Thread by @ninjaperuano

Siento que ya ha pasado mucho tiempo sin hacer un hilo, así que un fav y cuento una historia de romance, decepción y electro-pop contemporáneo.

NOSEDIGAMÁS
(Por cierto, al primer pelmazo que empiece con "métele nitro papi", lo bloqueo a la verga)

Esta historia se lleva a cabo allá por el 2016, tiempo de soltería en la vida del hermoso protagonista.
Después de varios meses de sequía, decidí que era suficiente, e hice lo que todo adulto joven haría: me bajé como 17 apps de citas.

No recuerdo si en ese entonces Bumble ya existía, pero me acuerdo que me bajé Tinder y Grindr pensando que eran lo mismo. 37 fotos de penes después, descubrí que no lo eran (pude haberme detenido desde la segunda foto, pero quise estar seguro)

Prontamente borré Grindr (no sin antes mandarle todas las fotos de penes a mis amigos, porque si yo los vi, ellos también tendrían que) y me dediqué casi exclusivamente al pedo de Tinder, el cual, si usted no lo conoce, lector imaginario, es realmente horrible.

Básicamente es ser juzgado en menos de un segundo a ver si tu físico rifa o nel, y además ser comparado contra un montón de perfiles falsos y extranjeros; y pues uno siempre va a perder porque los perfiles falsos son hermosos y los extranjeros se la matan a los perfiles falsos.

Después, en las pocas veces que alguna mujer se equivoca y te da swipe right (o sea, que no le repugnaste del todo), empieza el siguiente problema, que son las conversaciones de Tinder.

Para explicarlo en palabras sencillas, el 98% de las veces es más divertido sacarte un ojo con una cuchara y después metértelo por el ano (el ojo, la cuchara no), que hablar con alguien por Tinder.

A continuación, una breve recreación de una conversación por Tinder:
- Hola
- Hola
- Cómo estás?
- Bien y tú?
- Bien
- ...
- ...
- Qué haces?
- Nada, tú?
- Nada
- Jajajajaja
- ...
- ...

*2 semanas después, alguno de los dos borra su perfil*

Pero como uno tiene que coger y mi abuelita ya estaba muerta, soporté el dolor de huevos que es Tinder, y con el tiempo tuve unos cuantos éxitos. Y por éxitos quiero decir citas, no es como que haya conocido a alguien que de verdad me gustara, porque mi abuelita ya estaba muerta.

Las primeras citas de Tinder son relativamente emocionantes, principalmente porque pues es algo nuevo y tú, todo imbécil, tienes la esperanza de que vas a conocer a alguien que valga la pena.
Spoiler alert: No, you fucking won't.

Salí como con 10 morras (de las cuales estoy seguro de al menos 7 sí eran morras) y pues aunque a veces sí se lograba concretar el mambo horizontal y tocar la ocasional cucamonga; no eran nada más que eso: citas vacías de personas sin nada en común.

(Excepto la necesidad de tocar una cucamonga o de que te la toquen)

Esto se va volviendo muy vacío con el tiempo (y ni siquiera tiene que pasar mucho tiempo), pero pues uno no puede quitarse el miedo de morir solo y de que algún trabajado de la morgue te ponga en pose sugerente junto a otro cadaver; entonces ahí sigue, Tindereando.

No voy a aburrirlos con historias de mis malas citas de Tinder, pero algunas incluyen:
- La morra que me amarró en un hotel y no quiso desamarrarme en 2 horas
- La que me llevó a las trajineras CON SUS PAPÁS Y ABUELOS y tuve que estar ahí atrapado toda la tarde porque pues agua

- La que pidió lo más caro del menú antes de decirme que no traía cartera, y se ofendió cuando le dije que yo tampoco traía
- La que me sugirió hacer un trío con su esposo
- La que nunca cogió conmigo pero me quiso acusar de embarazarla

En fin, tal vez sí los aburra con esas historias, pero en otros hilos, hoy vengo a contar una historia en particular.
Ya a finales de mi época de Tinder, la verdad es que yo estaba bien aburrido y ya ni le echaba ganas a las citas, perpetuando lo de hueva que es Tinder.

Entonces, en una de las últimas veces que conocí a alguien por ahí, hice match con una morra y después de como 2 días de plática, quedamos de ir por un café.
La cité en el Starbucks más cercano a mi casa, porque nunca salgo de mi código postal a menos que valga la pena.

Ya, equis, estábamos en el café platicando, y recuerdo que yo ya estaba como todo aburrido de esas citas grises, entonces mi cerebro se desconectó un poco y empecé a pensar en cosas más entretenidas, como Mortal Kombat o algo.

Ella estaba contándome de su vida, supongo, y yo nomás soltaba los ocasionales "Ah, qué chido", "¿Neta?", "No mames, qué cool" cuando parecñia que era necesario, pero mi atención estaba puesta en decidir si Sub Zero era más cool que Scorpion.

En una de esas, medio escucho que me dice "Bueno, pero yo ya te conté mucho de mí, ahora cuéntame tú de ti, ¿qué te gusta hacer, cuál es tu hobby?"
Es importante recalcar que en ese momento mi cerebro estaba en piloto automático, entonces no pensé mi respuesta en absoluto.

"Soy cantante en una banda de covers de Moenia"

Hasta el día de hoy no tengo ni idea de por qué dije eso, porque ni siquiera me gusta Moenia, sólo recuerdo que me escuché a mí mismo y probablemente puse la misma cara de confusión que la morra traía en ese momento.
Pero ya era muy tarde, la mentira estaba dicha.

Ahora, si algo me enseñó mi papá, es que tu palabra es lo más importante que tienes. Lo cual yo interpreté como "Si vas a mentir, pégate a tu mentira hasta el final y nunca la admitas"; porque siento que eso es lo que me quería decir.

La morra, sacada de pedo, me preguntó si era cierto, y en vez de tomar el camino simple que era decir "No, al chile era broma, Moenia son de hueva" y salir de la falsedad; decidí ser doblemente pendejo y decir "Sí, por supuesto, de repente hasta tocamos en bares y así"

Durante el siguiente par de horas, pasé inventándome toda una vida alterna, como cantante de una banda de covers.
De acuerdo, no era una vida muy interesante, pero diablos, era mi nueva vida y no iba a dejar que nadie la menospreciara porque me esforcé mucho en conseguirla.

El único problema fue que mi conocimiento de Moenia se reducía a saber que eran una copia mala de Depeche Mode, y que tenían un video donde una gorda dejaba de ser gorda.
That's it.
Tal vez hubiera podido saber más, pero nunca quise investigar porque Moenia son de hueva.

A continuación, algunos fragmentos que todavía recuerdo de esa conversación:

- ¿Y no hacen covers de alguna otra banda?
- ¿Como por qué lo haríamos cuando Moenia es la única banda que necesitas en tu vida?

- ¿Y como que canciones cantas?
- Uff, muchísimas, tienen una discografía súper variada, pero pues obvio también cantamos las que todos los villamelones de saben, como la de "Eeees que ya no aguaaanto, textraaaaañooooo....

(Me detuve ahí porque no me sabía el resto del coro)

- ¿Me puedes cantar algo?
- Ahorita no, porque no soy tu payaso, pero la próxima vez que toquemos te invito y si quieres te doy cortesías.

Debo admitir que mentí como un campeón.
Mentí nivel Sergio Andrade cuando le prometía a sus víctimas de trato de personas que no iba a meterlas a un pedo de trata de personas.
Y la morra cuyo nombre no recuerdo me creyó todo, como mi Gloria Trevi.

La verdad es que acabé pasándola muy bien en esa cita.
No por ella, porque ni siquiera me acuerdo cómo se llamaba, sino por mí, porque me estaba escuchando a mí mismo sacarme respuestas del culo mientras pensaba "Wow, me gustaría invitarme a salir, soy súper interesante"

Al final, la morra me invitó al motel más cercano, yo creo que queriendo vivir la fantasía de ser la groupie de un famoso cantante de banda de covers de Moenia.

Sin embargo, no accedí.
No porque yo sea una buena persona (como espero haya quedado en claro en todo este hilo) y me haya sentido mal de mentir tanto; sino porque la morra nomás no me gustaba nada.
Mala persona y superficial, yay, mis papás se lucieron criándome.

Me fuí a mi casa a jugar Mortal Kombat, con la promesa de que iba a invitarla a nuestro próximo ensayo.
Claro, primero tendría que preguntarle a mis compañeros imaginarios de banda imaginaria si estaba bien llevar gente a vernos ensayar, pero seguro no habría problema.

Al final ese fue el último día que hablé con ella, y espero que si de alguna forma está leyendo este hilo, se dé cuenta de que le hice un gran favor alejándola de mí, porque soy un ano de persona.
De nada, Fernanda. Creo que te llamabas Fernanda, Fernanda.

Poco después de esa cita borré definitivamente Tinder, prometiendo no volver a bajarla hasta después de que alguien me rompiera el corazón, como pasa con el 95% de los que bajan Tinder.

Y esa es la historia de mi breve momento de fama, al tope de la industria musical de las bandas de covers de electro-pop que suenan como a Depeche Mode pero en culero.

No se olviden de compartir esta historia para prevenir a todas las mujeres de que los hombres que usan Tinder suelen ser una basura.
Y también compártanla para darme un sentido de validación, que claramente necesito.

No se pierdan mi próximo hilo, donde contaré la historia de cuando le vi el pene a Jorge Ortiz de Pinedo y a Beto Cuevas en 2 ocasiones no consecutivas.
Ahora sí, palabra de boy scout.