Este artículo trata del fanatismo, de si existe y de qué es y propone una serie de criterios para definirlo. papers.ssrn.com/sol3/papers.cf…
Primero está el problema de si existe, porque lo que para alguien es un fanático para otro puede ser una persona muy racional o un héroe. Históricamente, diferentes ramas del cristianismo se acusaban mutuamente de fanatismo y hoy día se etiqueta enseguida al adversario…
Filósofos de la Ilustración como Locke, Hume o Kant analizaron el concepto y propusieron 3 criterios: 1) compromiso inquebrantable con un idea 2) la falta de voluntad de someter el ideal a la crítica racional 3) la presunción de una legitimación no racional del ideal.
El autor del artículo considera, sin embargo, que alguien que cumple estos criterios es en realidad un “verdadero creyente” y no un fanático. Alguien así no tiene por qué ser intolerante y violento. Podría ser, por ejemplo, un creyente budista o cristiano.
Según el autor, lo que define al fanatismo es su intolerancia y su violencia. Los casos típicos implican intentos de imponer algún ideal o valor a los demás, a aquellos que no los comparten.
Así que él añade unos criterios adicionales:
4) la adopción de unos valores sagrados 5) la necesidad de tratar estos valores como incondicionales para preservar una forma particular de unidad psíquica debido a la fragilidad del yo del fanático.
6) la sensación de que el estatus de estos valores está amenazado por la falta de aceptación generalizada 7) la identificación con un grupo, donde el grupo se define por el compromiso compartido con los valores sagrados.
Estas nuevas características, aunque no conducen necesariamente a la violencia, sí generarían una propensión o disposición hacia la intolerancia y la violencia y explican mejor el fanatismo, según Katsafanas.
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Los fundamentos cognitivos y evolutivos de la moral puritana:
“¿Por qué muchas sociedades humanas condenan comportamientos aparentemente inofensivos y placenteros, como la lujuria, la gula, la bebida, las drogas, el juego o incluso la música y la danza?” researchgate.net/publication/35…
“¿Por qué erigen la templanza, la contención hedónica, la sobriedad, la decencia y la piedad como virtudes morales cardinales?
Mientras que los relatos existentes consideran esta moral puritana como una excepción a la función cooperativa de las intuiciones morales, nosotros proponemos que surge, al igual que otras preocupaciones morales, de las intuiciones morales dirigidas a los desafíos cooperativos.
Sobre la vigilancia epistémica:
“Los ciudadanos son epistémicamente vigilantes (Mercier y Sperber, 2017): Cuando las consecuencias de un argumento persuasivo son personalmente relevantes para los receptores, evalúan críticamente el argumento basándose en su contenido…
Cuando lo que está en juego es especialmente importante, o cuando existen conflictos de intereses, las personas siguen siendo en gran medida escépticas respecto a los consejos…,
incluso de miembros prestigiosos y respetados de sus comunidades, y desconfían de los consejos que puedan no beneficiarles personalmente”. psyarxiv.com/58tgd/
La perpetración de violencia física en el año anterior es mayor por hombres (26%) que por mujeres (20%). No hay diferencia en la perpetración de violencia física grave (8% frente a 7%)
“Parece haber diferencias de género en la perpetración de violencia de pareja sexual (mayor prevalencia entre los hombres), pero no se encontró ninguna para la perpetración de violencia de pareja psicológica/emocional”.
Inventando el individuo, de Larry Siedentop.
La idea central de este libro es que el liberalismo y el secularismo son hijos del cristianismo.
El libro hace un recorrido por la historia de Europa y de sus ideas. El viaje comienza en el mundo griego y romano donde la sociedad se entiende como una asociación de familias, no de individuos y se acepta que la desigualdad entre personas es natural.
El cristianismo -y especialmente San Pablo- suponen una revolución moral al hablar de la igualdad moral de todos los seres humanos. Esta idea se va desarrollando en los siglos siguientes con figuras como San Agustin, el movimiento monástico, etc.
Este artículo es interesante porque aborda un tema poco estudiado: la relación entre la dimensión dominancia social/sumisión social y la psicopatología.
Lo que hacen en el estudio es coger a estudiantes y asignarles un rol de liderazgo o de subordinación y ver cómo responden a ello según sus puntuaciones en mania, depresión, fobia social y psicopatía.
La hipótesis de los autores es que que las tendencias maníacas y la “dominancia temeraria” (un rasgo de psicopatía) estarían vinculadas a un mayor malestar en un rol de subordinado y que la depresión y la ansiedad estarían vinculadas a un mayor malestar en un rol de liderazgo.