Tal día como hoy, 20 de octubre de 1782, frente al cabo Espartel, la flota franco-española de Luis de Córdova, de 34 navíos, ponía en fuga a la británica de la misma fuerza del almirante Howe. En poco más de 11 minutos, el navío Santísima Trinidad había hecho huir al HMS Victory.
La orden de "caza general" de Luis de Córdova había iniciado los combates a primera hora de la tarde, que se alargaron hasta la madrugada. En ellos, los británicos rápidamente sufrieron el fuego de los navíos españoles y franceses, poniéndose en fuga aprovechando su velocidad.
Sin embargo, la pericia de los españoles, que sería posteriormente admirada por los británicos, conseguiría cazar la retaguardia inglesa. Cabe destacar la acción del navío San Rafael, de 74 cañones, que batiría al HMS Victory, de 100, ganando tiempo para el STª Trinidad.
En esta batalla los oficiales británicos admirarían "el modo de maniobrar de los españoles, su pronta línea de combate, la veloz colocación del navío insignia en el centro de la fuerza y la oportunidad con que forzó la vela la retaguardia acortando las distancias".
Gracias a las planchas de cobre que recubrían el casco de los navíos británicos, pudieron escapar. Sin embargo, el propio almirante Howe tuvo que responder ante un consejo de guerra en Londres, ya que su escuadra había estado a punto de ser capturada por el anciano Córdova (76).
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Tal día como hoy, 21 de octubre de 1805, frente al cabo de Trafalgar, se enfrentaban la escuadra franco-española y la británica. Aunque la batalla se vendió como una gran victoria británica que cambio la historia, no fue tal. Fue una victoria coyuntural, táctica y pírrica. Hilo.
En el contexto de las Guerras Revolucionarias Francia se había atraído a España a su bando con varios tratados, entre ellos el de San Ildefonso, enfrentándose a la mayoría de potencias monárquicas. Sin embargo, posteriormente se firmaría la Paz de Amiens.
Esta paz fue muy frágil, y todas las potencias procuraban armarse y prepararse para la guerra que estaba por venir. Así, tras una serie de desencuentros diplomáticos, una escuadrilla de fragatas atacaba y hundía la fragata Nuestra Señora de las Mercedes frente al cabo Santa María
Tal día como hoy, 19 de octubre de 1747, Pedro Messía de la Cerda, comandante del navío Glorioso, ordenaba rendir la nave. El Glorioso había combatido en solitario en 5 batallas navales contra 4 navíos de línea, 6 fragatas y 2 bergantines ingleses. Una escuadra contra un navío.
En la persecución que recibió a lo largo de 3 meses y cientos de millas, del Atlántico hasta Finisterre y el sur de Portugal, el navío Glorioso se batió en 5 batallas navales, ganando decisivamente 4, cumpliendo con su misión y arriando el pabellón en la 5ª por falta de munición.
Al subir el jefe de escuadra Pedro Messía al navío británico HMS Russell del capitán Matthew Buckle, el español pudo notar como el navío inglés había estado a punto de rendirse, igual que las dos fragatas con las que se había batido en esa última batalla del Glorioso.
Tal día como hoy, 18 de octubre de 1597, la Armada del Océano de Pedro de Zubiaur, de 178 buques, llegaba a Inglaterra con los 12.600 infantes españoles de Juan del Águila con la intención de invadirla y deponer del trono a su reina Isabel I. La flota no encontró oposición.
Para la campaña se habían reclutado a los mejores almirantes y generales, entre los que estaba Martín Padilla, Diego Brochero y Carlos de Amézquita. De todos los hombres, 8.600 era veteranos de los Tercios de Nápoles y Lombardía, lo más florido. 400 de ellos desembarcaron.
Se atrincheraron esperando el desembarco masivo, que tuvo que suspenderse debido a un fuerte temporal que dispersó la flota. Los días que estuvieron en tierra, los ingleses no se atrevieron a atacarlos. Frustrado el desembarco, volvieron a sus naves sin ninguna novedad.
Con los debates de estos días sobre vela hoy les voy a contar algunas cosas curiosas sobre ello: los tipos de vela, cómo funciona cada una, cual ciñe mejor, cuántas y cuáles llevaba un navío y cosas básicas sobre su jarcia y maniobra. Y como ejemplo: un navío de 74 cañones.
Para ello vamos a empezar con un concepto importante: el aparejo. El aparejo es el conjunto de estructuras que permiten a la embarcación ponerse en movimiento aprovechando el viento. Lo podemos dividir en arboladura (palos, botavaras, vergas...), velamen (velas) y jarcia (cabos).
Dentro de la arboladura tenemos los mástiles más importantes que son: el palo mayor, trinquete, mesana y bauprés. Éstos están formados por el macho (parte baja), el mastelero (media) y el mastelerillo (alta). El de mesana además tiene su botavara y su pico de cangreja.
¿Se han preguntado por qué en otoño e invierno tenemos tan pocas efemérides navales? Hay dos conceptos tradicionales e importantes en la navegación que lo explican: el mare clausum y el mare apertum. No sólo desde el punto de vista meteorológico, sino también político y legal.
Gran parte del tráfico de mercancías y comercio de romano se hacía por mar, y por ello se establecieron dos conceptos que distinguían esta navegación peligrosa o segura según la estación. Así, de noviembre a marzo se estaba en mare clausum, donde podía haber temporales.
Y por otro lado, el resto del año, lo que era de primavera a otoño sería el mare apertum, es decir, donde se podía navegar sin riesgos y el mar era favorable. Los griegos ya conocían esto, pero no eran más que experiencias de los marineros veteranos. Los romanos lo regularon.
Tal día como hoy, 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón descubría América, lo que haría cambiar el mundo para siempre. ¿Pero saben qué ruta siguió? ¿Qué mapas usó? ¿Qué instrumentos náuticos utilizó para orientarse? ¿Cuántos hombres o qué barcos llevó en su expedición?
El Primer Viaje de Cristóbal Colón, o Viaje del Descubrimiento, fue propiamente la expedición marítima capitaneada por Colón al servicio de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que descubrió América. Partió el 3 de agosto de 1492 de Palos de la Frontera.
El producto más codiciado en las cortes europeas eran las especias para su uso en la cocina y en productos de lujo, por eso eran extremadamente caras. Algunos ejemplos eran el clavo, jengibre, azafrán o canela y su consumo era sinónimo de poder. Las especias procedían de Asia.