Thread by @manuelhborbolla

Artículo 19, AMLO y EE.UU.

Para variar, se está perdiendo el foco de discusión por las criticables declaraciones del presidente López Obrador.

El punto central en este asunto, no es Artículo 19 sino la injerencia del Departamento de Estado de EE.UU. en asuntos mexicanos.

El reporte del Departamento de Estado donde califica a México en materia de derechos humanos, es un claro ejemplo del imperialismo estadounidense.

¿Se imaginan que México emitiera un reporte criticando la situación de derechos humanos en EE.UU.?

state.gov/reports/2020-c…

El informe del Departamento de Estado de EE.UU. va mucho más allá de Sanjuana Martínez y Artículo 19. Es un informe largo en el que se muestra cómo los derechos humanos pueden ser utilizados como instrumento de coerción desde el poder hegemónico.

De eso no se habla hoy en redes.

AMLO acusó a Artículo 19 de estar "financiada por empresas extranjeras, hasta por el Departamento de Estado".

"Está apoyado por el extranjero; pero además, toda la gente que tiene que ver con Artículo 19 pertenece al movimiento conservador que está en contra nuestra", dijo.

Las declaraciones de AMLO movieron el foco de atención hacia Artículo 19. Las declaraciones acusando de "conservadores" a "todos" los integrantes de la organización, me parecen lamentables y dignas de ser criticadas.

Fue un error político lanzarse contra la organización.

Artículo 19 ha ayudado a muchos periodistas en México ante el clima de acoso y violencia que prevalece en el país, y la indefensión del Estado. Eso explica el respaldo que muchos periodistas han manifestado hacia la organización que, como otras, busca financiarse como puede.

Ahora, es cierto que el Departamento de Estado de EE.UU. nunca apoyaría a una ONG ajena a sus intereses. La agenda de "libertad de expresión" de Artículo 19 le resulta útil y funcional a EE.UU. para ejercer presión a otros países mediante su política imperialista.

El juego geopolítico en torno al financiamiento de ONGs trasnacionales es muy simple: yo como potencia, le meto dinero a organizaciones que me pueden ser útiles. El trabajo de estas organizaciones es usado como "insumo" para ejercer la hegemonía sobre otros países.

Estos proyectos de financiamiento, son muy útiles, pues permite a organizaciones afines a los intereses de EE.UU. tener una alta presencia mediática que inciden en la opinión pública (como pasa ahora en la polémica con AMLO y Artículo 19).

Ahora, no me mal entiendan. Con esto, NO digo que Artículo 19 es una organización golpista, como publicó hoy La Jornada, en un vergonzoso exceso de oficialismo en el diario consentido de la 4T. Esta fue la 2a portada exageradamente oficialista que leí en el diario:

El exceso retórico no le hace bien a nadie. Si bien me parecen exageradas las reacciones por las declaraciones de AMLO, las declaraciones del presidente son criticables y además fueron un error táctico al dar pie a que el tema se centrara en una ONG y no en la injerencia de EEUU.

Me parece que el trabajo que ha hecho Artículo 19 en México ha sido benéfico en la defensa de muchos abusos contra periodistas y a la hora de promover la libertad de expresión. Y al mismo tiempo, esa agenda le resulta muy útil al imperialismo gringo como instrumento de coerción.

Lamentablemente, el cambio de régimen político en México detonó un ambiente de guerra y confrontación que se venía gestando desde hace mucho tiempo, pero no era tan visible, porque uno de los bandos en disputa permanecía marginado de los medios y las estructuras de poder.

El monólogo que prevaleció durante la era neoliberal en México, se convirtió en una discusión más plural, y no precisamente gracias a los grandes medios de comunicación, que siguen ensimismados en su monólogo conservador y elitista, desconectado de lo que pasa en la calle.

Cuando leo las discusiones en redes, me queda claro que mucha gente no ha entendido el escenario histórico donde nos encontramos situados.

Hay una clara LUCHA DE CLASES en México, de la que nadie se atreve a hablar, de manera directa y sin eufemismos.

La confrontación política es inevitable en todo proceso de cambio social. Yo no he visto nunca, en la historia de la humanidad, que en el contexto de la lucha de clases, los proceso de cambio sean tersos cuando se intenta quitar los privilegios del derrotado grupo dominante.

En todo este juego hay también intereses geopolíticos. El poder no se ejerce de manera lineal, sino múltiple, adquiere muchas formas. Y por lo mismo, el actual gobierno tiene abiertos muchos frentes de batalla. Por eso AMLO debe ser más cauto a la hora de salir a repartir golpes.

Las élites que prosperaron con las privatizaciones, sienten amenazados sus privilegios y eso explica los constantes (e irracionales) ataques contra la 4T, a un nivel que no vimos ni con Calderón ni con Peña, a pesar del desastre que padecimos en las últimas 2 administraciones.

Los medios de comunicación, elitistas y serviles a los intereses del derrotado grupo hegemónico, son hoy el principal instrumento de lucha política de la derecha, amplificadores de su discurso.

¡Y luego dicen que en México impera una dictadura sin contrapesos! 🤣🤣

Si bien las conferencias matutinas han permitido contrarrestar los ataques de la derecha, me parece que AMLO debería ser consciente de que su proyecto requiere abrir más espacios. No toda la estrategia de comunicación se puede concentrar en su figura y las mañaneras...

Por eso mismo, cualquier error o exceso retórico de López Obrador, como los que ocurren a menudo, le pasan factura en términos mediáticos. Es un riesgo que debe correr, estoy de acuerdo. Pero tácticamente, el cambio de régimen requiere abrir nuevos espacios.

Y en esta parte, es donde el proyecto de la 4T ha quedado a deber. No se puede ocultar el desastre de Notimex, por ejemplo. Al mismo tiempo, se han abierto pocos espacios en medios electrónicos, y muy efímeros, como acabamos de ver con Delgado y Páez en La Octava.

Los medios públicos siguen siendo débiles frente a los intereses corporativos de los grandes medios privados, afines al capitalismo financiero trasnacional, y por ende, a los intereses colonialistas de EE.UU., cuya influencia hegemónica es evidente en toda América Latina.

Mientras no seamos conscientes de todo lo que implica históricamente este proceso de cambio de régimen, seguiremos dando tumbos en nuestros esfuerzos por interpretar una realidad tan compleja.

Nos guste o no, en México estamos inmersos en una batalla política: la lucha de clases

Esa es una dura verdad, amarga, que tenemos que asimilar para actuar con responsabilidad y en consecuencia.

Los procesos de cambio social en la historia de la humanidad son siempre así: ríspidos, conflictivos, caóticos.

Hagamos la parte que nos toca en todo este proceso.
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