Thread by @balderouge

Violencia doméstica: Cuando las feministas escriben la ley.
El entendimiento popular actual sobre la violencia doméstica, nos guste o no, está ampliamente informada por la teoría feminista, y si bien el tema es el núcleo de varios reclamos, pancartas, poemas y demás

El trayecto a este escenario fue desde tumultuoso hasta decadente. Antes de la llegada de la segunda ola del feminismo americano en la década de los 70's, el problema de la violencia doméstica era considerado un crimen pero su conceptualización era fundamentalmente diferente

Se consideraba que el problema radica en un asunto de discordancia de pareja, siendo una problemática individual y cuya solución iba dirigida a la recuperación de los matrimonios (Siendo su principal solución la terapia conyugal)

En su momento, 2 artículos eran fundamentales a la hora de explicar el origen de los hombres maltratadores: The Wife Assaulter de Leroy Schultz y The Wifebeater's Wife de John Snell, si bien hoy en día se maneja que los hombres maltratadores son representativos

de ideales y conductas hipermasculinas, estos artículos presentaban un imagen opuesta, el primero señalaba a los hombres maltratadores como pasivos, sumisos, y con una marcada necesidad de dependencia, el artículo señalaba la causa de este predicamento el haber sido criado por

madres dominantes, emocionalmente negligentes y abusivas, estos hombres se casarían con mujeres que evocaran a sus madres, eso es, mujeres "dominantes, muy masculinas que explotaban la necesidad de dependencia de sus esposos para su propio beneficio". La conducta violenta del

esposo se desencadenaría cuando sus necesidades de dependencia no fuese cumplidas. El segundo artículo tenía un carácter más informal y adquiría sus sujetos de estudio a partir de casos de hombres que intentaron asesinar a sus esposas, los resultados eran similares

se hablaba de hombres dependientes y pasivos pero además sexualmente mal-adaptados, sus esposas eran dominantes, abusivas y masculinas, pero además eran frígidas y masoquistas, sugería que el maltrato doméstico era una dinámica que permitía "al esposo dominar a su esposa

mientras que la esposa satisfacía sus deseos masoquistas", señalaba además que las mujeres atenderían a recursos policiales cuando un tercer agente (digamos, un hijo) se viese involucrado en el maltrato. Las feministas criticaron estos artículos en premisas tanto empíricas

como teóricas, el primer artículo contaba con una muestra absurdamente pequeña (N = 4) mientras que el segundo claramente ignoraba la influencia de los roles de género, además de que al señalar la violencia como "funcional" daba la sugerencia de que el maltrato doméstico estaba

ocasionalmente permitido. El tratamiento policial del maltrato doméstico también era altamente cuestionable, protocolos indicaban que los eventos debían requerir que agentes de la policía estuviesen presentes como testigos del maltrato y los policías a menudo tenían

derecho a discreción, si bien el maltrato doméstico era considerado un crimen, no era la norma de que los acusados fuesen enjuiciados. Fue en ese momento en el que 2 teorías nacerían para tratar el problema de la violencia doméstica: La teoría de la violencia familiar y

su rival inmediata, la teoría feminista.
Comencemos con la primera, "Family Violence" es un campo teórico desarrollado por los sociólogos Murray Strauss, Richard Gelles y Suzanne Steinmetz; los mismos incorporarían factores materiales, estructurales, de género e individuales

para explicar el maltrato, hacían énfasis en el "estrés estructural" y en factores socioeconómicos, eso es, cuando en una familia el padre-proveedor pierde su empleo, el estrés de la familia incrementa y así, el riesgo de iniciar violencia doméstica

también se incorporo el sexismo y roles de género como una causa, y aseguraban que roles de género más relajados y la incorporación de la mujer al mercado laboral tendrían efectos positivos en reducir la violencia doméstica general. El rol de la esposa-víctima fue señalado

Gelles en un segmento titulado "It takes two" sugiere que no es extraño que una esposa maltratada use insultos asociados al fracaso económico o al pobre desempeño sexual contra el acusado por lo que, si bien la conducta del perpetrador debía ser señalada, también la conducta de

la víctima; la teoría de la violencia familiar afirmaba que el maltrato doméstico se distribuiría con mayor frecuencia en familias de bajos ingresos, bajo nivel económico o donde el marido no tenga un alto estatus laboral; quizás lo más provocativo de la teoría de la violencia

familiar es que planteaba también un marco teórico sobre el maltrato doméstico contra los hombres y que el sexismo era solamente uno entre varios factores que lo explicarían. En 1976 se condujo la National Family Violence Survey, una encuesta nacional que usaba

la métrica de la Conflict Tactic Scales, una encuesta diseñada para cuantificar los modos y frecuencia con las que la familia reacciona al conflicto; los resultados son y siguen siendo polémicos a día de hoy, el tipo de violencia más común no era el maltrato a la esposa, sino el

abuso mutuo, mientras que el maltrato a los hombres tenía una frecuencia similar al abuso contra las mujeres; Straus incluyo matices que explicaran la diferencia entre víctimas mortales de violencia doméstica como la diferencia en el uso de violencia letal entre hombres y mujeres

Suzanne Steinmetz fue la que corrió más riesgos y pago mayores consecuencias, tras obtenidos los resultados de la encuesta ella publicó un artículo con un título deliberadamente polémico: "The Battered Husband Syndrome" ("Síndrome del esposo maltratado")

un artículo que culpabiliza a la prensa popular, la política general y a la academia porque el problema del "maltrato a los esposos" sea considerado desde una trivialidad hasta una queja absurda y digna de ridículo. Sería justo decir que este artículo causó

una fuerte ola de indignación de activistas e investigadoras feministas, naciendo así, de manera completamente reactiva, la teoría feminista sobre el abuso a los hombres: No existe el maltrato doméstico a los hombres, sino que esos casos son ejemplos de mujeres abusadas

que finalmente actúan en defensa propia. Gelles desde entonces señaló que los 3 investigadores se volvieron en enemigos públicos de las feministas de su época: Amenazas de muerte, amenazas con poner bombas en sus conferencias, la que recibió el peor trato fue Steinmetz, cuya

universidad recibió iracundas peticiones para negar su tenencia y eliminar su fondo de investigación.
Si bien existe una diferencia entre el feminismo activista y el feminismo del desarrollo teórico, la teoría feminista sobre la violencia doméstica también tiene orígenes curiosos

La teoría feminista debe ser entendido en el contexto de la luchas feministas setenteras, donde existía el conflicto entre feministas liberales localizadas en la National Organization for Women y las feministas radicales distribuidas en el Women's Liberation Movement

Las primeras reclamaron principalmente los derechos del trabajo mientras que las segundas tuvieron control casi total sobre el desarrollo feminista sobre la violencia doméstica, así como señala Susan Brownmiller en su libro "In Our Times", la narrativa moderna sobre la violencia

doméstica es una de las grandes victorias del feminismo radical de segunda ola, siendo su teoría considerada como la teoría feminista por defecto. Así como señala la académica Claire Houston, las teorías feministas sobre maltrato doméstico son verdaderamente derivaciones

de sus teorías sobre la violación. Una de las teorizaciones más tempranas vienen de Política Sexual de Kate Millett, donde se señala a la dominación masculina como "la ideología más penetrante" y el concepto más fundamental del poder. Para Millett el patriarcado requiere

fundamentalmente el uso de la fuerza para mantenerlo, la violación es uno de esos usos y la violencia doméstico otro. Otras radicales apoyaron esta premisa Diana Russell afirmó: "Así como el linchamiento puede ser visto como el máximo acto político de los blancos contra los

negros, la violación es el máximo acto político de los hombres contra las mujeres". Susan Brownmiller en su texto "Against Our Will" afirmó que la violación es "Nada más y nada menos que el consciente proceso de intimidación en el que todos los hombres mantienen a todas las

mujeres en un constante estado de terror", para las feministas radicales la violación es el patriarcado en su máxima expresión. Tanto Brownmiller y Russell denunciaron el rol de la "ideología masculina" en sostener la práctica de la violación, la muestra más poderosa de esta

ideología son "los mitos de la violación", estos mitos son ideas populares sobre la violación como hecho: donde y como ocurre y quienes son las víctimas y los perpetradores; Brownmiller acusó al psicoanálisis del origen de la ideología masculina, específicamente

la teoría del masoquismo femenino de Helene Deutsch, de este se crearía el mito que las mujeres "no pueden ser violadas ya que inconscientemente todas desean ser víctimas de violencia masculina", esto tendría una función táctica: cambiar la culpa del perpetrador a la víctima

dejando el sistema patriarcal intacto. MacKinnon llegaría e incorporaría el concepto de la "falsa conciencia femenina", que afirma que, dado que en el patriarcado la perspectiva masculina es institucionalizado como "la verdad", es inevitable que las mujeres vean lo mismo que

los hombres, de ese modo mujeres que no describieran sus vidas sociales en los mismos términos que las feministas radicales podían simplemente ser descartadas como "ciegas". Dado que las feministas cobraron el monopolio de la "experiencia femenina" pueden reclamar

un conocimiento superior para el bien de la mujer, lo que es mejor para el colectivo acabara siendo mejor para el individuo donde es que la violencia doméstica vuelve a entrar en acción. Las feministas radicales teorizaron la familia como la unidad más básica del patriarcado,

donde niños son socializadas en los temperamentos, valores y conductas propias de su género; aseguraron que los hombres maltratadores actúan en perfecta alineación con los valores masculinos: Dominación masculina, sumisión femenina y violencia

Si bien feministas como MacKinnon priorizaron el promover justicia privada para las mujeres (ya que el estado es una institución inherentemente masculinista), otras feministas como Brownmiller aseguraron que el estado debía tener un rol fundamental en el desmantelamiento de la

dominación masculina, esto será la base para que la teoría feminista se vuelva un nuevo regimen legal.
2 libros son considerados como primordiales sobre la teoría feminista: Battered Wives de Del Martin y Violence against Wives de Dobash & Dobash

Si bien ambos identificaban la dominación masculina como la causa única del maltrato tenían diferencias en su función, Del Martin consideraba la violencia doméstica como una reacción a la desigualdad de género, el matrimonio Dobash como un medio para mantenerla

Del Martin generó principalmente una crítica contra la familia, aseguraba que los roles de masculinidad/feminidad provienen de los conceptos de marido/esposa y que por lo tanto, era una consecuencia de la institución del matrimonio, dado que tanto hombres y mujeres viven

con la presión de actuar según sus roles de género, cuando estos roles no se cumplen la violencia se produce y la esposa tiene mayor riesgo de salir gravemente lesionada en el evento, esta explicación suena neutra y de hecho Del Martin afirmaba que tanto hombres y mujeres

eran víctimas de sexismo, no obstante, se rehusó terminantemente a aceptar otro factor además del género rechazó consistentemente a aceptar evidencia que señalara que el maltrato doméstico era más normal en clases menos privilegiadas. Dobash & Dobash

se suscribieron a su crítica del matrimonio asegurando que le daba autoridad al marido sobre la esposa, similar a Del Martin, los Dobash afirmaban que los roles de género educaban a las niñas a ser esposas sumisas y a los niños a ser esposos tiránicos, criticaron la

economía formal por mantener a la esposa dependiente de los ingresos del esposo pero mientras que Del Martin aseguraba que los hombres también eran víctimas de sexismo, Dobash & Dobash los consideraban como sus únicos perpetradores

Si la dominación masculina es el problema entonces eliminar es su solución, fueron insistentes en su énfasis respaldado por las teorías feministas, descartaron la violencia familiar y la idea del maltrato al esposo como "algo que simplemente no es verdad"

El maltrato doméstico a los hombres como un tema a discusión quedaría completamente purgado por las feministas con la llegada The Battered Wife Syndrome de Lenore Walker, un libro que indaga en la psicología de las mujeres maltratadas y asegura que el asesinato de los esposos es

consecuencia única del abuso que las mujeres reciben, siendo en sí un acto de defensa propia. La ley comenzó a ceder ante la teoría feminista en el año 1976, con la llegada de 2 abogadas feministas: Laurie Woods y Pauline Gee y los casos de Bruno v. Codd y Scott v. Hard

Ambos casos no fueron circunstancial excepcionales, fueron instancias determinantes en la creación de modelos de respuesta feminista ante los acusados de violencia doméstica y sus demandas fueron orientadas a una respuesta de intervención estatal intensa

Tanto Woods como Gee veían el maltrato doméstico como una institución patriarcal y la intervención estatal como una estrategia directa para contraatacarla, si bien otras feministas ponían en duda la idea de atacar una forma de opresión (dominación masculina) con otra (control

estatal); Woods y Gee promovieron demandas que exigían mayor intervención policial, incremento en los arrestos, juicios, encarcelamientos y endurecimiento de las penas: "Cada vez que un maltratador es encarcelado, la dominación masculina es desafiada"

Descartó otras estrategias como los refugios para mujeres maltratadas, si bien lo consideraba necesarios, eran políticamente inútiles ya que por sí mismos no desafiaban la dominación masculina; descartaba además la mediación policial como una alternativa para detener el abuso

lo que ellas militaron era muy específico: Arresto inmediato del hombre implicado como medida por defecto a la hora de intervenir en denuncias de maltrato doméstico, cualquier otro método era "privatizar la violencia doméstica y por ende, perpetuar el patriarcado"

Para 1981, más de 21 estados habían adoptado medidas de intervención inmediata y encarcelamiento, no es extraño señalar que la evidencia empírica que apoyaba estas prácticas llegó varios años después, con Minneapolis Domestic Violence Experiment de 1984

un estudio que sugería que estas medidas eran eficaces a la hora de disminuir el abuso a las esposas, además de agregar que para que el arresto no sea realizado "deben haber razones claras para ello", sin embargo, las feministas se toparon con otro problema, el encarcelamiento

poco frecuente por lo que se propusieron nuevas medidas que priorizaran el juicio de maltratadores domésticos pero otro obstáculo apareció: Era relativamente frecuente que las mujeres maltratadas se rehusasen a testificar o retirasen los cargos contra sus esposos, las feministas

interpretaron esto como un ejemplo de "falsa conciencia", no obstante, si las llevo a un nuevo experimento legal: Los No-Drop Prosecution, estos son simplemente juicios donde los cargos no pueden ser retirados dejando a la víctima de maltrato legalmente obligada a testificar

contra su maltratador, en 1981 el Center For Women and Policy Studies publicó reportes solicitando juicios de No-Drop Prosecution, la autora del reporte Lisa Lerman citó a Lenore Walker para afirmar que estos juicios serían una forma para que las mujeres maltratadas superaran el

"ciclo del abuso", para finales de los 80s, los No-Drop Prosecutions comenzaron a entrar en tracción, la jurista feminista Cheryl Hannah escribió extensamente defendiendo estas medidas y sus defensas entraron en mayor polémica debido a 2 escándalos.

-El Minneapolis Domestic Violence Experiment había sido puesto en tela de juicio, 6 estudios auspiciados por el National Department of Justice intentaron replicar sus resultados, no solo dando resultados negativos, sino que encontraron que el efecto desaparecía al poco tiempo y

que sólo se daba en hombres blancos, casados y empleados (en cualquier otro caso el maltrato incrementaba)
-Un escándalo más puntual ocurrió con el encarcelamiento de una mujer llamada Maudie Wall, Wall se habría negado a testificar contra su esposo y dada la imposibilidad legal

de retirar los cargos, esta sería encarcelada. Hanna escribió sobre el caso de Wall señalando que este medida habría sido necesaria para que ella entonces comprendiera la seriedad del abuso cometido contra ella, sorpresivamente, Wall sería liberada prontamente cuando su

esposo se declaro culpable al enterarse que había sido encarcelada.
Otras abogadas aparecieron para defender estas prácticas, Joan Zorza, directora del National Coalition Against Violence Against Women rechazó los hallazgos de la replicación del experimento de Minneapolis

Y promovió la publicación de varios manuscritos legales que defendían la pertenencia de la teoría feminista como un estatus legal necesario, en 1992 se publicó el A Current Analysis of the Battered Women’s Movement que cumplió una función de descartar teorías alternativas

afirmaba que existe ningún factor psicológico, social o experiencia vital que hace que algunos hombres sean más propensos al maltrato doméstico que otros y que todas las mujeres corren exactamente el mismo riesgo de sufrir violencia doméstica, esta máxima tenía funciones tácticas

si no existe ninguna variable que permita a las mujeres inferir que hombres son más "propensos al maltrato que otros", entonces no existe ningún motivo por el cual las mujeres puedan ser atribuidas al acto de escoger mal a sus parejas, ya que todos tienen exactamente el mismo

riesgo de maltratarlas. Del mismo modo, para el informe el maltrato era irremediablemente sobre dominación masculina, una teoría basada en las experiencias de las mujeres, el informe concluye: "Debemos como movimiento recordarnos que no necesitamos estadísticas o investigaciones

para saber la verdad sobre el maltrato, las mujeres maltratadas o los hombres maltratadores"
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