Thread by @Damihibibere

Pues se ha quedado buena tarde para hacer un hilo sobre el libro de los Hechos para el #AñoBíblico de @CATOLICOSxtuWEB

El libro de los Hechos es obra de San Lucas, tanto este como su evangelio están escritos para "Teófilo".

Y ambos libros narran sucesos que ocurren a lo largo de unos 35 años. En el evangelio desde la anunciación hasta la resurrección

Y en los hechos desde Pentecostés hasta el año 67 o 68 DC.

Existen temas paralelos en ambos libros:el clímax del Evangelio se encuentra en el viaje de Jesús hacia su arresto, sufrimiento, muerte y resurrección en Jerusalén,la capital del del poder monárquico judío.

Paralelamente el libro de los Hechos concluye con el viaje del apóstol Pablo hacia Roma comenzando con su arresto, juicio, sufrimiento y finalizando con la proclamación victoriosa del Evangelio.

También en el evangelio los ángeles preceden el anuncio del nacimiento de Cristo.

Y en los hechos hay ángeles tras la Ascensión antes de la presentacion de la Iglesia al mundo en Pentecostés.

Es como si Lucas volviera a narrar de nuevo el evangelio pero hora con Jesús actuando a través de su Iglesia, con los mismos milagros de curación, el mismo anuncio,

La llamada a la conversión, la perfección de la ley, la incomprensión y la persecución..

Sólo que no es exactamente igual, porque los apóstoles se van llevando una sorpresa tras otra.

La misma llegada del Espíritu santo es una sorpresa. Estaban acostumbrados al "suave soplo" del Espíritu de los labios de Jesús y se encuentran con un vendaval.

Les ardía el corazón con las palabras que el pronunciaba y ahora es el fuego mismo quien penetra en ellos.

Una de las primeras sorpresas que se llevaron fue la universalidad, Dios no es solo el Dios de los judíos, es el Dios de los gentiles, el único Dios que se da a todos.

Claro esto a la mentalidad judía les chocaba. Dios se entregaba a todos, aunque no fueran judíos

Ni se hicieran judíos. ¡Sorpresa!

A San Pedro el pobre le rompía los esquemas el Espíritu Santo. Que si ahora ya se puede comer de todo, que si, que si, que te voy a sacar de la cárcel y no es un sueño...

Lo mismo el resto de los apóstoles. Ahí estaba Felipe tan tranquilo rezando y ¡bum! Aparece junto aún etíope.

Nunca habían vivido algo así.

Así que ahora que se supone que están siguiendi el camino de Cristo, viviendo la vida de Cristo, desde Cristo descubren algo nuevo.

Que Cristo siempre vive en continua sorpresa, que Dios es el Dios de las sorpresas. "Todo lo hace nuevo".

«como Él ha tenido la creatividad de crear el mundo, tiene la creatividad de crear cosas nuevas todos los días. El Dios que nos sorprende». (Papa Francisco)

Los apóstoles decidieron confiar en el Espíritu Santo para todo, le entregaron también sus "esquemas", le dejaron que los "rompiera".

En los hechos de los apóstoles las cosas se hacían "a la manera de Dios".

Este "romper" con ideas preconcebidas les trajo dificultades. (pensaban que estaban borrachos, discutieron airada ente por la circuncisión...)

Pero si Pedro no hubiera acogido las "sorpresas de Dios" hubiera "resistido al Espíritu Santo".

Este es el pecado que reprocha San Esteban precisamente a los miembros del Sanedrín: ‘Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres’.

Quizás no estamos dejando a Dios que nos sorprenda, precisamente porque tenemos miedo a las sorpresas.

Conozco gente a la que no le gustan las sorpresas, supongo que por miedo a decepcionarse.

Que esperas que los reyes te traigan una smarTV y te traen unos calcetines.

Pero ¿Sabes? Dios nunca decepciona. Él asombra. Cristo iba por Israel "abriendo sorpresas".

Los apóstoles vivían en una continua "Mañana de reyes".

Y ahora?

Quizás ahora no queremos sorpresas, porque las del mundo nos hacen daño. No queremos más calcetines.

Decía Heráclito que «el que no espera lo inesperado, no lo encontrará». Desgraciadamente, nosotros esperamos sólo lo que esperamos, esperamos lo esperable. No estamos abiertos a las sorpresas de Dios.

El sacerdote Pablo Domínguez dio unos ejercicios espirituales a unas monjitas antes de morir en el moncayo.

Esos ejercicios iban sobre "el asombro de Dios".

En ellos dice esto:

«cuando atravesamos por una situación difícil decimos: «Vamos a rezar».

Pero en el fondo no estamos convencidos. ¿Por qué no esperamos lo inesperado? ¿Por qué no aumentan los milagros? Es como cuando alguien le comenta a otro: «Sabes, este ha abandonado a su mujer y se ha ido de casa, vamos a rezar». Y el otro dice: «¡Bah, es imposible...!».

En los hechos vemos a la comunidad de Pedro rezando con insistencia por lo inesperado, que saliera de la cárcel. ¿Y que ocurre? Que San Pedro se lleva una sorpresa enorme. Un ángel le libera, se sueltan las cadenas y pasa a través de los guardias como si nada.

Sigue hablando Pablo Domínguez : «Dios sorprende siempre, esto es muy importante. Dios sorprende siempre, claro, pero a quien quiera dejarse sorprender. No hay nada más triste que el alma de uno que sabe ya lo que va a suceder. Es muy triste levantarse y decir:

«Ya sé lo que va a pasar hoy; mi hermano me va a decir esto; mi hermana A va a decir lo de siempre; la B va a mirar como siempre; la C se va a encoger de hombros y la D va a decir..., en fin, otro día más». Esto es un aburrimiento, porque uno puede decir:

«Oye, ¿y si Dios aparece aquí en medio y de pronto hace un milagro, de esos invisibles, grande, grande, grande?»

Así es como el Espíritu Santo enseñó a San Pedro a vivir. A no dar nunca nada por hecho. A esperar cualquier cosa, en cualquier momento.

Básicamente dejaba a Dios ser Dios. Hay que dejarle hacer y decirle: «Dios mío, haz lo que quieras», que yo me voy a sentar aquí a dejarme sorprender.

Los hechos son una guía para aprender a vivir del asombro.
Sólo hay que hacer 3 cosas : rezar, confiar y sorprenderse.

Deja que Dios haga cambios en el guión que te has hecho de tu vida.

Que tus esquemas se rompan como un papel de regalo.

Así todo será para ti como "una mañana de reyes".