En la Antigua Roma existían diferentes métodos anticonceptivos🌱.
El aborto, por ejemplo, podía ser mediante una intervención quirúrgica o la toma de alguna sustancia nociva. Este método era muy peligroso y significaba un riesgo mortal para la mujer.
No era delito practicarlo, pero debía ser autorizado por el padre. La mujer tenía totalmente prohibido decidir de forma independiente.
Otras opciones, ya nacido el bebé, eran su abandono -los niños expósito- o su infanticidio en el caso de no ser aceptados por el padre.
Sorano recomendaba a la mujer mantener la respiración mientras el hombre la penetraba y retirarse antes de la eyaculación, para después agacharse, estornudar y beber algo frío.
Hipócrates aconsejaba introducir en la vagina una bola de lana empapada de vino o aceite, miel y resina. También se podía cubrir el pene con un ungüento o recurrir a infusiones de mirto, mirra o ruda.
Juvenal valoraba tomar sustancias o aplicar ungüentos en los genitales:
‘’Tanto pueden las artes, tanto las medicinas, que las esteriliza y llega a matar a los hombres en el vientre de sus madres. ¡Alégrate, desgraciado!
Y toma tú mismo la pócima abortiva, (…) quizás sea su padre algún etíope. En seguida un heredero de color, que no podrás ni ver de día, llenará las hojas de tu testamento’’.
Los anticonceptivos también estaban relacionados con el mundo de la superstición. Por ejemplo, Aecio recomendaba colocar hígado de gato en un recipiente y llevarlo atado a la pierna izquierda. El útero de leona tendría el mismo resultado si se llevaba en un recipiente de marfil.
Plinio aconsejaba portar un amuleto cogiendo dos gusanos que vivían dentro de una araña peluda y envolverlos en piel de ciervo.
Fuentes:
Ariés, P. & Duby, G. (1991). Del Imperio romano al año mil. Historia de la vida privada. Madrid: Alfaguara📚
Mañas, M. (2003). Mujer y sociedad en la Roma imperial del siglo I. Norba, Revista de Historia, nº 16, pp. 191-207. Universidad de Extremadura📚
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En Roma los dados y las tabas eran los juegos de azar más populares. Estos dos juegos eran conocidos milenios antes por otras culturas🎲
Heródoto, historiador griego del siglo V a.C., ya reconocía la popularidad de los dados y las tabas en su época.
En Roma y Grecia, el lanzamiento de dados o tabas y su resultado se asociaba a designios divinos, a la Fortuna. Es así como los sacerdotes o pitonisas podían usar cuatro tabas -una por cada una de sus caras- para intentar descifrar los designios de los dioses.
¿Sabías que en Roma existía una forma de saber si los dioses les eran o no propicios mediante el análisis del comportamiento de los pollos sagrados?🐔
La persona encargada de interpretar el resultado era el pullarius, un tipo de augur. La consulta de los pollos era muy utilizada, sobre todo, en asuntos militares.
El procedimiento consistía en que el pullarius soltaba a los pollos de su jaula y lanzaba una pregunta a los dioses. Después, ofrecía a los pollos unas tortas de trigo, observando detenidamente cuál era su comportamiento.
Detrás de todo espectáculo de masas hay centenares de personas encargadas de que todo salga tal y como está previsto🐴
¡Vamos a conocer a algunas de ellas!
Los conductores de los carros procedían de los estratos más bajos de la sociedad, siendo normalmente esclavos o libertos. En general, todos los competidores eran considerados aurigae, pero los que tenían prestigio por numerosas victorias se podían denominar agitatores.
Los conductores de carros pertenecían a una de las cuatro facciones existentes, aunque se sabe que hubo cambios de una facción a otra y que estos cambios no eran impopulares.
El origen del número 666 lo encontramos en el último libro del Nuevo Testamento, el Libro de la revelación, más conocido por su nombre en griego: Apokálypsis 😈
El manuscrito fue obra de Juan de Patmos, quien anunciaba el fin del mal con la inminente llegada del reino de Dios.
Juan concretaba que este suceso se daría en cuarenta y dos meses y que dos bestias controlarían el mundo hasta la llegada de Dios:
‘’Y vi subir del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas […] y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida sanó.
Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia. Después vi otra bestia que subía de la tierra, y que tenía dos cuernos semejantes a los del cordero; pero hablaba como el dragón.’’
El murmillo fue un tipo frecuente de gladiador en la Antigua Roma⚔️
No se sabe a ciencia cierta la procedencia de su nombre, pero se especula que provenga del latín ‘’murmo’’, un pez cuyo nombre en castellano es mabre.
El mabre era un pescado frecuente en la cocina romana, por lo que es coherente que la población lo conociese y lógico que lo relacionase con el gladiador.
Uno de los oponentes más frecuente de los murmillones eran los reciarios, que a modo de pescadores combatían con una red y un tridente y los atrapaban en combate. También era frecuente que combatiesen con tracios, provocatores y oplomachus.
¿Sabías que en las carreras de cuádrigas lo normal era colocar al mejor de los caballos en la parte más a la izquierda?🐴
Este era el punto fundamental para controlar la cuádriga y evitar volcar, sobre todo en los giros. Los accidentes eran comunes y, muchas veces, mortales.
Para intentar evitar la muerte, los conductores se protegían la cabeza con un casco y las piernas con vendas. Las riendas estaban colocadas alrededor de su cintura y el auriga disponía de un puñal con el que cortar las riendas para liberarse en caso de volcar.
La carrera consistía en dar siete vueltas a la pista. Había diferentes modalidades de competición. Podían competir cuatro carros por carrera, cada uno representando a una facción, o tres aurigas por facción, con lo que podían ayudarse mutuamente para superar a sus oponentes.