La Práctica de la difamación ritual,
por Laird Wilcox:
Difamación ritual es la destrucción, o intento de destrucción, de la reputación, estatus o carácter de una persona o grupo de personas por medio de lenguaje o publicaciones injustas.
El elemento central de la difamación es la retaliación por las actitudes, opiniones o creencias, reales o imaginarias, de la víctima con la intención de silenciar o neutralizar su influencia y de que sirva de ejemplo a los demás para evitar que violen determinados tabús.
Es ritual porque sigue un patrón predecible y estereotipado que liga una serie de elementos como en un ritual. Los elementos de la Difamación Ritual, según Laird Wilcox son estos:
-En una difamación ritual la víctima debe haber violado un tabú de alguna manera, p.ej por expresar o identificarse con una actitud, opinión o creencia prohibida. No es necesario que haya hecho algo al respecto, basta con que se implique en algún tipo de expresión o comunicación.
-El método de ataque en una difamación ritual es el asalto al carácter de la víctima y nunca se atacan más que superficialmente sus opiniones o creencias. La herramienta principal es el asesinato de la personalidad.
-Una regla importante en la difamación ritual es evitar meterse en cualquier tipo de debate acerca de la verdad de lo que se ha expresado, sólo se condena.
Debatir implica abrir el tema para ser examinado y discutido , ver qué evidencias lo apoyan o no y esto es lo que el difamador trata de evitar. El objetivo primario de la difamación ritual es la censura y la represión.
-La víctima suele ser algún personaje público, alguien que es vulnerable a la opinión pública. Puede ser un maestro, escritor, hombre de negocios, o un mero ciudadano. La visibilidad aumenta la vulnerabilidad a la difamación ritual.
-Un intento, a veces exitoso, es hacer que se impliquen otros en la difamación. Si la víctima es un estudiante, por ejemplo, animar a otros estudiantes a que le denuncien.
Para que la difamación ritual tenga éxito la víctima debe ser deshumanizada de manera que sea identificada con la actitud o creencia ofensiva y además de una manera distorsionada en el sentido de presentar esas actitudes o creencias en su forma más extrema.
-También para tener éxito, la difamación ritual debe poner presión y humillación sobre la víctima desde todos los sitios posibles, incluida la familia y los amigos. Si es un empleado, la víctima puede ser despedida de su trabajo y si pertenece a clubes o asociaciones, expulsado.
-Cualquier explicación que la víctimas pueda ofrecer, incluida la afirmación de que ha sido malentendida, es considerada irrelevante. Usar la verdad como defensa en el caso de un valor políticamente incorrecto es interpretado como un desafío o no hace más que agravar el problema
El poder de la difamación ritual reside completamente en su capacidad para intimidar y aterrorizar. Se basa en el miedo de la mayoría de la gente a ser abandonada y rechazada por la tribu o por la sociedad y a ser excluido de los sistemas de apoyo sociales y psicológicos.
La difamación ritual se usa para herir, intimidar, destruir y perseguir, y para evitar el diálogo, el debate y la discusión de la que depende una sociedad libre. Por ello, debe ser combatida y debemos también evitar ser arrastrados a ella por nuestra propia indignación moral.
Este artículo hace una revisión de los hallazgos de psicología social que Kahneman compendia en su libro “Pensar Rápido, Pensar Despacio”. La principal conclusión es que la base empírica de las afirmaciones de “Pensar Rápido, Pensar Despacio” es poco fiable.
“En conclusión, Daniel Kahneman es un distinguido psicólogo que ha hecho valiosas contribuciones al estudio de la toma de decisiones humanas… Sin embargo, sus reflexiones se basan en una literatura científica con fundamentos poco sólidos.
Como todo el mundo en 2011, Kahneman confiaba en que los estudios individuales eran sólidos y replicables porque presentaban un resultado estadísticamente significativo. En retrospectiva, está claro que no es así.
La Ley de Jante (danés: Janteloven; sueco: Jantelagen) es una ley ficticia creada por el autor danés/noruego Aksel Sandemose en su novela Un refugiado sobre sus límites (1933)
Esta Ley de Jante se entiende como un patrón de comportamiento de grupo dentro de las comunidades escandinavas donde se piensa más en el propio grupo o colectivo que en la individualidad, retratando negativamente la vanidad, creerse superior, el éxito y logro personal.
A los que violan esta norma no escrita se les mira con cierta hostilidad y se considera que van en contra del deseo escandinavo de conseguir una igualdad y justicia social entendida como una igualdad total.
“La Covid ha envalentonado a nuestros censores modernos”
por Tom Slater
“Esta semana, representantes de Facebook y Twitter han comparecido ante el Parlamento (Británico) para hablar de la censura de sus empresas en los debates sobre Covid.”
“Se plantearon dos casos especialmente pertinentes, aunque hay muchos más.
El primero fue una declaración de Martin Kulldorff, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard y uno de los principales autores de la Declaración de Great Barrington contra el bloqueo.
Su tuit del mes pasado, en el que sugería que no era necesario vacunar a todo el mundo, sobre todo a los que ya habían sido infectados, fue calificado de "engañoso" por Twitter.
“Entre los estudios que midieron la perpetración de VPI física en el último año, la prevalencia global fue mayor entre los hombres que entre las mujeres (26% y 20% respectivamente).”
“Las prevalencias globales de perpetración de VPI grave fueron similares entre hombres y mujeres en el metanálisis (8,0% entre los hombres y 7,0% entre las mujeres)”.
La brecha sexual en el apoyo a la censura:
“Las mujeres son más partidarias de la censura y evalúan la libertad de expresión como menos importante que los hombres.”
“En todas las décadas, temas y estudios, las mujeres son más censoras que los hombres.
En comparación con los hombres, las mujeres apoyan más la censura de diversos tipos de contenidos sexuales y violentos y de contenidos percibidos como odiosos u ofensivos para las minorías.
“Si bien hoy no quemamos brujas en la hoguera y no ejecutamos a nadie, no cabe duda de que un nuevo puritanismo, esta vez originado en la izquierda intelectual, ha descendido sobre Occidente causando un daño considerable.
Vivimos en la era de lo que se ha pasado a llamar “corrección política”, la cual podría definirse como una práctica cultural que busca la destrucción reputaciones, la censura e incluso la sanción penal de aquellas personas o instituciones
que no adhieran, desafíen o ignoren una ideología identitaria que promueva la supuesta liberación de grupos considerados víctimas del opresivo orden social occidental.