Me acerco un día al campo de un familiar a recoger un saco de mangos que me regala siempre que recolecta. Un señor saco esta vez, de unos 30 kilos.
(Si no habéis probado los mangos y los aguacates de La Axarquía, ya estáis tardando).
Echo el saco al coche y pongo rumbo a casa tranquilamente. Huele a fruta fresca. Pongo música. La vida es bella. Se enciende un piloto rojo en el cuadro de mandos. El coche empieza a emitir un molesto pitido.
Su puta madre. Un minuto eres feliz y al siguiente suena un pito y tienes que llamar a la grúa y dejarte 400 pavos en un taller.
Doy unos suaves golpecitos al cuadro de mandos (todo el mundo sabe que a veces el coche protesta por nada y sólo necesita un poco de cariño).
No sirve de nada. El pitido aumenta de frecuencia. Pues nada, vamos a resetear el coche.
Me paro en la cuneta, pongo las luces de emergencia y paro el motor. El pitido cesa. Espero un par de minutos y arranco de nuevo. Salgo despacito. El coche ya no pita.
Falsa alarma. Cuatrocientos pavos que se quedan.
Justo cuando meto la cuarta vuelve el puto pitido. Empiezo a hacer diagnósticos en mi cabeza. "Esto está relacionado con la velocidad", me digo. Freno un poco y bajo a tercera.
Nada, sigue pitando. Aumenta la frecuencia y parece que el volumen también. "Pues entonces esto es temperatura. Se ha calentado algo."
En mi cabeza visualizo perfectamente el coche en llamas conmigo dentro.
No me apetece ahora mismo hacer una barbacoa, la verdad. Vuelvo a la cuneta, paro el motor, se apaga el piloto y se para el pitido. Vamos a dejar que lo que sea se enfríe y si hace falta vuelvo a casa en tercera.
Arranco. Salgo muy despacio. Me quedo en tercera. Bajo las ventanillas; todo sea por ventilar. Al medio minuto vuelve el puto pitido. "PERO DE QUÉ COJONES TE ESTÁS QUEJANDO SI FUNCIONAS PERFECTAMENTE, HOMBRE", le digo al coche.
"¿TE TIENES QUE PONER GILIPOLLAS JUSTO HOY QUE TE HE ECHADO DIESEL GRAN RESERVA, DESAGRADECIDO?"
El pitido ya se vuelve insoportable. Lo que sea va muy en serio. Es como si el coche me avisara de que está a punto de explotar.
A lo lejos veo una gasolinera. A tomar por culo; voy llamando a la grúa y les digo que me recojan ahí. Busco el número del seguro. Marco. "Tirorí tirorí, si desea informar de un siniestro pulse 1"
(Con lo de "informar de un siniestro" siempre me imagino diciendo "Hola, sí, para informarles de que en el KM 251 me acabo de cruzar con Marilyn Manson").
Se pone al teléfono un señor.
Le explico el tema: "Mire, que llevo hace rato un piloto encendido y un pitido más molesto que un disco de Melendi. Parece grave."
"¿De qué piloto se trata, caballero?"
Oiga, yo qué sé. Tengo presbicia. Es una cosa roja borrosa.
Me pongo las gafas. Echo un vistazo al cuadro de mandos.
—Pues es un icono como de un monigote con cinturón de seguridad.
—¿Lleva usted el cinturón puesto, caballero?
Hombre, pues claro. Que me acuerdo perfectamente de aquella campaña de la DGT. Póntelo, pónselo.
—Sí, lo llevo siempre puesto.
—¿Y el copiloto?
—¿Pero qué copiloto si voy yo s...
Entonces me doy cuenta. Cuelgo el teléfono sin mediar palabra.
Le pongo el cinturón al saco de mangos y vuelvo a casa en silencio.
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OCHO CONSEJOS PRÁCTICOS PARA ENTREVISTAS DE TRABAJO EN EL SECTOR TECNOLÓGICO, ILUSTRADOS CON ANÉCDOTAS REALES QUE OS JURO QUE NO ME INVENTO.
(Hilo)👇
Pues 25 añitos llevo ya en esto de las TI ("er niño der 7º sa colocao con l'ordenadore", sentenció una vecina el día que me vio salir de casa con traje y corbata camino a la parada del autobús para ir al PTA a ganar un sueldo de mierda en una consultora de mierda).
En este cuarto de siglo, además de desarrollar software y diseñar arquitecturas, he hecho cientos de entrevistas a candidatos para diversos puestos técnicos.
Os voy a contar otra de las mías. Esta es una anécdota antigua que recordé hace unos días. Es de hace casi veinte años, cuando era un joven pluriempleado y medio narcoléptico y mi vida era el caos absoluto.
"EL DÍA QUE ATRAQUÉ A UN POETA EN UNA HAMBURGUESERÍA"
Estábamos a principios de los años cero. 2003 o 2004, si no recuerdo mal. Por aquel entonces yo andaba tratando de terminar la carrera. Además trabajaba de informático a media jornada en un polígono de mala muerte y de agente de handling para una compañía aérea en el aeropuerto.
En la oficina curraba de lunes a viernes, y en el aeropuerto principalmente fines de semana con algunos turnos sueltos entre semana en horario imprevisible.
Suelo contestar todos los tweets, pero el hilo de la abrasión genital se ha ido de madre por completo. Son muchos miles de comentarios y preguntas. Así que he preparado esto:
🥚 MIS PELOTAS F.A.Q. 🥚
PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE EL INCIDENTE DEPILATORIO QUE POR POCO ME DEJA EUNUCO
(Antes de nada, agradeceros las muestras de cariño, la preocupación, y la extrema empatía. Me parece fascinante que todos hayáis sentido mi dolor como vuestro, incluyendo LOS QUE NO TENÉIS PELOTAS. Si esto no es ponerse en el lugar del otro, ya no sé ❤️)
Bueno, ahora que ha pasado un tiempo prudencial y ya he superado el trauma (creo), os puedo contar la que lié yo sólo en casa la tercera semana de confinamiento.
El primer día de encierro decidí no centrarme en todas las cosas que no iba a poder hacer durante un buen tiempo (estaba seguro que serían dos o tres meses de encierro como mínimo), sino en las posibles oportunidades que me brindaba una situación así.
Después de darle unas cuantas vueltas, me di cuenta de que trabajando desde casa me iba a ser mucho más fácil, por ejemplo, llevar una rutina estricta de alimentación y entrenamiento.
Si el bar es el estado, la cerveza es un bien de consumo y ahí todo el mundo paga los mismos impuestos indirectos. La cerveza vale 2€ de los cuales 0,40€ son IVA. La cuenta la paga cada uno según lo que haya consumido y nadie bebe gratis.
Si de lo que se trata es de simbolizar de alguna manera lo que el estado nos brinda y que se financia con impuestos, pues sería el propio bar, la TV, los servicios, las mesas, las sillas, la electricidad, etcétera.
Llegará el día en el que la ignorancia será considerada una elección personal y una seña identitaria y estará mal visto considerar más capacitado para cualquier cosa a aquel que entienda algo del tema.
Se crearán políticas laborales paritarias y en un proyecto para, por ejemplo, diseñar un avión, habrá que tener obligatoriamente un 50% de gente sin ni puta idea.
La meritocracia se comparará con el nazismo y la gente más ignorante se sentirá perseguida y oprimida por la gente con conocimientos, a los que denominarán peyorativamente "expertuzos", "gente con co-nazi-mientos" y un largo etcétera.