Tal día como hoy, pero de 1783, dos franceses dejaron de mirarse al espejo un rato para mirar al cielo. Y no porque se les apareciera la Virgen, sino porque echaron un globito al aire como quien tira un beso en la calle. Eran los Hermanos Montgolfier. Va hilo de #efemérides 👇
La verdad es que no hay fotos del momento. Ni siquiera un dibujito. Pero habrá que fiarse de su palabra. Aunque siendo franceses… Que todavía nos acordamos de lo de Napoleón en Bayona, que le hizo a Carlos IV y a Fernando VII lo de la bolita y les desapareció la corona.
Pero admitamos lo que nos cuenta la historia y aceptemos que los hermanos Joseph y Étienne de Montgolfier, naturales de Annonay, nacidos en 1740 y en 1745, e hijos del Pierre de Montgolfier, industrial papelero, probaron su ingenio en ese gélido día diciembre que aquí recordamos.
Unos cuentan que jugando un día con bolsas de papel sobre el fuego, vieron como que estas subían hasta el techo. Otros, que Joseph, que era el más soñador, observando en 1777 el incendio de una lavandería vio salir sábanas formando balones que envolvían los gases de las llamas.
Lo que está clarísimo es que, o lo de las bolsas de papel se lo inventaron para ligar, porque ya eran casi cuarentones cuando inventaron el globo o lo de Joseph es de ser un abanto y muy desentendido. Porque quedarse viendo el incendio en vez de ir ayudar es de ser muy mal vecino
Como tenían posibles y les sobraba papel de colores, pero eran unos manazas; en lugar de dedicarse a la cocotología, la papiroflexia o el origami, como mi padre y mi abuelo, se pusieron a hacer cartuchos como los que Paco el pescadero usaba para envolver boquerones en Fuengirola.
Pero no les quitemos mérito. El pobre Joseph -no confundir con el casto, yo soy el casto, casto José, de «La Corte de Faraón»- no pegaba ojo. Se levantaba a media noche y en vez de ponerse a picar -como mi querido @Gusarapogusara1 y yo mismo- se liaba a pintar globos voladores.
Y que se les fue la cabeza con lo de hacer globitos. Cada día hacían uno más grande provocando el cachondeíto de los empleados de la fábrica. Y luego se pusieron a hacerlos de lino y seda. A los obreros les daba la risa pero a las madames Montgolfier les dio un jamacuco.
Que no es que ellas fueran de trapillo, pero casarse con dos farfollas que hacían globitos con telas buenas para llenarlos de aire caliente y echarlos a volar en el salón no las seducía. Que dejaban todo perdido de cenizas e hilos y había que pasar la mopa. Porque roomba no había
Y llegó el 14 de diciembre de 1783. La mañana amaneció fría. Lo que es normal en diciembre. Así que hicieron una fogata y en vez de asar unas patatas y unos choricillos, pusieron encima una bolsa que habían hecho de seda, y que, ya calentita, subió hasta los 250 metros de altitud
Los pobres, después de tantos años aguantando las risas de los empleados y las caras de siesas de sus mujeres se abrazaron y se hartaron de llorar. Y como los franceses son muy besucones, aquello fue un no parar de abrazos. Llegamos a ser mi padre y yo y nos felicitamos de lejos.
Lo malo es que se obsesionaron y lo de los globos ya era vicio. Todos los domingos, después de misa, aperitivo y globito al viento. En fin, que ya para junio del año siguiente se fueron a la plaza del pueblo y en vez de tocar un rock and roll como Tequila, soltaron su globito...
Colgaron el cartel de «No hay billetes». No les digo más. No faltó el párroco, ni el alcalde, ni el marqués, ni el tonto del pueblo, además de los guardias. Con sus familias. Y acabaron aplaudiendo como si se hubiera bajado Brigitte Bardot en bikini del globo. Y eso que iba vacío
Al ver el éxito se vinieron arriba. Y decidieron ir a que el rey viera su montgolfiera -no, modestos no eran- antes de que a los revolucionarios se les fuera la mano afeitándolo con la guillotina. Para darle más dramatismo subieron a la cesta un gallo, una oveja y un pato.
Ocho minutos de espectáculo y 3 km de viaje. Al rey Luis XVI le pareció una preciosa muestra de grandeur y María Antonieta, después de comprobar la carga, preguntó que si se podía usar para traerle brioches y croissants en vez de queso, foie y coq au vin. Una gabachada todo.
Un buen año. En junio, Annonay; en septiembre, Versalles y el 21 de diciembre, París. Un año y una semana después de echar al aire el globito en el jardín, la ciudad de París se levantó para presenciar un maravilloso espectáculo: la primera ascensión tripulada de la historia.
Fíjense en el matiz. La primera ascensión tripulada de la historia. Porque descensos había habido muchos. Ya saben que lo de tirar gente desde lo alto es muy antiguo. Otra cosa es que no les daba tiempo a practicar y por mucho que movieran los brazos se estampaban en el suelo.
Pidieron voluntarios y se presentaron el marqués d’Arlandes y el físico Jean François Pilatre de Rozier. Se montaron en su globo y se dieron un paseo de casi media hora aterrizando en las afueras. Como si hubieran elevado el globo en Córdoba para aterrizar en Madrid, por ejemplo.
Al marqués, curiosamente, lo echaron del ejército por cobarde después de la Revolución y en 1809, arruinado y despeinado, renunció a los globitos en su castillo de Saleton. Monsieur Pilâtre de Rozier se aficionó a los viajes en globo y decidió cruzar el Canal de la Mancha en uno.
La pena es que el 7 de enero de 1785, un francés -J.P. Blanchard- y un colono rebelde -J. Jeffries- se le habían adelantado. Salieron de Dover y aterrizaron en la copa de un árbol en el Bosque de Guines -precioso nombre de espirituosas resonancias- cerca de Boulogne-sur-Mer.
Pero Monsieur Pilâtre no se desanimó. Se montó en su globo con su amigo Romain para hacer el viaje inverso al de Blanchard y Jeffries. Era 15 de junio de 1785. Al poco de despegar y cuando sobrevolaban el mar, cambió el viento que les devolvió a tierra cerca del punto de partida.
El globo empezó a desinflarse y cuando Monsieur Romain le preguntó al físico que si iban a tomar tierra, Monsieur Pilâtre le contestó, imitando a Maurice Chevalier: «Oh, la, la, nos vamos a hagtagg, mon ami». Y se hartaron. Tanto que casi se entierran motu proprio en Wimereux.
Pero, como bien cantan los Monty Python en «La vida de Brian», siempre hay que mirar el lado brillante de la vida. Es verdad que no fueron los primeros aeronautas en cruzar el Canal de la Mancha, pero ahí están; son las dos primeras víctimas de un accidente aéreo. Ex aequo.
A los Montgolfier les dieron su medallita de la Academia Francesa de las Ciencias. Y cogieron carrerilla. Joseph inventó el ariete hidráulico y Étienne procesos para fabricar papel. Porque ellos eran así, muy de inventar.e
Y con esto queda contada la #efemérides del día. Ea.
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Tal día como hoy, pero de 1773, se produjo en Boston, Massachusetts, uno de los mayores escándalos de la historia mundial. Un acto indigno que permanece y permanecerá en la memoria. La traición de un puñado de colonos. El vergonzante «Motín del té». Va hilo de #efemérides 👇
Aquella mañana, un grupito de colonos hartos de bourbon -que ni siquiera saben destilar whisky y lo hacen con maíz, como los kikos- se vistieron de indios e hicieron el indio, algo para lo que tampoco tenían que esforzarse mucho. Ni entonces, ni ahora. Las cosas como son.
Ellos le llaman «Boston Tea Party», pero lo suyo es «Motín del té». ¿O cómo llamarían a que unos tipos disfrazados se suban a tres mercantes, cojan las cajas de té y las tiren al mar? Que ya hay que ser inútiles, que el té ni se disuelve en agua fría, ni se le adereza con sal.
Hoy es San Francisco Javier. Así que muchas felicidades a Javieres, Javieritos y Javieretes.
Y aprovechando la fecha y que me han desvelado, les voy a contar una historia preciosa: la de «El divino impaciente», una obra de teatro en verso de don José María Pemán.
Va hilo 👇
San Francisco Javier es conocido como el «Apóstol de Oriente». La razón está en la petición de don Pedro de Mascarenhas, embajador en Roma del rey Juan III de Portugal, a san Ignacio de Loyola para enviar misioneros de la Compañía de Jesús, a las Indias Orientales a evangelizar.
El Papa Paulo III se enteró y se vino arriba. Tiró de pluma y diploma y nombró a San Francisco Javier, «Legado Papal en las tierras del Mar Rojo, del Golfo Pérsico y de Oceanía, a uno y otro lado del Ganges».
Una collejura de título. Trabajo no le iba a faltar al futuro santo.
Pues ya me están encocorando estos señores con tanto pegolete laicista y autodestructor. Porque todo esto es, sencillamente, un suicidio cultural, jurídico y político.
Negar el origen cristiano, no ya de Europa, sino del europeísmo y de la propia Unión Europea.
Va hilillo. 👇
Podemos afirmar que la UE no es más que el enésimo intento de resucitar el Imperio Romano. Así fue con Carlomagno, el Sacro Imperio o el Imperio Austro-Húngaro.
Y todos ellos, desde la propagación del Cristianismo están imbuidos de los principios morales cristianos.
Todos los proyectos de Unión Europea han nacido de una concepción cristiana o basada en sus principios morales. Fuera aquella "Universitas" propuesta por el rey Jorge I de Bohemia para oponerse al Turco; el "Gran Proyecto" del Duque de Sully o la "Dieta Europea" de William Penn.
¿Se han preguntado alguna vez dónde están enterrados los Reyes de España? La respuesta sería El Escorial. Pero no, no están todos.
Así que hoy, día de visitar Cementerios y honrar a nuestros muertos les invito a pasear por cuatro lugares de España y dos extranjeros.
Va hilo 👇
Los Reyes Católicos decidieron construir en Granada un Panteón para ellos y sus descendientes, que es la bellísima Capilla Real de Granada.
Allí se encuentran su panteón, obra de Bartolomé Ordóñez y el de su hija Juana y Felipe el Hermoso, esculpido por Domenico Fancelli.
Como mañana es Día de Todos los Santos y este fin de semana es costumbre visitar los camposantos, les invito a recorrer algunos de los mausoleos de maestros del toreo que más me gustan.
¿Qué por qué toreros? Porque sí y porque me apetece. Ea.
Va hilo.👇
Manolete. Como no podía ser de otro modo, que estamos en Córdoba. En el Cementerio de la Salud yace el Califa, don Manuel Rodríguez Sánchez. El torero impávido.
También en la Salud, don Rafael Guerra Bejarano, «Guerrita». El filósofo.
A raíz de la desaparición de la iglesia de #Todoque y de los desafortunados tuits de muchos, creo que deberíamos reflexionar un poco sobre la irracional radicalidad de muchos, respecto a las creencias de otros.
Va hilillo. 👇
Los templos, como otras muchas construcciones, son símbolos para los pueblos.
Si mañana desaparecen la Alhambra, el Palacio Real de Madrid, el puente romano de Mérida, la Universidad de Salamanca o el Palmeral de Elche -sumen todos aquellos lugares que quieran- esas ciudades,
sus gentes y todos los que amamos la cultura o sentimos como propio todo aquello que la conforma, sufriremos un tremendo y duro golpe.
Los templos, seamos o no creyentes, son símbolos del pueblo. De ese pueblo que a veces, se bautiza y se casa en una iglesia aunque sea ateo.