Thread by @hectoralexx

Dos personas en un avión le gritan insultos y mientan la madre a López Obrador.

Y, como debe ser, no les pasa absolutamente nada.

Va un recuento de cómo actuaron presidentes anteriores ante hechos similares:

(Hilo)

El 12 de diciembre de 2005 Vicente Fox visitó el centro de reclusión para menores de San Fernando.

En un operativo publicitario, Fox "compartió" un momento de futbol con los jóvenes reclusos y tiró, y falló, un pénalti al portero.

Después se fotografió con los jugadores.

A la hora de la foto un joven recluso, Santiago González, en tono bromista le "puso cuernos" a Fox y así apareció la foto, en un hecho que no pasó a mayores.

Sin embargo, los abusivos del Estado Mayor Presidencial foxista retuvieron ilegal e indignamente tanto a Santiago González y al joven portero, en un acto vengativo y sucio contra ellos; ya que uno por ponerle cuernos y otro por detenerle un penal, "dejaron ver mal" a Fox.

En un hecho sólo explicable por la venalidad revanchista y represora del patético Fox, el 29 de junio de 2006, seis meses después de la anécdota, Santiago González fue trasladado del centro para menores infractores a una cárcel, acusado de "engañar con su edad" a la autoridad.

El 2 de octubre de 2008, Felipe Calderón encabezaba la ceremonia para otorgar los galardones del Premio Nacional de la Juventud.

En el discurso oficial, Calderón comenzó a hablar de democracia y de cómo una candidata en Oaxaca había sido recién víctima de un fraude electoral.

Uno de los premiados, el joven genio matemático Andrés Leonardo Gómez Emilsson, al escuchar ese acto de cinismo de Calderón -dado que el panista fue beneficiario del fraude electoral de 2006-, en ese momento del discurso calderonista le gritó "¡Espurio!"

Mientras el hipócrita Calderón seguía su discurso de que "hoy se pueden hacer esas expresiones en libertad", el represor Estado Mayor calderonista rodeó a Leonardo Gómez, lo metió a la fuerza a una patrulla y lo llevaron al Juzgado 33 sin especificar qué falta había cometido.

De manera intimidatoria y represiva, ahí tuvieron a Leonardo Gómez, quien replicó a Calderón motivado por dos razones de peso: Gómez conocía bien los delitos e inconsistencias electorales de 2006 y le pareció indigno que un delincuente de ese tipo hablara de "limpieza electoral".

Cabe señalar que, omitiendo los válidos argumentos de Andrés Gómez y la hipocresía calderonista, la prensa hizo escarnio agresivo en contra del joven talento mexicano, a quien le insinuaban que por ese hecho "no merecía el premio", y no criticaron el acto autoritario de Calderón.

De entre toda la inmundicia contra Leonardo Gómez destacó la del bufón del Reforma, el monero Pacasso (un tipo de un humor simplón, con la gracia de una morsa rasurada, por cierto), quien en su animación "Mario Netas" pintó a Gómez como un niño ignorante, sin tocar a Calderón.

Historia igual vivió Marco Jiménez Santiago, otro de los galardonados, quien en otro momento hipócrita de Calderón, que hablaba de "libertades", el joven le gritó "¿Cuál libertad? ¡No hay libertad!", y sus golpeadores del Estado Mayor lo llevaron también al juzgado.

Calderón había expuesto sus pulsiones autoritarias desde candidato, cuando una vez en un mitin en 2006 uno de sus simpatizantes se acercó para extenderle una petición.

Calderón, imbécilmente, creyó que era un crítico y ordenó a su horda de fanáticos a que "le mentaran la madre".

Calderón sigue siendo el mismo energúmeno autoritario, pues en marzo de 2020, el tenor mexicano Emilio Ruggeiro le dijo en un avión que "ojalá le fuera bien en la cárcel" al ex panista.

Eso a la luz de los hechos recientes del encarcelamiento de García Luna.

Todo el cloacalderonismo cibernético se lanzó a insultar y agraviar al tenor, a pesar de que su reclamo era justo y legítimo, dado que, por lo menos por omisión, es responsable de los impagables agravios que hizo su narcopolicía.

En el caso de Peña Nieto, desde la represión en Atenco en mayo de 2006 se supo de su vena autoritaria. En diciembre de 2012, con las detenciones el día de su toma de protesta, se confirmó ese perfil, que impidió que nadie se le acercara en su sexenio a reclamarle nada.

Acaso ilustra el hecho cuando el reportero Álvaro Delgado, burlando seguridad y en un esfuerzo meritorio, el 15 de junio de 2017 apenas y se le pudo acercar a Peña para, con una pancarta, protestar contra el asesinato de periodistas.

Hoy López Obrador es un presidente que desapareció el represivo Estado Mayor presidencial y deambula por todo el país sin la parafernalia onerosa y ominosa de guaruras, asesores y palafreneros, como sí ocurría en el pasado.

Ello ha dado pie a que quien sea se le acerque sin cortapisas a exponerle mensajes, que de forma muy mayoritaria suelen ser apoyo o solicitudes y sólo excepcionalmente quejas.

Ese fue el caso de ayer, de dos personas que, sin mediar argumento alguno, se limitaron a insultarlo.

Y ahí están esas dos personas, retomadas en los medios, cuyo mayor "argumento" fue espetar un hepático "que chingue su madre el peje".

Resulta curioso que la prensa los resalte y resulta revelador que la oposición los glorifique.

Y resulta interesante una cuestión. En marzo de 2006, cuando AMLO era candidato, exclamó el famoso "cállate chachalaca" a Fox... quien en ese momento era todo un delincuente electoral que invertía millones de dinero sucio en propaganda ilegal.

El mote de "chachalaca" le quedaba corto ante sus delitos. Pero a la comentocracia esos derroches delictivos le tenían sin cuidado y se centraron en lo más frívolo: acusar que "AMLO era autoritario" porque "agravió a todos los mexicanos al ofender la institución presidencial".

Hoy esos comentócratas que zapateaban y se revolcaban en el piso como Neymar, ofendidísimos de que AMLO le dijera "chachalaca" a un delincuente electoral, hoy no sólo no dicen nada de la diaria retahíla de agresiones diarias dirigidas contra López Obrador, sino que la reproducen.

Hoy sin embargo se viven otros tiempos. Las dos personas que le gritaron insultos a López Obrador ayer en un vuelo de Guadalajara a México ahí van, sin ninguna represalia en su contra.

Como debe ser.

(Aun cuando sean analfabetas políticos)

Lo que también seguirá es el espectáculo bochornoso de la comentocracia, que lleva décadas usando criterios distintos para interpretar que todo lo que hace "López" es "autoritarismo y censura", mientras los verdaderos autoritarios -Fox, Calderón, Peña- siguen siendo sus cuates.

Hoy en el gobierno de AMLO no hay ya esos desplantes autoritarios.

Y sí, eso es obligación del presidente, que por ese acto de decencia no amerita ninguna estrellita en la frente.

Pero la necedad de hacer creer que es un dictador represor, esa sí amerita unas orejas de burro.