1⃣ La expresión «tantos puntos sobre cinco» es inexacta porque la valoración mínima en estas tiendas de «apps» no es cero sino uno. Aquí la usaré, pero en mi «informe de auditoría» buscaré una expresión más rigurosa.
2⃣ La Academia recomienda escribir «app» (entre comillas) o aplis (sin ellas). Esto último suena raro, pero… ¡allá vamos! Lo siguiente quizá sea escribir «cederrón» o «bluyín» 😂.
👉 La segunda apli del sector público con más valoraciones, a mucha distancia de «RTVE alacarta», es «Radar COVID» en la Play Store (Google). Tiene 19.124. Esta polariza a los usuarios: muchos la ponen muy mal y muchos la ponen muy bien.
Sirva esto como un adelanto rápido de lo que estoy cocinando. Por supuesto queda definir con rigor qué es una valoración, qué es un usuario o cómo interpretar estos datos.
Y, sobre todo, tratar de que esto sirva para MEJORAR los canales móviles de las Administraciones Públicas…
Como posdata… me gusta esta forma súper ágil de trabajar: anoche se me ocurrió la idea, durante el día reuní el catálogo de «apps» y a la noche ya tengo unos primeros datos. En solo 24 horas 😃.
Para los despistados, esto es lo que ando rumiando… 👇
Anoche comentaba por aquí mi idea de sistematizar la valoración de las apps desarrolladas con dinero público. Hay algunas excelentes, muchas correctas y un ejército de apps desastrosas.
También las hay singulares, como esta «calculadora de alcoholemia» del Ayuntamiento de Gijón.
Aún no sé si haré este proyecto. Estoy muy embalado con la contratación pública, donde tengo cosas en el horno que quiero sacar ya.
Solamente estoy explorando la idea de «auditar» las apps de gobiernos y políticos. Que también son gasto público.
Y puedo hacer ambas cosas… ✌️
Tirando del hilo ya he localizado 150 apps públicas. Pero estimo que ha de haber quizá en torno al millar.
— ¿Cómo las valoran los ciudadanos?
— ¿Están mantenidas o acaban olvidadas?
— ¿Tiene sentido tanta app o es un dispendio?
Y tiene que ver con este hilo que escribí hace unas semanas desde la frustración que, como ciudadano, me provocan las apps móviles desarrolladas por los organismos públicos.
Las diferentes Administraciones Públicas desarrollan apps móviles. Por poner un ejemplo, solo el Gobierno Vasco ya tiene decenas de apps repartidas entre las tiendas de Apple («App Store») y Google («Google Play»).
En España hay muuuuuuchas apps de organismos públicos. ¿Cuántas?
Hay apps que funcionan bien y la ciudadanía está en general satisfecha con ellas. Por ejemplo, la app de Correos (empresa pública) es bien valorada por los usuarios:
— 3,6 puntos sobre 5 en la tienda de Apple (965 opiniones)
Un resumen de lo que he hecho solo en el último mes 💪:
1⃣ He cruzado decenas de miles de adjudicaciones de contratos públicos con las listas electorales y he encontrado UN MILLÓN DE EUROS de dinero público que ha ido a candidatos de partidos políticos.
2⃣ He encontrado y dado visibilidad a esta adjudicación en la que una empresa compite consigo misma. En el pasado he encontrado otros casos aún más flagrantes de este tipo de fraude:
(Y un saludo cordial al usuario homónimo de Twitter que acaba de recibir una mención… ¡seguro que está encantado del nombre que ha elegido el Gobierno para su plataforma de firma electrónica!)
Necesito confirmar o desmentir que haya algún Real Decreto en vigor que obligue a utilizar una arroba en los nombres de los servicios digitales de las administraciones públicas 🤣.
Hace apenas un mes la Seguridad Social presentaba su nuevo portal.
👉 Lo han bautizado «Import@ss».
Sin valorar aún el contenido, me hago en este hilo una reflexión sobre por qué es un pésimo nombre, síntoma de la obsolescencia de la visión de quienes impulsan estos servicios.
Y es que hubo una época en la que se usaba y se abusaba de la arroba (@) como pretendido sinónimo de vanguardia tecnológica.
No había proyecto, público o privado, que no estilizara su nombre con la banal inserción de una «@» para sonar guay™️.
A principios de siglo era tal su tirón que incluso proyectos absolutamente clásicos, como la revista en papel que el colegio de ingenieros me enviaba a casa por correo postal, lucían orgullosos la «@» 🤦♂️.
Veo ahora, empero, que la monumental arroba ahí sigue 😂. #arqueología
Estoy recopilando escenarios kafkianos de la Administración Electrónica en España y he aquí una primera entrega. Es de la Sede Electrónica de la Seguridad Social.
👉 Se le presenta al usuario la posibilidad de confirmar y denegar simultáneamente un trámite. ¿Qué puede salir mal?
Llevo más de 20 años programando máquinas y diseñando interfaces de usuario. Entiendo bien las razones técnicas que subyacen para que esto se haya construido así.
Pero por ello también sé que esto es, simple y llanamente, un servicio digital público mal diseñado.
Y es que el diseño de servicios digitales es mucho más que el diseño gráfico: es el diseño del interfaz de usuario (UI), de la experiencia de usuario (UX) y el diseño de interacción.
👉 Una «sede electrónica» no es solo un programa informático. Es un diálogo con el ciudadano.