Y sí, también en el ANIVERSARIO de su natalicio, sigamos conociendo al «Libertador»:

«Lejos de encontrar los jefes de la revolución costumbres e ideas que contrariasen sus instintos, la revolución francesa con sus crímenes fue el modelo que se propusieron. […] Ningún decreto
conocemos que autorizase las visitas domiciliarias [allanamientos]. Una tarde, sin embargo (9 de febrero de 1814), ya al ponerse el sol, Caracas aparece circuida de soledad y espanto [la población no lo sabía pero parecía intuirlo: un día antes Bolívar había dado la orden de
ejecución de todos los españoles prisioneros y de los que se encontrasen libres]: nadie en las calles; puertas y ventanas cerradas; en todas las alcabalas el quien vive y la vigilancia; a las puertas de muchas casas grupos de muchachos y centinelas... Se encontraron nuevos
desgraciados; estuvieron los esbirros a la entrada de la bóveda donde yacía moribundo aquel don José de las Llamozas, que había presidido la Junta del 19 de abril. No era posible que hombres reducidos a tal extremidad, no suspirasen por otra situación ni
conspiraren para lograrla. Conspiraron en efecto y muchas veces; y cuando no conspiraban, se creía que ocultaban sus tramas, y en el frenesí de la rabia, se ocurrió la muerte como el medio mejor de escarmentarlos. Pues que pereceremos tal vez, gritaron los jefes de la
independencia; pues que no esperamos ni queremos cuartel; pues la guerra nos ha de consumir en sus abismos, perezcan antes los que insultarían a nuestras familias y triunfarían con nuestro desastre. Sí, la historia debe confesarlo, vestida de duelo: hubo también una
premeditación fría, sistemática, que centuplica el horror de los acontecimientos, harto horribles en sí: hubo un plan seguido invariablemente, sin alternativas de piedad […].
«Nosotros preferimos aquí que los decretos y resoluciones de la época la pinten. Desde la entrada de
Bolívar a Caracas el año de 13, impuso un donativo voluntario a que siguió otro forzoso. Dio una ley después que obligaba a todos los que tuviesen una tienda, una labranza, una propiedad cualquiera a contribuir a la pre y paga del soldado, conminando con quinientos pesos de multa
al infractor, y facultando a las autoridades militares para embargar y rematar los bienes de los morosos. Otra ley en noviembre del mismo año, para que sin perjuicio de la anterior los hacendados destinasen la tercera parte de sus esclavitudes a sembrar maíz, arroz y otros frutos
menores, para que no faltasen víveres para la guerra. En enero del año 14 un decreto prohibiendo a todo ciudadano el uso de los pesos fuertes y ordenando presentarlos en la casa de moneda, para ser allí cambiados por macuquina o papel. El 25 de este mes y año Bolívar declara QUE
TODA PROPIEDAD PERTENECE AL ESTADO.
«En 18 de diciembre de 1813 Bolívar había dicho a Ribas: “Ha tenido a bien disponer el general Libertador que imponga U. S. al español procurador Gaspar Ascanio la cantidad de diez mil pesos de multa, y de no verificarlo, lo
haga U. S. pasar x las armas. También ha acordado el mismo general que exija U. S. igual multa de 10 mil pesos [$1.000.000] a don Francisco Antonio Carrasco, bajo la misma pena; y x último deberá exhibir la propia cantidad la viuda de don Manuel Rodríguez (alias Puerto Escondido)
entendiéndose con su padre don Lorenzo Sosa para que inmediatamente los entregue y de lo contrario apremiará a esta rigurosamente”.
«Hemos citado los decretos del 17 de septiembre y 15 de octubre del año de 13. Después de la derrota de Barquisimeto, Bolívar ordenó a Ribas por
primera vez desde Caramacate que fusilara a todos los europeos y canarios y que hiciese marchar cuantos hombres hubiese en la ciudad de Caracas con especialidad los jóvenes estudiantes. Ribas eludió las órdenes de muerte, pero llevó a cabo con formidable impaciencia la que
se refería a los estudiantes... Ellos serían hoy el ornamento de la República; y empaparon con su sangre los cerros de Vigirima y las calles de la Victoria y los campos de Ocumare. Para el 6 de marzo de 1814, de ochenta y cinco seminaristas habían quedado seis; en julio quedaba
uno solamente. En vano levantó la voz el doctor José Antonio Pérez, provisor y vicario general. Ribas se envolvió en su amenazador silencio.
«Una tarde, muy fría del mes de febrero, con lanzas en la mano, pobres niños de veinte años el mayor, de doce no pocos, desfilaban a
vista del general Ribas y otros oficiales. Llevaban algunos el sombrero y la chupa clerical; al dejar otros el hábito, habían quedado mal traídos y en camisa.
Madres lloraban a su alrededor, mientras los desgraciados niños tomaban un aire marcial y aparentaban resolución y valor». (Juan José González, Ribas, página 99-103.)

Bolívar, luego de dejar también sin juventud a Caracas, huyó hacia oriente con todo el dinero de la ciudad,
toda la plata y todo el oro de las iglesias: 16 cajones (con 24 cajas de 36 quintales de plata labrada, alhajas de oro y piedras preciosas) por un total de 791 kg (27.912 onzas), los cuales más adelante, durante la fuga, fueron razón de muy rapaz disputa entre «patriotas».

X. P.

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22 Jul
Sigamos conociendo a Bolívar:

El 21 de agosto de 1813 ordena a Ribas: «Mérida solamente, aunque desolada por el terremoto y por las tiranías de los gobernantes españoles, ha entregado treinta mil pesos y ochocientas caballerías para el sostenimiento del Estado.
Los habitantes
de Caracas se han comportado de diverso modo. Ya no hay esperanzas de que se modelen volunta­riamente por aquella provincia, y aun por otras, y se nece­sitan medidas correctivas para hacerles entender su deber. Por consecuencia el general en jefe dispone que se exijan desde luego
en esa capital donativos forzados a proporción de los haberes de cada uno; entrando además bajo el mismo respecto todo americano cuyas opiniones políticas hubiesen sido contrarias al sistema republicano de Vene­zuela. La imposibilidad solamente podrá eximir a unos y a otros de
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18 May
Amerigo Vespucci jamás escribió el diminutivo «Venezziola» en su supuesta carta de 18/7/1500 a Lorenzo de Medicis (carta que ni siquiera es de su propia mano y cuya «copia» sólo fue publicada por primera vez 245 años más tarde, en 1745, por el abate florentino Angelo Maria
Bandini). Esto es todo lo que dice en ella del lugar: «...encontramos una grandísima población que tenía sus casas edificadas en el mar como Venecia, con mucho arte; y maravillados de tal cosa, acordamos ir a verlas, y al llegar a sus casas, quisieron impedir que entrásemos en
ellas....». En Suma de Geographia (Sevilla, 1519), primer libro impreso sobre el Nuevo Mundo, se habla de un poblado indio sobre una meseta con casas llamado «Veneçiuela» donde «es la gente bien apuesta y hay más gentiles mujeres que en otras partes de aquella tierra». Un siglo
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15 May
El Inédito Plan de Óscar Pérez Explicado

A los incrédulos crónicos, a los que desconfían de todo sistemáticamente (porque es la opción más fácil y más bobamente lista, que aconseja acostarse en el suelo para no caerse de la cama), a estos, digo, a estos ya nada los salva.
Ni Santo Tomás los quiere. Pero aparte de ellos, sería injusto negar que en 2017 prácticamente toda Vzla tenía el legítimo derecho de no creer en Óscar Pérez, o por lo menos de dudar seriamente de su iniciativa, incluso de su «realidad». Pero eso él lo sabía perfectamente, porque
estaba contemplado en su plan que así fuese.
El plan contenía una fuerte dosis de deliberado pantallerismo, suficiente como para no ser creíble por nadie. Salvo por su destinatario: el nefasto régimen.
Pero lo que sería para el resto del país el punto débil de este
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29 Apr
Que sepamos, nunca ha habido en Caracas mayor terremoto que aquel de hace 209 años, del 26 de marzo de 1812, justo cuando venía de comenzar también la mayor traición venezolana contra la verdadera patria de los venezolanos, es decir, contra aquel inmenso imperio global del cual
era parte consubstancial Venezuela, fundada por el católico y generador reino de la península ibérica.
Sobre este dramático sismo de 8.0 en la escala de Richter, ocurrido el Jueves Santo a las 4:07 de la tarde (según Heredia), recoge en 1951 el historiador Salvador de
Madariaga (tomo I de su obra «Bolívar») que «también fue horrible el estrago en La Guaira, donde solamente las murallas y la casa que fue de la Compañía Guipuzcoana quedaron en pie. En el pueblo inmediato de Mai­quetia, que tenía muchas y buenas casas, y era un vergel delicioso,
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10 Feb
IMAGÍNENSE, hoy hace 207 descuartizaban con hachas, sables y bayonetas en la plaza Bolívar de Caracas, en La Guaira y en Valencia a 2400 (dixit Ricaute) civiles españoles (900 criollos). Lo ordenó quien dijo «maldito el soldado q etc». Nos han hecho unos IMBÉCILES de nacimiento.
Luego de 5 días de este horror sin precedentes, lo coronaron con música, fiesta, baile. Y muy conscientes de su atrocidad cerraron el puerto de La Guaira para que la noticia no viajase. Estos son los vzlanos que fundaron la «República». Dios nos mandó el chavismo para despertar…
Lamentablemente, NO HAY militar vzlano que no sea bolivarista. Tampoco político ni persona pública vzlna. Hasta el gran Renny lo fue. Nuestro problema es MAYOR, xq así como fue exterminada aquella población así lo fue nuestra memoria. Y nuestra ignorancia es proporcional a ella.
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2 Feb
Para terminar con el MITO de la esclavitud colonial en Vzla, tan útil a la retórica de cartón en que se funda nuestra Republiqueta. Cojan papel y lápiz:
En 1810 el ejército de la Corona en Vzla estaba compuesto por 3 mil europeos y 10 mil americanos. Casi todos los americanos
militares eran indios y mulatos, zambos o negros libres, pero no esclavos.
Los esclavos de esta provincia española, que pasaban de 70 mil, eran realistas. De ellos sólo unos 10 mil tomaron las armas para defender la Corona ulteriormente, cuando hubo que hacerlo. Todos al
ejército español y a las filas de Boves. Esto fue siempre la más terrible bofetada para el discurso revolucionario de los llamados «patriotas». Sólo un insignificante número de esclavos traidores abandonaron su condición para seguirlos. La casi totalidad de los que tomaron las
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