Aunque a lo mejor ahorita no se ve, estamos en un problema muy serio y grave con consecuencias que trascenderán seguramente por mucho tiempo.
Sirva como piedra de toque el estira y afloje con el tema INE.
Señor, señora, ¿usted se considera una persona mala? Seguramente no. No roba. No mata. Y cumple con lo que socialmente se exige como para pensar que se es una buena persona. Eso se llama moral. Algunas de sus restricciones están en lo que el Estado establece en las leyes.
Pero en general los valores de la moral se inculcan socialmente, principalmente en la familia, con los amigos, en la escuela, y en general en esos núcleos sociales.
Hay un problema. La moral es flexible. Oh si. Los valores morales van cambiando a la par de la sociedad.
Hoy en México tenemos como inquilino del palacio nacional a un señor que cree que su instintos e impulsos son obra y gracia. Y si, literalmente, expresamente lo ha dicho, se considera por encima de la ley.
Sí la constitución estorba, que se cambie. Por ejemplo.
Diversos estudios han comprobado que la comunicación q más fácilmente se difunde vía redes sociales es la q tiene como rasgo distintivo la carga moral; mensajes tendientes a determinar qué está bien, qué está mal y, colocarlos en una escala de lo socialmente aceptado o rechazado.
Recuérdense los trendings de las pasadas semanas. En el extremo del absurdo se quiso confrontar la causa feminista poniendo todo en posturas maniqueas muy extrañas.
En un monumento al tu quoque, la falacia de la hipocresía, quisieron equiparar a un actor en un personaje con la complicidad e inacción del aparato del Estado y un gobernador impuesto con la complacencia del partido gobernante.
En específico las redes sociales aproximan grupos que como parte de su afinidad comparten sus cargas morales, lo cual, en primer momento y mayormente permite movilizaciones basadas en cooperación, lo que llamamos solidaridad. Pero eso también tiene un lado oscuro.
Es un problema profundo cuando se cree que las motivaciones de uno u otro extremo de afinidad se basan exclusivamente en algún interés oculto, con una segunda intención. Ahí es donde entra la influencia del micrófono de Palacio. Tiene una audiencia especifica y clara.
Esa audiencia hace propia la moral que expresa ese micrófono. Ese que dijo que no sabía que es el pacto patriarcal. Ese que dijo que él no es feminista, que es humanista. Ese que es un narcisista misógino.
Esa moral es la que sale de ese micrófono.
El problema se agrava cuando grupos con altas cargas de convicciones basadas en moral, pero en extremos de simpatía o afinidad política, son confrontados: aceptarán cualquier comportamiento mientras sea congruente con su propia visión del mundo, de lo moralmente aceptado.
Por eso no es extraño ver imágenes donde se atreven sin dudar a afirmar que "la derecha no será feminista", por ejemplo. O a soltar a bocajarro un fakeminista sólo por no compartir la afinidad política.
El problema es que esto diluye las resistencias que inhiben los comportamientos transgresores y violentos en tanto va dirigidos a aquellos que se perciben como adversos a la moral marcada por el líder siniestro; Por eso su discurso siempre habla de sus adversarios: sus enemigos
Aquellos q se perciben como “malos”, “injustos”, “corruptos”, “golpistas”, “conservadores”, “chayoteros”. Como “fifís”. No importa la etiqueta, no importa el adjetivo, en tanto el líder carismático, siniestro, induce en la narrativa los elementos que mantengan esa confrontación.
Las convicciones morales son un elemento modulador del comportamiento, pero llevadas al extremo de lo radical, se vuelven un motor que estalla la violencia rompiendo cualquier inhibición.
Además que implícitamente en esa misma narrativa se mantiene el rechazo a la conciliación, poniéndola a la luz de una forma de complicidad y traición. Quién está de acuerdo con quien no comparte la misma carga moral indicada por el líder, es repudiado y estigmatizado.
Hay una subespecie de usuarios muy, emmmm.... peculiar, por decirlo de manera amable. Son entes que exigen hacerse llamar "periodistas" (sic).
No es muy difícil distinguirlos, de hecho se hacen notar.
Estos seres que dicen, diiiiiceeeen, ser periodistas; disfrazan sus arengas, sus loas, sus porras, su zalamería, de "información".
Dicen, diceeeen, ellos son dueños de la verdad absoluta, la verdad, y nada más que la verdad. Cuando mucho, lo que mejor les sale es la propaganda.
Porque además no ocultan en lo más mínimo un rasgo que gritan a los cuatro vientos: su fanatismo.
No importa cómo su total ausencia de dignidad se ve compensada, para ellos en su fuero interior, con la satisfacción de, creen, defender a un totem sagrado.Que ni los ve ni los oye.
El verdadero drama acerca del tema del sr Macedonio y el inquilino de cieeerto palacio virreinal que finge gobernar, no esta realmente en que los reclamos serán descarada y vilmente ignorados, aún viniendo de muchas mujeres que abiertamente lo apoyaron para llegar al poder...
...o incluso de quienes participan de la secta disforme que hacen llamar movimiento y que no es más que un simple y corriente partido político.
El verdadero drama es que siguen desasociando al partido del dueño. Del totem. Siguen buscando los refugios donde aliviar su disonancia
Muchas de las mujeres que llegaron, siguen, y seguirán, leales a pesar de todas las incongruencias, denuestos, humillaciones, a pesar de todas y cada una de las demostraciones que exhiben la misoginia, manipulación y la mentira detrás del poder, ellas ahí seguirán. Leales.
Con el pretexto de la seguridad, al """regular""" las RRSS también buscan contener y, en su caso volver sancionable, el discurso disidente, las quejas, las protestas, las exigencias.
Pero no solo eso. Con el pretexto de la seguridad, al decir que quieren contener las noticias falsas, las "fake news", quieren hacerse árbitros de la verdad al acaparar la facultad de señalar como noticia falsa la información que les resulta adversa, aunque sea real y precisa.
Un gobierno que da prioridad a la seguridad como justificación de su actuar en el entorno digital pasando sobre los derechos humanos, incluso los derechos reconocidos por su propia constitución, va encaminado a ser un ciberregimen.
Estos meses que siguen hay 3 narrativas que tomarán vuelo; se anticipan las justificaciones para cuando NO se cumplan los "objetivos", ficticios, de vacunación, para culpar al gobierno de EEUU;
Las fallas cada vez más recurrentes en el servicio eléctrico, como una abstracta, surrealista, """venganza""" de las empresas, especialmente Iberdrola y de la mano del hombre de paja preferido, el Pipe.
Que de paso, esos apagones pueden ser muy convenientes. ¿A alguien le sorprendería un apagón el día de las elecciones?
El sistema se puede caer de más de una forma. Curioso, y con próximidad a los mismos apellidos. Vueltas que tiene la vida....
No les importan las vacunas.
No les importa la vacunación.
No les importa que la gente tenga la protección de esas vacunas.
Lo que les importa es la historia, el cuento, la narrativa, que ofrecen acerca de las vacunas.
No les importa la conectividad del país
No les importa mejorar la presencia del país en el mundo.
No les importa tener los beneficios de un aeropuerto funcional, útil y con sentido.
Lo que les importa es la historia, el cuento, la narrativa, que ofrecen acerca del aeropuerto.
Este régimen esta cumpliendo al pie de la letra el motivo de gran relevancia que los convocó: hacer historia.
La historia tiene un pequeño problema: en el futuro esa narrativa de los sucesos del pasado suele ser benevolente con quien la cuenta, con quien la escribe.