Thread by @Torremarte1

He abierto mi primer regalo de Reyes: 'El culto a los santos' de Peter Brown (Salamanca, 2018). Consciente de no merecer tantos regalos, comienzo a retribuir con un regalo para vosotros ('gratis date...'). Aquí mi primer hilo del año con las citas más interesantes👇

p. 102: “La definición cristiana de la comunidad urbana difería notablemente de la que proponía la Ciudad clásica. Incluía dos categorías poco habituales y potencialmente peligrosas: las mujeres y los pobres. El culto a los santos ofrecía precisamente un modo de unir ambos grupos

bajo el patrocinio del obispo, de tal forma que constituyesen los nuevos cimientos de la solidaridad de la Ciudad en la Antigüedad Tardía”.

p. 101: “El santo era el patronus bueno: aquel cuyas intercesiones eran escuchadas, cuya riqueza estaba a disposición de todos, cuya potentia se ejercía sin violencia y a quien se podía mostrar lealtad sin ser obligado a ello (…) El culto a los santos era el lugar donde se podía

gastar la riqueza sin suscitar envidias y ejercer el patrocinium sin generar obligaciones”.

p. 99: “Las categorías de personas que tradicionalmente eran objeto de la beneficencia cristiana habían llegado a un punto en que ya no podían absorber tanta acumulación de riqueza. Aunque seguían siendo importantes como categorías simbólicas, en el Occidente latino los pobres,

los extranjeros, los enfermos y otras clases de necesitados habían llegado al límite como consumidores de riqueza sobrante”.

p. 111: "La Iglesia cristiana no solo redefinió la fronteras de la comunidad al aceptar una clase completamente nueva de beneficiarios, sino que también designó una nueva categoría de donantes, pues las mujeres habían sido el otro vacío en el mapa de la Ciudad clásica".

"(En la Ciudad clásica pagana) se suponía que los donativos no eran una obra de misericordia, sino que formaban parte de la política; y la política estaba reservada a los hombres. Por el contrario, la Iglesia, desde sus inicios, alentó a la mujer a asumir una función pública,

por derecho propio, en relación con los pobres. Daban limosna en persona, visitaban a los enfermos, fundaban santuarios y hospitales en su nombre y se esperaba que fueran plenamente visibles en la liturgia de los templos".

pp. 102-103: “Las áreas funerarias en las que se encontraban las tumbas de los santos eran claramente marginales respecto de la Ciudad de los vivos. Al rendir culto a los santos, Jerónimo dijo: ‘La ciudad tiembla en sus cimientos’ (movetur urbs sedibus suis)”.

p. 103: “Los cristianos que salían de la Ciudad en procesión experimentaban de una manera misericordiosamente gratuita el entusiasmo que suscitaba atravesar una frontera invisible: atrás dejaban un mundo de estructuras bien definidas y entraban en un estado ‘liminal’. El abandono

de las estructuras conocidas para adentrarse en una situación en la que estas faltan y la consiguiente aparición de un sentimiento espontáneo de camaradería forman parte del constante atractivo que ejerce la experiencia de la peregrinación sobre las sociedades sedentarias”.