Hemos leído a expertos por doquier explicarnos lo bueno que es el trumpismo movilizando voto, hasta el punto de que Trump mejoró resultados en noviembre. Lo votó bastante más gente que hace cuatro años.
Pero eso no explica por qué perdió. Unos dicen que un candidato tan moderado como Biden logró aglutinar a la izquierda y al centro. Otros, que el papel de los perfiles de izquierdas que lo apoyaron sin medias tintas, como Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez, fueron determinantes.
Será todo verdad, pero yo, en cambio, creo que si en vez de un candidato, los Demócratas hubieran puesto un ficus, también habrían ganado. A pesar de la subida de Trump. Porque creo que el factor de movilización anti-trump es el propio Donald Trump.
Dicho de otro modo, el trumpismo es muy movilizador, sí, pero a la vez contiene un gen tan reactivo que, pongas lo que pongas enfrente, la gente estará tentada de salir de sus casas para intentar parar a Trump. Sobre todo, después de haberlo probado cuatro años.
La piedra filosofal del asunto sería pues tener esa capacidad de movilización airada sin ser tan amenazador como para que los adversarios sientan la imperiosa necesidad de movilizarse para pararle los pies. Pero eso es imposible porque en el pecado lleva la penitencia.
Digo esto porque vamos a una campaña trumpista en Madrid. Y no veo cómo Ayuso y su equipo van a manejar esto a la vez que aceleran su trumpismo para aglutinar el voto de Cs y, sobre todo, Vox ("El Fascismo es el Lado Correcto de la Historia and Others Greatest Hits").
Ayuso mejorará sus resultados del 2019 y es probable que aplaste a Cs y meta un buen bocado a Vox. Pero eso hace arder las almenaras (la primera respuesta es la Operación Baron Noir de Iglesias) y podría pasarle como a Trump, que su propio énfasis movilice el voto rival. Veremos.
Fin.
POSTDATA: Por si no se entiende del todo, lo que digo es que los que nos alarman diciendo que indignarse y montar pollos por los discursos filofascistas de Ayuso es contraproducente porque contribuye a su difusión, sospecho que se equivocan. Quizá es muy importante visibilizarla.
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HILO. Sobre el vídeo "apolítico" de moda:
El viejo adagio del Poema del Mío Cid "qué buen vasallo si tuviese buen señor" se usa hasta el empacho impulsando la idea de que somos (España, Catalunya, Almendralejo, Calahorra, Madrid...) gente estupenda en manos de políticos infames.
Siempre es tentador, toda vez que los políticos asumen la responsabilidad de lo común, cargarles nuestros penares y pensar que nos iría mucho mejor si fueran al menos tan chachis como somos nosotros. En un sentido político hablamos de una crisis de la legitimidad representativa.
En psicología se diría, en cambio, que responde al efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo por el que los individuos incompetentes tienden a sobreestimarse, mientras que los individuos altamente competentes son proclives a subestimarse. La semilla de la cuñadez.
Oís hablar de furgonetas ardiendo para no hablar de ESTO:
"Era un grupo con difíciles equilibrios. Desconfiaban unos de otros, se traicionaban, se ayudaban, se protegían: si uno caía, caían los demás (...) Un grupo comparable a los GAL". @carlota_guindallavanguardia.com/politica/20210…
"Cuarto punto del plan, la campaña mediática, puesta en marcha por periodistas dispuestos a atacar a los rivales de Villarejo, que pretendía desacreditarlos y enterrarlos socialmente". @carlota_guindal
👆🏻 Si leéis a @carlota_guindal enmarcaréis sin esfuerzo la resistencia a renovar el Consejo General del Poder Judicial y su hiperactividad de nombramientos.
Los investigadores consideran que en el Ministerio del Interior operaba "UN GRUPO COMPARABLE A LOS GAL".
En términos estrictamente políticos, lo que demuestra la polémica de la Ley Trans (y sus dimensiones) es el increíble poder acumulado del PSOE como partido de Estado, con terminales en el activismo, la academia y los medios. Va hilo:
Este debate en el feminismo académico (en mucha menor medida en el activista) existe desde hace muchos años, pero no tenía dimensión política. Ni nada remotamente parecido. Por eso, la propuesta de ley Trans del PSOE en 2019 y su tramitación no generó ningún incendio.
De hecho, no solo no generó incendio ni titular alguno sino que concitó, además del apoyo de UP, el de casi dos terceras partes de la cámara. Su debate en comisión, hasta la elaboración de la ponencia, fue una balsa. Solo el catolicismo presente en las Cortes puso pegas.
"Nunca volveremos a la situación «normal» que hemos conocido en las últimas décadas. En primer lugar, el motor de la civilización termoindustrial —el dúo energía-finanzas— está al borde de la extinción".
"Se están alcanzando límites; la era de las energías fósiles abundantes y baratas se acerca a su fin, como lo demuestra la avalancha de las energías fósiles no convencionales a precios medioambientales, energéticos y económicos prohibitivos".
"Este hecho destruye por completo cualquier posibilidad de retomar algún día el crecimiento económico, con lo cual firma la sentencia de muerte de un sistema basado en deudas… que sencillamente, no serán pagadas jamás".
A raíz de este artículo sobre el hostigamiento legal y judicial a la libertad de expresión en España, ayer tuvimos un debate chulo aquí sobre si debe incluirse entre las amenazas a ese derecho la 'Cancel Culture' o Cultura de la Cancelación. Hilo eterno👇🏻 lavanguardia.com/politica/20210…
Mi respuesta rápida es no. De hecho que omitiera mencionar la Cancel Culture en el reportaje no es casual ni un olvido, es deliberado. Porque la Cancel Culture no es más que un bautismo ingenioso de algo que, en realidad, lleva bautizado muchos años: la Corrección Política.
Siempre que se rebautiza algo, se hace para cambiar su consideración. Los recortes de derechos laborales se rebautizaron como "flexibilidad laboral" para darles prestigio. Al revés, el activismo radical callejero se convirtió en "terrorismo de baja intensidad" para lo contrario.
Un marco para el hilo de ayer. ¿Para qué va a servir la comisión contra la desinformación que coordinará la Moncloa? Bueno, en primer término, leed esto de @Senguix, que inscribe la medida en el marco geográfico y temporal. ¿Qué hacen los demás países? lavanguardia.com/politica/20201…
Como veis, estas medidas tienen que ver con el caso Cambridge Analytica y el efecto en el Brexit (a través del uso de Facebook). Conocido es lo que pasó con Trump, o con Bolsonaro (tsunami de bulos a través del Whatsapp). Nos pasa aquí con la ultraderecha y sus memes.
Por razones funcionales y corporativas, es parcialmente asequible controlar fenómenos de intoxicación en redes abiertas como Facebook o Twitter (si ellas colaboran). Pero es muy difícil en mensajerías como WhatsApp, donde la gente mayor se pasa bulos como si no hubiera mañana.