún el derecho de vida. Ellos en su condición eran tan felices cuanto era posible serlo. Sus tareas eran tan moderadas, que un esclavo activo las concluía
para las doce del día. El resto de él y todos los de fiesta estaban a su disposición. Cada cabeza de familia tenía como de su propiedad, en el mismo terreno de su dueño, aquel espacio que podía cultivar, sin que éste pudiese disponer de sus frutos ni de su trabajo. Era una
propiedad tan sagrada como la del hombre libre. Los amos estaban obligados a darles diariamente su correspondiente alimento, y a asistirlos en sus enfermedades, pagando cuanto era necesario a su asistencia; y a suministrarles anualmente dos vestuarios completos para el trabajo,
y uno para los días festivos. Los amos estaban también obligados a asistir debidamente a las negras en sus partos, cuyas tareas se disminuían proporcionalmente según su estado. Los amos también lo estaban para satisfacer a los curas párrocos todos los derechos parroquiales de
bautismos, entierros, etc., los cuales eran un equivalente de la cantidad con que les contribuían bajo el nombre de estipendio. Esta cantidad era generalmente de doscientos pesos fuertes anuales [20.000 €] por aquella denominación, y cincuenta [5.000 €] para la oblata.
Se repartía entre todos los dueños de las haciendas de la parroquia, y regularmente tocaba a dos reales o dos reales y medio [200 € o 250 €] por cada esclavo. Los amos estaban del mismo modo obligados a defender en justicia a sus esclavos en todas sus acciones civiles
criminales, pagando todos los costos que se ofreciesen. El que se desentendía legalmente de esta obligación, se desprendía del derecho de propiedad. El esclavo era en cierto modo considerado como un menor. Era muy posible que algunos amos quisiesen ejercer para con sus esclavos
mayores derechos que los que las leyes les señalaban; y para impedir este abuso, ellas les habían designado un protector de su justicia. Los síndicos procuradores de los ayuntamientos tenían este encargo, que desempeñaban con vigor e integridad. Los castigos correccionales de los
esclavos no dependían del arbitrio de los amos; estaban igualmente designados por las leyes y ordenanzas, y la Real Audiencia vigilaba en su cumplimiento sin respetos ni consideraciones [hacia la nobleza ni la burguesía]. En fin, los esclavos de Venezuela no eran aquellos cuya
pintura se hace en la Europa, las leyes españolas los protegían, y desde su alto trono soberanos conocidos en todo el mundo por su religión, piedad y beneficencia velaban en su felicidad. ¡Cuán dignamente ellos han correspondido!».
Ahí tienen pues, mis queridos, otro mito más
del republicanismo bolivarista echo trizas. El «cruel esclavajismo español» es una burda ficción. La «independencia»: doscientos años de falso discurso igualitarista, antiimperialista, indigenista e hispanóbofo.
Quién sabe, tal vez debamos el desarrollo de la gran riqueza
musical afrovenezolana al vanguardismo de un proyecto imperial cuyo humanismo cristiano ya estaba consolidado a nivel jurídico a comienzos del siglo XIX, dando resultados plenamente positivos, cuando irrumpió en nuestra patria la nefasta influencia del terror francés: 200 mil
guillotinados y 300 mil masacrados en La Vandée, a nombre de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789.
Un grupúsculo mantuano pudo entonces hacerse amo y señor al estilo revolucionario galo, exterminando poblaciones enteras al grito de tierra arrasada, liderados por
la ambición de un bipolar napoleónico de manufactura británica. La flamante «independencia» acabó con la exuberancia de aquella tierra apacible y próspera admirada por Humboldt en 1800. Adiós para siempre las cartas directas del Rey, ocupándose
de la justicia y el mérito en sus provincias ultramarinas, como aquella en que rechaza las objeciones mantuanas contra el estatus de Señoras acordado por él mismo previamente a las hermanas Vejarano, negras esclavas caraqueñas cuyos prodigios en
el arte de la repostería les valieran la fundación de una empresa, una patente y la celebridad local. Adiós a todo esto.
La República en cambio evidenció su fracaso al no superar el nivel de vida anterior a la «independencia».
Su único legado es un culto bolivarista hueco y anti histórico, preciado por ambos Socialdemocracia y Chavismo: esos dos esperpentos negrolegendarios que reflejan nuestra bárbara desgracia.
La VERDAD no es ese garabato de la realidad q se ha impuesto en las últimas horas sobre el mundo, esa asociación mal intencionadamente simplista de eventos q los apologistas del fraude presentan como atentado a la democracia. NO, el fraude los precede, son un castillo de cartas…
Nada más contradictorio e ingenuo q pretender salvar la democracia escondiendo un fraude. Es echar la basurita bajo la alfombra. Persistirá la sospecha mientras no se quiera levantar el tapiz, sin lo cual la mitad de un país jamás tendrá paz ni dejará a la otra mitad tenerla.
Ello forzaría al nuevo poder a recurrir a más fuerza de la q condena en su beato discurso de unificación nacional. Empieza por la censura, luego pasa a la represión, a la «paz» chavista… ¿Y quién libera al pueblo de una dictadura en la 1ª potencia? ¡Quién se mete allí…!
Estas palabras de una amiga suramericana son ciertas: «Lo q pasa en tu patria es pura y exclusivamente lo q tiene q pasar. Duele, no me regocijo. Son arrastrados después son irreverentes, son despiadados después son compasivos, son tormentosos luego los ves dando cátedra. Ojo al
igual q mis compatriotas. Latinoamérica es un nido de escorpiones, pirañas y tiburones».
Este INMUNDO BINOMIO de régimen + oposición q padecemos lo ha producido nuestra cultura. Debemos empezar x reconocernos como 1 pueblo «patético».
Esos HDP son venezolanitos, y bolivaristas!
La verdad de esta torva escena presente está arraigada en la coprológica farsa de nuestra independencia, fundadora de nuestra cultura carroñera. Desde el salvaje Bolívar para acá, desolación y oportunismo. A un destello de luz con Medina Angarita, una sombra prechavista, adeca.
¿Uds piensan que los chavistas operaron un desfalco sin precedentes a la economía de Vzla? Eso es porque ignoran lo que ocurrió en la «independencia». Pónganse los cinturones (atención, a cada cifra en pesos españoles que verá a
continuación agréguele 2 ceros y léala en euros):
No se los voy a relatar yo sino un venezolano a quien no se lo contaron, sino que presenció los acontecimientos de la susodicha «revolución patriota» de 1810, liderada por Simón Bolívar.
(Recuerden: de pesos a euros, con 2 ceros adicionales para redondear —hacia abajo—.)
Porque 1 «peso» (en realidad 1 «peso fuerte», q equivaldría a 20 reales de 6,375 euros cada uno) equivaldría hoy a 127,5 euros.
¿Qué hace una tiranía cuando el país REALMENTE se queda sin gasolina y no puede siquiera importarla, aun teniendo dinero? Se inventa unas elecciones «importantísimas» y la falsa oposición llama a una consulta «súper urgente». Producen la ilusión de que el problema es político.
Pero están rejodidos. En Vzla nada supera al hecho de que NINGUNA refinería marcha actualmente (sólo El Palito: 7%). La gasolina iraní llegada en mayo se agotó. El 2do envío fue decomisado hace un mes. Ningún otro envío se atreve a zarpar. En 30 días Vzla no podrá consigo misma…
El petróleo, esa ex-industria de este país mono industrial, no sólo no produce ya, sino que destruye. El Palito lleva 9 derrames en un año. Casi uno por mes. El ecocidio ya es estable, adulto. En Campo Morichal (faja del Orinoco) hubo en abril un mega derrame sin stop por 4 días.
con suerte llevará a cabo tal liberación inaplazable debe saber que, lógicamente, ninguno de los miembros del régimen puede calificar para participar en las elecciones libres que tendrán lugar después de su propio derrocamiento por la fuerza.
2. La comunidad internacional también debe saber que los conglomerados partidistas MUD («Mesa de la Unidad») y FA («Frente Amplio»), conocidos como fuerzas políticas de oposición que reúnen a los partidos tradicionales del país (todos ampliamente rechazados hoy por la
sociedad civil mayoritaria e independiente), han estado estrechamente vinculados al régimen chavista durante dos décadas, tanto política como financieramente, lo que explica su insistencia en una solución electoral
Obviamente NO se firmó ninguna «independencia» el 5 de julio de 1811, se firmó una secesión entre mantuanos, ilegal por demás. Primero que nada, no puede hablarse de «liberación» cuando no hay opresión ni a quien liberar. Ni de independencia cuando no hay dependencia. Todos los
venezolanos de todos los rangos sociales y razas eran tan españoles como los peninsulares. España era también eso, América con toda su diversidad inédita. Para decirlo ontológicanente, los atributos de ese SER conocido como España era todo eso, y más. La primera falacia
al hablar de liberación la encontramos en que el argumento expuesto por los mal llamados «patriotas» apuntaba hacia una supuesta discriminación contra los criollos que imperaba suprimir. En realidad, la única discriminación existente era la de un sistema de clases que era común a