Thread by @Navegaciones

Va el choro de hoy:

La influencia del judaísmo en Occidente es tan importante que la civilización europea se denomina a sí misma “judeocristiana”, con una ambigüedad que va de la admiración a las expulsiones, la discriminación sistemática y hasta los pogromos...

...pasando por la convivencia pacífica entre las comunidades judías y las no judías (gentiles o goyim). La relación de amor-odio con lo hebreo es más compleja que con el Islam: históricamente, éste fue (y sigue siendo, según delirantes como S. Huntington), llanamente, el enemigo.

Tal vez por eso, las potencias europeas solían dar en sus colonias tratos muy distintos a las poblaciones islámicas y a las judías. Un ejemplo claro es el de Francia en Argelia, que otorgaba la nacionalidad francesa a los judíos que vivían allí pero se la negaba a los musulmanes.

En 1917, en la Declaración de Balfour, los ingleses establecieron la creación de un “Hogar Nacional Judío” en Palestina así como “salvaguardar los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina”.

Pero al mismo tiempo prometieron que se crearía un gran país árabe en todo Medio Oriente; a la tribu hachemita le ofrecieron el dominio de la mayor parte de la región. Así, separaron de Palestina el territorio que denominaron Transjordania, la actual Jordania a secas.

Tras la caída del Imperio Otomano al fin de la I Guerra Mundial, y ya con Inglaterra en control del Levante, los gobiernos europeos fomentaron la colonización sionista del protectorado de Palestina por azkenazim europeos que tenían la clara intención de fundar allí un Estado.

El plan sionista estaba impregnado de valores humanistas, igualitarios y hasta socialistas y suscitó el apoyo de muchos judíos de todas las tendencias políticas y religiosas, así como por grupos cristianos (protestantes). Pero tenía un defecto gravísimo: era sólo para los judíos.

Chocaba, así, con la realidad demográfica del protectorado de Palestina, en cual, según el censo de 1922, estaba poblado por 757 mil 182 árabes musulmanes, 83 mil 694 judíos y grupos más pequeños de drusos, sudaneses, egipcios, griegos y sirios.

Así quedaron sentadas las bases para la gran catástrofe que se cernía sobre las poblaciones no hebreas de Palestina.

(Continuará)