¿En qué medida la identidad cristiana-romana generó una conciencia comun en la población del Imperio Romano de Oriente, y ayudó en la defensa🆚 las invasiones de los ejércitos árabe-islámicos a ½ del siglo VII y primera parte del siglo VIII? #HistoriaDeBizancioParaTodos
La arqueológia y las ⛲ históricas demuestran que, a pesar de los frecuentes ataques y saqueos de las ciudades, la población resistió o se refugió en algún lugar hasta que el enemigo se hubo marchado antes de volver a ocupar su asentamiento.
El mejor relato proviene de una colección de milagros atribuidos a San Teodoro "el recluta" asociados con la ciudad de Euchaïta en Helenopontus (N de Asia Menor central). El autor describe con detalle cómo la población se trasladó al acrópolis fortificada durante
"la incursión anual" antes de regresar cuando el enemigo había partido con su botín. Aunque no tenemos textos específicos para todas las ciudades de Asia Menor este pudo ser el proceder habitual de muchos otros asentamientos.
Hacia el 711, los habitantes de la ciudad de Sision, en la llanura de Cilicia fueron objeto de asaltos constantes, decidiendo abandonar su ciudad y trasladarse hacia el norte, en la región de Tauro, lejos de las tierras bajas expuestas porque la situación era insostenible.
Desde el 640 Muʿāwiya como gobernador de Siria, y como califa desde 660, tenía como objetivo la conquista del Imperio Romano. Los bizantinos se convirtieron durante más de dos siglos, en el principal oponente del Islam, planteando un desafío tanto militar como ideológico.
A lo largo de las décadas del 640-50 se llevaron a cabo incursiones en Anatolia, desde el 660 hasta 679 se hicieron anuales, a veces tres veces en un solo año. Las fortalezas y asentamientos en las zonas inmediatamente adyacentes a los territorios bajo dominio islámico fueron
asaltados, cada año entre 663 y 679 uno o más ejércitos árabes también invernaron en territorio bizantino. Estos ejércitos vivían de la tierra y atacaban en busca de cautivos, ganado y otras formas de botín.
Se llevaron a miles de prisioneros a Siria para ser esclavizados. El daño debe haber sido sustancial. Los objetivos de estos ataques se extendieron por todo el interior de Anatolia, aparentemente destinados a "suavizar" la resistencia como parte de un plan para desgastar al
imperio, interrumpir las comunicaciones y la cohesión y, como en Siria y Egipto, alentar un colapso político y militar. Llegaron a ciudades tan lejanas como Trebisonda (654), Ankara (654) y Euchaïta (posiblemente en 641, y en la década de 660 en más de una ocasión).
Fueron atacadas regularmente las ciudades fortaleza de Koloneia, Amorium, Antioquía en Pisidia, Tarso y Mopsuestia en Cilicia, y otras fortalezas y asentamientos en las provincias de Licia, Isauria, Frigia, Capadocia y Armenia IV.
Aunque muchas de estas ciudades fueron saqueadas, casi de inmediato fueron ocupadas de nuevo, por lo que las fuerzas árabes rara vez lograron mantener un control sobre una fortificación clave durante más de un invierno, en ningún momento.
Incluso la propia Constantinopla fue objeto de un gran asalto en 654–655. El asedio fue levantado antes de que comenzara porque la flota enemiga fue destruida en una tormenta, y las fuerzas terrestres fueron derrotadas mientras marchaban por Anatolia poco después.
La primera guerra civil árabe 656-661 permitió a Constante II repensar la estrategia imperial y permitió su marcha a través de los Balcanes hacia Italia con el fin de reforzar los intereses imperiales en Occidente.
A partir del 663 Muʿāwiya inició una estrategia dirigida no solo a desgastar la oposición y la moral y perturbar la continuidad administrativa, sino también a destruir la economía local de Anatolia, aplastando la voluntad de resistir.
El primer sitio de Constantinopla tuvo lugar entre 668-69 marca un punto culminante, ya que que los ataques anuales continuaron. Con la muerte de Muʿāwiya en el 680 cambió la estrategia y las incursiones invernales cesaron, solo se registran dos en el 680 y 717.
Un factor crucial para Bizancio fueron las guerras intestinas dentro del califato, conocidos como la primera y segunda fitna, conflictos que vieron el asesinato del califa ʿUthmān en 656 y la victoria final de Muʿāwiya en 661 y el ascenso y caída de Yazīd I (680-683),
Muʿāwiya II (683-684), Marwān I (684-685) antes del ascenso de ʿAbd al-Malik (685-705), cuyo califato vio, el surgimiento de un régimen más fuerte administrativamente. Dos elementos fueron importantes aquí. En primer lugar, los emperadores romanos pudieron aprovechar estos
problemas para lograr treguas ventajosas para el imperio. Durante la primera guerra civil, Constante II desplegó sus ejércitos por el Cáucaso y reforzó la autoridad imperial allí antes de dirigir su atención hacia Occidente.
En 678-679 ya habían comenzado las negociaciones, promovidas por Muʿāwiya y por el emperador Constantino IV (mientras se preparaba para lidiar con los búlgaros, los preparativos del sexto concilio ecuménico y las negociaciones con el papado).
La paz era deseable en Constantinopla para permitir la consolidación de las defensas. Los problemas internos del califato continuaron, lo que permitió que se acordara un segundo tratado de paz en condiciones aún más favorables para el Imperio en 685 y confirmado en 688-689.
Tras la derrota de las fuerzas imperiales cerca de Sebastopolis en 693, se renovó la ofensiva árabe, pero la estrategia fue diferente de la que había promovido Muʿāwiya. Hasta el 720, la atención se centra en las regiones "fronterizas" que rodean el corazón imperial de Anatolia,
desde Armenia IV y las regiones al sur y al este alrededor de la llanura de Cilicia y en Isauria, aunque en ocasiones las incursiones penetraron, hasta Amaseia en el norte y Dorylaion en el centro. Los bizantinos habían podido mantener varias fortalezas clave en estas regiones:
Kamacha, Teodosiópolis, Taranton al oeste de Melitene y Tyana al norte de las Puertas de Cilicia, así como una serie de fortalezas más pequeñas cuyos nombres rara vez se anotan en el fuentes. Hacia el año 700 la situación cambió a medida que la estrategia árabe se concentraba en
la destrucción de estas fortificaciones y la erradicación de cualquier frontera organizada. Cilicia, fue abandonada y ocupada por los árabes. Hacia el 703 Mopsuestia fue reconstruida, fortificada y guarnecida Sision, al noreste de Mopsuestia, fue abandonada en el 711.
Cuando la serie de campañas que culminaron con el asedio de Constantinopla en 717-718 estaba en marcha (715-716), Cilicia cayó en manos árabes y los bizantinos se vieron obligados a retroceder en la línea Tauro-Anti-Tauro, perdiendo Theodosiopolis y Armenia y defendiéndose en las
Puertas de Cilicia y otros pasos en Isauria a duras penas. El fracaso del asedio de Constantinopla en 717-718 no detuvo las expediciones a gran escala durante los años 720, 730 y 740, la resistencia bizantina y la voluntad de enfrentar y derrotar a los invasores creció
Los objetivos estratégicos árabe-islámicos cambiaron: la intención a largo plazo seguía siendo la destrucción del estado romano, a través de la conquista expansionista fue reemplazada por una guerra de desgaste a largo plazo.
Las incursiones en las profundidades de Asia Menor continuaron, pero con menos regularidad, la captura y el saqueo de las ciudades ocurrieron con menos frecuencia (Ikonion en 723, Cesarea en 726), las zonas fronterizas siguieron siendo el objetivo principal.
La guerra se asentó en una rutina en la que las fuerzas imperiales pudieron lidiar con eficacia, lo que permitió la lenta recuperación de las regiones del interior. El historiador bizantino Teófanes cuenta que las guarniciones y la población de Capadocia se sometieron a Maslama
en 715-716 cuando ese comandante apareció al frente de una fuerza expedicionaria. A a diferencia de las provincias de Siria, estas rendiciónes nunca parecen haberse vuelto permanentes. Las poblaciones de estos asentamientos no se rindieron, sino que regresaron, a menudo una y
otra vez, para reconstruir y volver a ocupar sus pueblos o ciudades. Una clara ilustración de la negativa a abandonar el territorio se puede encontrar en las listas de signatarios de los concilios eclesiásticos, ya que en el Quinisexto de 691-692 hay evidencia de la
transferencia de varias sedes episcopales, desplazadas de sus ubicaciones originales debido a la presión y el impacto de la guerra con los árabes. Tres factores contribuyeron a la resistencia tenaz del Asia Menor bizantina frente a las incursiones árabes: por un lado una mayor
cohesión religiosa, la certeza del auxilio del ejército romano, así como la situación geográfica que permitia una política defensiva y de contraataques. Estos tres factores, más el apoyo de las élites locales cohesionaron el espíritu de resistencia bizantino frente a los árabes.
La pérdida de Egipto ante la invasión árabe hacia el 642 supuso un reajuste económico significativo y una mayor dependencia de Constantinopla de Tracia y Anatolia. #HistoriaDeBizancioParaTodos
Una estimación reciente ha situado la pérdida total de ingresos del imperio en el siglo VII en torno al 75% de sus ingresos del siglo VI, una pérdida dramática que debe haber afectado fundamentalmente a todos los aspectos de la administración estatal.
De esta zona tan reducida era de donde el estado obtenía ahora sus ingresos y recursos humanos, y eran estas áreas - los Balcanes y Anatolia las que tenían que ser defendidas.
A partir del 660 en adelante, el contacto entre el Imperio y las antiguas provincias orientales se fue diluyendo. Algunos viajeros, comerciantes y peregrinos, junto con aquellos que conocían los caminos a través de la región fronteriza, continuaron #HistoriaDeBizancioParaTodos
transitando en una dirección u otra. Se gesto un distanciamiento entre Constantinopla y el califato. Trascurridos 6o años de las primeras conquistas islámicas, el hagiógrafo que redacto la Vida d Andrés de Creta se refería a Palestina y Siria como "la tierra de nuestros enemigos"
Este distanciamiento fue alentado por las acciones del gobierno bizantino, y del califato. El control militar romano sobre varias rutas hacia Siria fue en parte responsable de dicha ruptura de las comunicaciones entre Anatolia y el norte de Siria, por cuestiones de seguridad.
Justiniano trató de corregir la corrupción y la malversación fiscal a nivel provincial. Lo logró de varias maneras. Prohibió a los funcionarios la adquisición de propiedades mientras estaban en el cargo, transfirió la propiedad #HistoriaDeRomaParaTodos
de la res privita y el sacro patrimonium a la corona.
En segundo lugar, introdujo reformas para frenar la corrupción a nivel civil. Dio al defensor civitatis más autoridad para controlar a los gobernadores,
otorgó a los obispos un papel más prominente en la gestión provincial y adoptó políticas de confiscación de tierras, 🆚 familias desleales y prohibio a los terratenientes que reclamarán propiedades ajenas empleando su influencia.
La #CrisisdelSigloIII fue vista como un proceso histórico complejo, provocado por la interacción de muchos factores diferentes. Geza Alföldy resume los diversos aspectos de la crisis que dominó la historia del imperio romano desde el 249 al 284 en nueve puntos:
✔️ Cambio del gobierno, de un emperador al de un Soldatenkaiserzeit.
✔️ Inestabilidad general, influencia política cada vez mayor de las legiones Danubio-Rin.
✔️ Cambios sociales, problemas económicos, disminución y distribución desigual de la población.
✔️ Crisis religiosa y moral.
✔️ Invasiones de pueblos extranjeros en prácticamente todas las regiones fronterizas e incluso más allá, en el corazón del imperio.
✔️ Colapso del sistema MONETARIO.
✔️ Problemas sobre la legitimidad y la base ideológica del poder IMPERIAL.
Utilizando ochocientos trenes, Mackensen transportó al Noveno Ejército hacia el norte hasta Thorn. Luego, el 11 de noviembre de 1914, giró hacia el sureste y, cubriendo su izquierda con el Vístula, atacó hacia el flanco ruso entre Lodz y Varsovia.
En solo cinco días, había trasladado un cuarto de millón de tropas al flanco ruso en completo secreto. El agregado británico en el ejército ruso lo describió como "una obra maestra de la organización", lanzada solo quince días después de la retirada alemana de Varsovia.
Esta capacidad de moverse ágilmente en las líneas interiores entre los dos frentes les dio a los alemanes la oportunidad de ejecutar la estrategia favorita de Hindenburg: defender en el oeste y ganar en el este.
La historia de Gibbon dejó tan alto el pabellón para relatos posteriores que varias generaciones de historiadores se abstuvieron de seguir sus huellas. Theodor Mommsen expresó en este sentido lo siguiente: #HistoriaDeRomaParaTodos
"al analizar las fuentes literarias, no fue hasta finales del XIX cuando la investigación logró mayores avances, gracias especialmente la crítica-estudio de Hermann Dessau de la Historia Augusta, sin olvidar que Gibbon con demasiada frecuencia acudía a la Historia Augusta"
Jacob Burckhardt escribió el primer capítulo de su obra, Die Zeit Constantins der Große, der Reichsgewalt im dedicado al siglo III. En él aparecen términos muy interesantes "imperio de los soldados" (para Septimius Severus) y "crisis" (para el año de los 6 emperadores 238).