Sí, este es Mel Brooks, pero hoy no vamos a hablar de él, sino del otro protagonista de la anécdota que cuenta.
Es uno de los actores más grandes de la historia del cine, un galán y un dios de la comedia.
Mel, por favor, abre el #MakeEmLaugh de Cary Grant.
La admiración que despertaba Cary Grant es normal, aunque Brooks la exagere.
Durante tres décadas fue uno de los rostros más emblemáticos de Hollywood. De los que llenaban cines solo con su nombre.
Cary Grant no era americano, sino inglés. De origen humilde tirando a pobre, vio en el teatro y el cine una vía de escape de sus penurias.
Todos los hombres soñaban con ser Cary Grant. El joven Archibald “Archie” Leach, que así se llamaba, lo soñó primero. Y lo hizo realidad.
Howard Hawks, que lo dirigió en cinco películas, dijo que Grant era el mejor con diferencia y que había trabajado tanto con él porque lo hacía todo facílisimo.
Hizo películas de (casi) todo tipo:
😢 Melodramas
🪖 Bélicas
🛩️Aventuras
🔎De Misterio
Pero su gran especialidad fueron las comedias, ya fueran románticas o disparatadas.
Su talante, su labia y su expresividad física y capacidad gestual le convertían en un portador perfecto de risas.
Hay otras muchas, pero ¿os parece si nos centramos en las que se consideran sus cinco mejores comedias? ¡Vamos allá!
5⃣ La fiera de mi niña (1938)
Con Grant no empezó el “screwball”, pero probablemente él sea el mayor estandarte de estas comedias ligeras que tocaban la guerra de sexos, la lucha de clases y la picaresca.
Esta y las dos siguientes son claros exponentes de este cine.
Howard Hawks, uno de los maestros del género, saca todo el jugo de la complicidad y la química entre Grant y Katharine Hepburn.
Nuestro protagonista es un inteligentísimo aunque torpe paleontólogo al que el torbellino Hepburn arrasa sin saber cómo ni cuándo. #MakeEmLaugh
4⃣ Luna Nueva (1940)
La comedia magna sobre el periodismo, con permiso de ‘El gran carnaval’ de Wilder.
Segunda adaptación de la obra ‘The Front Page’, de Hecht y MacArthur, combina la intriga (la fuga de un convicto) con la relación de amor-odio entre sus protagonistas.
Cambio de registro. Lejos del patán de 'La fiera...', aquí es el manipulador director de periódico que chantajea a su ex mujer y su mejor periodista para que no se case y deje la profesión.
La ironía con la que tiran cada frase del diálogo es de una perfección incomparable.
3⃣ Historias de Filadelfia (1940)
Otro perfecto ejemplo de “screwball”, brillantemente escrito y mejor interpretado por un trío excepcional, que George Cukor doma con estilo.
Ni contigo ni sin ti, malentendidos, alta sociedad, divorcios, recasamientos y el Grant más socarrón.
Fue nominada a los cinco grandes Oscars y se llevó dos: guión y actor. No para Grant, sino para Stewart
Hoy arrugamos la nariz viendo algunas escenas, como esta, la inicial sin diálogos que marca el tono humorístico de la película, pero no deja de ser un maltrato.😅 #MakeEmLaugh
2⃣ Charada (1963)
“La mejor película de Hitchcock, que Hitchcock nunca dirigió”. Es ‘Con la muerte en los talones’, pero con Audrey Hepburn en el rol de víctima que no entiende lo que le sucede ni por qué le sucede.
Una maravilla de Stanley Donen, con música de Henry Mancini, que se estrenó apenas 15 días después del asesinato de JFK y cuando el cine clásico de Hollywood estaba dando sus últimos coletazos.
Y aún así es historia del cine.
La película tiene mil giros y salta de la comedia al thriller con la misma rapidez con la que Cary Grant pasa de payaso a seductor en esta genial escena del juego de la naranja. #MakeEmLaugh
Las caras, Mari: ¡LAS CARAS! 🤣
1⃣ Arsénico por compasión (1944)
Una comedia negrísima de Frank Capra en la que Grant descubre que las dos tías solteronas que lo criaron llevan años envenenando a gente y enterrándola en el sótano.
Y Peter Lorre y un hermano "que se parece a Boris Karloff... Una joyita, vaya.
La película se rodó en 1941, pero no se pudo estrenar hasta 1944, cuando hubiere acabado el contrato que la obra en la que se basaba tenía para representarse en el teatro.
Grant decía que era su peor interpretación. Según su hija, le provocaba escalofríos ver la película.
Se veía fuera de tono y estaba convencido de que Bob Hope, para quien se pensó inicialmente, o incluso James Stewart, lo hubiesen hecho mucho mejor.
Opinad vosotr@s. #MakeEmLaugh
Cary Grant nunca ganó un Oscar por su trabajo, pero estuvo nominado dos veces, curiosamente por trabajos dramáticos.
En 1970 le concedieron uno honorífico y en su discurso no se olvidó de todos los que le hicieron grande.
Aunque en su etapa inglesa rodó varias comedias, cuando saltó a Hollywood se especializó en el suspense y solo hizo una película alocada: ‘Matrimonio original’.
Él decía que fue para complacer a su amiga Carole Lombard, aunque probablemente fuera para complacerse él mirándola.
Es una comedia romántica de equívocos que llegó cuando el “screwball” ya había pasado su gran época.
No es memorable, pero me sirve para contar que Lombard llevó al set tres vacas con los nombres del reparto al cuello, en respuesta a la frase de Hitch: “los actores son ganado”.
Ni Johnny Carson, un emblema del "late night" americano con más tablas que Moisés, puede prever las respuestas del director cuando le pregunta sobre su nueva película.
Un #MakeEmLaugh terrorífico: 'El jovencito Frankenstein'.
'Young Frankenstein' es una película de Mel Brooks sí, pero más del 50% del mérito hay que atribuírselo a Gene Wilder, que tuvo la idea, escribió la mayor parte del guion y la protagonizó.
En cualquier caso, juntos hicieron una de las 15 mejores comedias de todos los tiempos.
Los setenta no eran buenos tiempos para la comedia en EE.UU: Vietnam, los magnicidios o el escándalo del Watergate habían pintado la década de gris.
Los americanos parecían no estar para risas y preferían distraerse con dramas románticos, películas policiacas o de corte social.
Se ha criticado mucho la connotación xenófoba y humillante que John Cleese y su mujer Connie Booth vertieron sobre el personaje de Manuel cuando escribieron la serie.
Cleese explica el verdadero motivo del personaje. Algo así como el "Pay them more" de Joe Biden.
Pese a su voluntarismo y jovialidad, el limitado dominio del inglés de Manuel le impide ejecutar correctamente lo que su mezquino jefe o los clientes le piden.
Eso provoca infinidad de situaciones cómicas, que no son la esencia de la serie, pero sí las que más se recuerdan.
Al final de la segunda serie del 'Flying Circus', John Cleese (asiduo de los #MakeEmLaugh y lo que queda) advirtió al resto de los Monty Python que quería dejar la serie.
De hecho ya andaba con otros proyectos como la compañía 'Video Arts'.
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Lo convencieron para seguir una temporada más, pero al acabar la tercera sentía que se repetían y eso, junto a las divergencias personales y creativas con Graham Chapman, le empujaron a romper con la tropa.
Solo quería escribir algo con su mujer, Connie Booth, pero ¿sobre qué?🤔
Wilder tuvo diferentes coguionistas, aunque con dos tuvo una relación más fructífera: Charles Brackett, hasta 1950, y I.A.L Diamond, que lo acompaño durante más de 25 años.
Con Brackett era una colaboración; con Diamond, una hermandad. Se entendían. Se llevaban más que bien.
Empezaron a colaborar en 'Ariane' y desde entonces ya no dejaron de hacerlo.
En su haber: 'Con Faldas y a lo loco', 'Irma la dulce', 'Uno, dos, tres' y 'El apartamento', por la que ganaron el Oscar en 1960. Su agradecimiento es directo, preciso y sutil como sus guiones.