Llegará el día en el que la ignorancia será considerada una elección personal y una seña identitaria y estará mal visto considerar más capacitado para cualquier cosa a aquel que entienda algo del tema.
Se crearán políticas laborales paritarias y en un proyecto para, por ejemplo, diseñar un avión, habrá que tener obligatoriamente un 50% de gente sin ni puta idea.
La meritocracia se comparará con el nazismo y la gente más ignorante se sentirá perseguida y oprimida por la gente con conocimientos, a los que denominarán peyorativamente "expertuzos", "gente con co-nazi-mientos" y un largo etcétera.
Se impartirán cursos de sensibilización con la ignorancia, desaconsejándose el uso de expresiones tales como "de todos es conocido" o "como ya sabéis", por considerarlas microagresiones.
Algunos colectivos propondrán que el aprender sea opcional en los colegios. Otros directamente pedirán que se prohíba, por considerarlo opresivo contra las personas no conocientes.
A los poetas, escritores, cantantes y directores de cine que transmitan algún tipo de conocimiento en sus obras se les considerará ignorafóbicos y conazidores y se pedirá su cancelación.
En situaciones sociales, en especial cuando se inicien conversaciones sobre cualquier tema, estará bien visto hacerse siempre el imbécil.
En los debates en televisión casi nadie tendrá ni puta idea del tema a tratar. Igual que ahora.
Se reeditarán los programas educativos infantiles más famosos en versiones "conocineutras" para eliminar de ellos toda enseñanza impuesta.
Sacarán una edición revisada de Barrio Sésamo sin el vampiro que enseña los números, sin Coco enseñando las diferencias entre unas cosas y otras, etcétera. Todos los capítulos serán iguales: diez minutos de Espinete mirando a cámara en estado catatónico.
El programa "Saber y ganar" se renombrará a "Ganar o no, yo qué sé, ni lo sé ni me importa".
Un colectivo de personas conocineutras afirmará descender de los neandertales, una minoría que sufrió una brutal opresión estructural por parte del malvado homo sapiens hasta casi extinguirse, aunque algunos supervivientes evolucionaron en el homo ignorantis.
El homo ignorantis será considerado un ser intrínsecamente benevolente, puro y de luz, generoso y pacífico. El antepasado común de todos los conocineutros y eslabón perdido con el neandertal.
En las consultoras informáticas ya no será necesario que las personas que no tienen ni puta idea aparenten tenerla ni que estén siempre a la defensiva. Esto eliminará por completo la toxicidad de los equipos de desarrollo, lo que disparará la calidad del software.
Y ya por fin se podrán sacar billetes a la primera en la página de Renfe y presentar el borrador de la declaración de la Renta de forma telemática sin vender tu alma a Cthulhu.
