(Y un saludo cordial al usuario homónimo de Twitter que acaba de recibir una mención… ¡seguro que está encantado del nombre que ha elegido el Gobierno para su plataforma de firma electrónica!)
Necesito confirmar o desmentir que haya algún Real Decreto en vigor que obligue a utilizar una arroba en los nombres de los servicios digitales de las administraciones públicas 🤣.
Back to the 90s!
Lo siento pero no me imagino utilizando «Contrat@» si no es con un Pentium II con el buscaminas y el solitario.
¡Aaaaatención que Cayetano ha encontrado «PRO@» en un yacimiento tecnoarqueológico del Ministerio de Industria y sube 0,000000000000000001 bitcoins (lo siento; la valoración es volátil y fluctúa de tuit en tuit) al marcadorrrrr!
Turno ahora de «FACILIT@», del Ministerio de Ciencia.
Si «funciona» (es un decir) como el resto que conozco de la administración electrónica, no me cabe duda de que «FACILIT@» es un nombre que a la herida añade el insulto.
Un resumen de lo que he hecho solo en el último mes 💪:
1⃣ He cruzado decenas de miles de adjudicaciones de contratos públicos con las listas electorales y he encontrado UN MILLÓN DE EUROS de dinero público que ha ido a candidatos de partidos políticos.
2⃣ He encontrado y dado visibilidad a esta adjudicación en la que una empresa compite consigo misma. En el pasado he encontrado otros casos aún más flagrantes de este tipo de fraude:
Hace apenas un mes la Seguridad Social presentaba su nuevo portal.
👉 Lo han bautizado «Import@ss».
Sin valorar aún el contenido, me hago en este hilo una reflexión sobre por qué es un pésimo nombre, síntoma de la obsolescencia de la visión de quienes impulsan estos servicios.
Y es que hubo una época en la que se usaba y se abusaba de la arroba (@) como pretendido sinónimo de vanguardia tecnológica.
No había proyecto, público o privado, que no estilizara su nombre con la banal inserción de una «@» para sonar guay™️.
A principios de siglo era tal su tirón que incluso proyectos absolutamente clásicos, como la revista en papel que el colegio de ingenieros me enviaba a casa por correo postal, lucían orgullosos la «@» 🤦♂️.
Veo ahora, empero, que la monumental arroba ahí sigue 😂. #arqueología
Estoy recopilando escenarios kafkianos de la Administración Electrónica en España y he aquí una primera entrega. Es de la Sede Electrónica de la Seguridad Social.
👉 Se le presenta al usuario la posibilidad de confirmar y denegar simultáneamente un trámite. ¿Qué puede salir mal?
Llevo más de 20 años programando máquinas y diseñando interfaces de usuario. Entiendo bien las razones técnicas que subyacen para que esto se haya construido así.
Pero por ello también sé que esto es, simple y llanamente, un servicio digital público mal diseñado.
Y es que el diseño de servicios digitales es mucho más que el diseño gráfico: es el diseño del interfaz de usuario (UI), de la experiencia de usuario (UX) y el diseño de interacción.
👉 Una «sede electrónica» no es solo un programa informático. Es un diálogo con el ciudadano.
Muchas gracias @CdelCastilloM por recoger y amplificar en @eldiarioes mi reflexión sobre la frustración colectiva a que nos aboca esta administración electrónica mal diseñada que a la ciudadanía nos están haciendo padecer 👇.
1⃣ Voy a escribir más sobre administración electrónica y contratación pública. No solo hilos en Twitter, sino también artículos que expongan problemas concretos y propongan soluciones específicas.
¡Hola @CERESfnmt! ¿Seríais tan amables de explicarme cómo se inicia «el procedimiento habitual» para solicitar un certificado de representante para administrador único? Tengo un certificado de persona física en vigor y uso Firefox en un Mac.
Para entender por qué falla mi solicitud de certificado he necesitado invertir¹ cinco horas de mi tiempo y hacer dos llamadas al teléfono de apoyo.
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¹ Forma cordial de decir «tirar a la basura»
Me he permitido analizar el problema y proponer una solución para que nadie más en España tenga que pasar por la frustración que este procedimiento de la administración electrónica me ha provocado hoy a mí.