MISTERIOSA RADIACIÓN EN UNA CENTRAL NUCLEAR
Transcurría un plácido turno de noche en una central nuclear, cuando el monitor de radiación de un recinto superó su umbral de alarma, sin otras indicaciones coincidentes. En un HILO explico esta curiosa historia.
Transcurría un plácido turno de noche en una central nuclear, cuando el monitor de radiación de un recinto superó su umbral de alarma, sin otras indicaciones coincidentes. En un HILO explico esta curiosa historia.
La alarma de alta radiación se transmitió a Sala de Control y los Operadores siguieron el protocolo habitual: identificar el área afectada, notificar al técnico de Protección Radiológica (PR), y seguir el procedimiento «Alta actividad en monitores de radiación». 
El procedimiento les pedía verificar las acciones automáticas por alta radiación en la zona (arranque de equipos de filtrado y maniobras de compuertas, por ejemplo), e intentar determinar si la señal había sido real o espuria. No había más anomalías, pero la señal parecía real.
El técnico de PR, siguiendo su propio procedimiento, comprobó las indicaciones de otros monitores de radiación próximos y observó que los todos los valores eran normales. El siguiente paso era inspeccionar la zona, logicamente con las debidas precauciones.
Dos Auxiliares de Operación, siguiendo las instrucciones de los Operadores, accedieron a la zona con alarma de radiación acompañados por el técnico de PR para determinar el origen de la alarma, los tres equipados con los equipos de protección radiológica reglamentarios.
Al abrir la puerta del recinto no encontraron nada anormal, no observaron ninguna fuga ni material radiactivo acopiado donde no le correspondiera. Sin embargo, ocurrió algo muy curioso: el monitor volvió a los valores normales a los pocos minutos de mantener la puerta abierta.
Tras comunicarlo a Sala de Control, el técnico de PR, siguiendo su procedimiento, instaló en el recinto un medidor ambiental portátil. Se analizaron las muestras y los resultados eran sorprendentes: contenían radón-222, talio-208, bismuto-212, bismuto-214, plomo-212 y plomo-214.
Tras un análisis detallado del suceso, se determinó que la causa de la actuación del monitor de radiación fue la acumulación de gas radón de origen natural y de varios elementos de su cadena de desintegración. Los valores medidos no supusieron un riesgo para los trabajadores.
Entre otras medidas, se mejoró la ventilación del recinto para evitar la acumulación de radón y la actuación indeseada del monitor de radiación. Además, tras un análisis, se subió ligeramente el tarado de la alarma para evitar actuaciones que enmascarasen situaciones reales.
El radón-222 es un gas radiactivo generado por la desintegración del uranio presente en el suelo, especialmente en zonas graníticas.
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