Una cosa. Veo que hay personas que están usando el informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 de España para comparar frecuencias de efectos adversos entre las distintas vacunas. Esto no tiene sentido y la propia @AEMPSGOB lo dice en su informe. [1/6]
Concretamente dice:
"La notificación de acontecimientos adversos no es una herramienta que pueda utilizarse para calcular la frecuencia de aparición de reacciones adversas en las personas vacunadas, ya que no es una recogida sistemática de datos" [2/6]
aemps.gob.es/informa/boleti…
"La notificación de acontecimientos adversos no es una herramienta que pueda utilizarse para calcular la frecuencia de aparición de reacciones adversas en las personas vacunadas, ya que no es una recogida sistemática de datos" [2/6]
aemps.gob.es/informa/boleti…
"y como se ha mencionado anteriormente, no se trata de acontecimientos necesariamente relacionados con la vacunación. Tampoco sirve, por tanto, para realizar comparaciones sobre la seguridad de las distintas vacunas. [3/6]
Además cualquiera que sea mínimamente observador se dará cuenta de que las tasas de efectos adversos registradas son muy bajas. Muy inferiores a las documentadas en ensayos clínicos (donde sí se recogen de forma sistemática) y a la realidad [4/6].
205 notificaciones por cada 100.000 dosis administradas es una cifra totalmente irreal de la frecuencia de adversos que muestran las vacunas. Ahora seguramente os preguntaréis, ¿por qué entonces hacer una farmacovigilancia? [5/6]
Porque su intención no es registrar frecuencias correctas de todos los efectos adversos que ya se han documentado, sino detectar aquellos efectos adversos graves, raros o inesperados que no se hayan podido detectar previamente en ensayos clínicos. [6/6]
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