Thread by @Navegaciones

𝗥𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶ó𝗻 𝗔𝘀𝘁𝗿𝗮𝗭𝗲𝗻𝗲𝗰𝗮 - 𝗔𝘂𝘁𝗼𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲𝘃𝗶𝘀𝘁𝗮

–¿Te pegó alguna de las dosis de la vacuna?
–Sí, la primera. Me sentí del nabo.
–¿Por cuánto tiempo?
–36 horas.
–¿Qué vacuna fue?
–AstraZeneca.

–Cuéntame cómo fue tu primera dosis
–Me pincharon a las 3:14 pm del 30 de marzo. No sentí nada y regresé a casa caminando; un trayecto de 1/2 hora. Todo bien, me dormí como a la 1 am y exactamente 12 horas después, a las 3:14 am del 31, me despertaron los temblores de la fiebre.

–¿Qué más?
–Dolor de cabeza, dolor de garganta, dolor en el brazo de la vacunación y dolor en todo el cuerpo.
–¿Tomaste algo?
–Aspirina. No tenía paracetamol.
–¿Te alivió?
–Sí. Volví a dormirme un par de horas después.

–¿Y a la mañana siguiente?
–Mal. Pasé todo ese día con mucho malestar, pero ya sin fiebre.
–¿Y la segunda noche pudiste dormir?
–Sí, de corrido. Estaba agotado.

–¿Y el segundo día?
–Desperté con dolor muscular leve. Para el mediodía del 1 de abril ya todo había pasado.
–¿Seguiste tomando aspirina?
–Sí. Siempre la tomo.

–Narraste en un hilo de Twitter tu experiencia en el puesto de vacunación, pero después no dijiste nada de la reacción.
–Así es.
–¿Por qué? ¿No fue deshonesto de tu parte?
–Puede ser. Lo pensé muchas horas y concluí que no era conveniente hablar del asunto.

–¿Por qué?
–Hay muchas supersticiones e histerias por ahí. Si se muere uno en 10 millones de vacunados, se arma un griterio de supersticiones: “Las vacunas no sirven”; “las vacunas enferman”; “las vacunas matan”. Pensé que contar esto podría fortalecer el repelús a las vacunas.

–Pero ahora lo cuentas.
–Sí, porque ya hay en el país decenas de millones de vacunados y los vacunoicos (o sea, paranoicos de las vacunas) no van a poder con todos nosotros. Ni contra el dato de que muertes y hospitalizaciones se han reducido, aunque estemos en una tercera ola.

–¿Lo reportaste a alguna instancia médica oficial?
–Sí. En una página de la Cofepris.
–¿Conoces el link?
–primaryreporting.who-umc.org/Reporting/Repo…
–¿Recaban datos personales?
–Iniciales, edad, sexo y creo que eso es todo.

–¿Y la segunda dosis?
–Fue en los primeros días de junio. No sentí nada al momento de la inyección, pero unas horas después me dolió el brazo.
–¿Y qué más?
–Tal vez esa tarde estuve un poco más pendejo que lo habitual, pero nada del otro mundo.

–¿Cómo resumirías tu experiencia de la primera dosis?
–Mi cuerpo estaba hecho trizas pero mi cerebro celebraba, porque aquello era una prueba de que mi sistema inmunológico sí existía. Por primera vez en la vida, el sentirme de la chingada me hizo sentir muy feliz .

F I N